?Os acord¨¢is cuando la gente segu¨ªa los programas de tele por Twitter?
Parec¨ªan la pareja perfecta y se complementaban con hashtag o menciones. Ya no, y os explicamos por qu¨¦
Parec¨ªan la pareja perfecta. Se complementaban, disfrutaban de su compa?¨ªa, hasta se dedicaban arrumacos en forma de hashtag y emojis. Una simbiosis casi perfecta que reportaba muchos beneficios para ambas partes. Televisi¨®n y Twitter se hab¨ªan convertido en las dos caras de la misma moneda. Una se apoyaba en la otra para revitalizar sus contenidos mientras que el otro, a su vez, encontraba en la primera la excusa perfecta para ganar adeptos y convertirse en una red social de primer orden. Un win-win en toda regla. Pero, claro, no todo en la vida termina resultando tan sencillo como parece. ?Qu¨¦ ha pasado para que esta bonita uni¨®n haya terminado sacando lo peor de cada uno? Si es que nada nos ha hecho m¨¢s da?o que el amor rom¨¢ntico...
?Qui¨¦n es capaz de aguantar despierto hasta la madrugada viendo una aburrida gala de GH VIP si no es gracias a los comentarios insidiosos de los twitteros?
La irrupci¨®n de Twitter en la parrilla televisiva fue una aut¨¦ntica revoluci¨®n. La posibilidad ya no solo de comentar lo que estaba ocurriendo en nuestro televisor a tiempo real -incidiendo de forma efectiva en el devenir de los programas-, sino tambi¨¦n de fomentar el sentimiento de grupo, tan necesario para soportar los duros tragos medi¨¢ticos -?qui¨¦n es capaz de aguantar despierto hasta la madrugada viendo una aburrida gala de GH VIP si no es gracias a los comentarios insidiosos de los twitteros?-. Una mina de oro que las cadenas supieron exprimir al m¨¢ximo. De repente, cada espacio ten¨ªa su hashtag oficial -promocionad¨ªsimo en pantalla- y se animaba a los tuiteros a dejarse las huellas dactilares coment¨¢ndolo todo. ?M¨¢s sencillo que tener p¨²blico en plat¨®!
Pronto lleg¨® el fervor hasta los despachos de los directivos y comenzaron a dar luz verde a programas pensados especialmente para Twitter. Postproducciones locas, frases delirantes y repeticiones machaconas para animar el cotarro en las redes sociales. ?Se hab¨ªa abierto la veda! El universo tr¨®spido, con sus ?Qui¨¦n quiere casarse con mi hijo? y dem¨¢s suced¨¢neos, se convirti¨® en el estandarte del movimiento, pero no fue el ¨²nico. Matinales, realities, talent shows -?qui¨¦n no ha visto a Manel Fuentes proclamar que Tu cara me suena era trending topic mundial pese a tratarse de un programa grabado?-, todos sucumbieron al reinado de Twitter. Puede que la audiencia les diera la espalda, pero siempre pod¨ªan aferrarse a la repercusi¨®n social. Ay, ?el espejismo twittero!
¡°Estar constantemente disponible, sin vida privada¡¡± Zygmunt Bauman #SalvadosConectados pic.twitter.com/uQmnWWttRy
— Salvados (@salvadostv) February 19, 2017
La televisi¨®n ha incurrido en el error de pensar que todo el monte es Twitter. Se ha entregado en cuerpo y alma a una realidad que no deja de representar solo una parte -tampoco demasiado numerosa- de la poblaci¨®n. Una audiencia, por otro lado, que ya ten¨ªa fidelizada. Ni el p¨²blico millennial -m¨¢s pendiente de Internet que de lo que pongan o dejen de poner en televisi¨®n-, ni el usuario de redes sociales ajeno al mundo televisivo van a caer en la trampa. Confiar en exceso en las bondades de Twitter termina generando momentos tan absurdos como emitir un programa destinado a abordar la obsesi¨®n por la tecnolog¨ªa y las redes sociales mientras luce en pantalla el hashtag correspondiente -hablamos de Salvados, s¨ª-. 'Apague el m¨®vil, viva la vida, pero antes, oiga, twitt¨¦elo todo'. ?Cu¨¢ndo hemos llegado a este nivel de locura?
Tampoco Twitter ha salido mucho mejor parado de esta simbiosis audiovisual. Tan solo hay que observar los ¨²ltimos movimientos de la red social del pajarito para darse cuenta de que algo no marcha bien. ?Silenciar hashtags? ?Silenciar palabras? Por fin alguien ha decidido escuchar dos de las peticiones m¨¢s demandadas por aquellos usuarios hartos de la invasi¨®n televisiva que ten¨ªan que soportar cada noche. Timelines repletos de chistes ocurrentes sobre el programa de turno, el partido de turno o la ceremonia de turno. ?Era esta la intenci¨®n de los creadores cuando decidieron fundar Twitter? Posiblemente no, pero los caminos de las redes sociales son absolutamente impredecibles. Ahora tampoco vale lamentarse de lo que uno mismo ha fomentado.
?En qu¨¦ momento los usuarios convirtieron Twitter en una herramienta para apalear? Es lo que prima hoy en d¨ªa aqu¨ª.
— Am¨¦rica Valenzuela (@A_Valenzuela) March 13, 2017
Twitter corre el peligro de convertirse en un p¨¢ramo tan solo habitable para pol¨ªticos y comentaristas de televisi¨®n. Las turbas inquisidoras, el machismo y la LGTBfobia campante o los repulsivos comportamientos tras la muerte de Bimba Bos¨¦ -y de tantos otros-, han hecho que m¨¢s de uno se replantee su continuidad en el universo tuitero. ¡°?En qu¨¦ momento los usuarios convirtieron Twitter en una herramienta para apalear? Es lo que prima hoy en d¨ªa aqu¨ª¡±, se preguntaba hace poco la periodista Am¨¦rica Valenzuela. Un sentimiento demasiado extendido en los tiempos que corren. Basta con echar un vistazo cualquier hashtag promovido por un programa de televisi¨®n para darse cuenta del preocupante nivel de agresividad que volcamos en cada frase.
Nos va la vida en ello y, sobre todo, nos importa bien poco a qui¨¦n nos llevemos por delante. ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Tal vez va siendo el momento de replantearnos el uso que hacemos de las redes sociales y el papel que les damos en la sociedad. Ya tenemos suficientes vertederos, no construyamos uno m¨¢s. El futuro nos lo agradecer¨¢.
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