Qu¨¦ no es una sociedad libre
PERI?DICAMENTE, UNO llega a la conclusi¨®n de que a buena parte de los espa?oles no les gustan la democracia ni las sociedades libres (o lo que se conoce como tales, inexactamente). Es m¨¢s, les parecen un estorbo, un engorro, una atadura. Si bien se piensa, no tiene demasiado de extra?o, dada nuestra trayectoria hist¨®rica y dado de d¨®nde salimos hace unos cuarenta a?os. Espa?a sigue llena de admiradores de Franco, y lo peor es que los hay en casi todos los partidos, sean de derechas, de izquierdas, nacionalistas, o demag¨®gicos y totalitarios (lo que ahora se llama ben¨¦volamente ¡°populistas¡±). Unos dicen odiarlo, a Franco, pero no dejan de imitarlo y por lo tanto de admirarlo. Por no hablar de otras figuras, pasadas y actuales, que tambi¨¦n se le parecen. Hoy descuellan Putin, Erdogan, Trump, Orb¨¢n, Szydla y Maduro, por ce?irnos a los que tienen el poder en sus manos
He dicho ¡°buena parte de los espa?oles¡±. Los l¨ªderes son unos pocos, sin embargo. Pero a ellos hay que a?adir a muchos de los militantes de los respectivos partidos y a no pocos de sus electores, que con sus votos los aplauden y procuran que manden. El n¨²mero, as¨ª, crece insospechadamente. El PP sabemos hace mucho que es escasamente democr¨¢tico: lo demuestra con creces cada vez que obtiene mayor¨ªa absoluta e impone leyes sin discutirlas con nadie y en contra de los ciudadanos. La ley mordaza y la conversi¨®n de TVE en una f¨¢brica de propaganda (o, en su defecto, en una grotesca p¨¢gina de sucesos) son s¨®lo un par de pruebas fehacientes. ERC, PDECat y la CUP son formaciones con vocaci¨®n absolutista, dispuestas a dar golpes de Estado encubiertos y a imponer su voluntad sin mayor¨ªa a todos los catalanes: sus triqui?uelas y su uso de TV-3 y dem¨¢s medios p¨²blicos superan la manipulaci¨®n del PP, si ello es posible. De Bildu y similares no hablemos, nunca han ocultado sus simpat¨ªas por los m¨¦todos violentos para doblegar a quienes no est¨¢n de acuerdo con ellos.
El PP sabemos hace mucho que es escasamente democr¨¢tico: lo demuestra con creces cada vez que obtiene mayor¨ªa absoluta e impone leyes sin discutirlas.
Ahora ha salido a la luz algo sabido hace tiempo por cuantos escribimos en prensa: la petici¨®n de amparo de la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid ante los ataques e intimidaciones por parte de Podemos y sus ac¨®litos orquestados. No s¨¦ si, como afirma la APM, provienen de sus dirigentes. Lo que es de sobra conocido es que, persona que critica a ese partido, persona objeto de difamaci¨®n e insultos concertados en las redes sociales. Dejemos de lado a esos l¨ªderes, que han alegado no poder controlar a sus militantes m¨¢s fan¨¢ticos. De los partidos tambi¨¦n revela mucho su clase de militantes o forofos, porque de ellos saldr¨¢n los mandatarios y cargos futuros. Pero es que adem¨¢s Pablo Iglesias pone en cuesti¨®n la libertad de prensa ¡°porque a la prensa nadie la ha elegido¡± (cito de memoria). Veamos. En una sociedad libre y democr¨¢tica se eligen los gobernantes, nada m¨¢s, y no se les extiende un cheque en blanco por ello. S¨®lo en las totalitarias (ya lo expresa la palabra) esos elegidos o golpistas, seg¨²n el caso, invaden hasta el ¨²ltimo rinc¨®n y lo regulan todo, sin permitir que nada escape a su vara. Se empieza por decidir qui¨¦nes pueden fundar un peri¨®dico o tener una emisora, despu¨¦s qui¨¦nes pueden escribir o hablar en ellos, m¨¢s tarde qui¨¦nes pueden hacer pel¨ªculas o escribir novelas, y se acaba por se?alar qui¨¦nes pueden abrir una tienda o un bar o sentarse en los bancos de los parques. M¨¢s o menos lo que hemos visto hacer en pel¨ªculas y series a las diferentes mafias, desde los Soprano hasta la Camorra, que, como recordar¨¢n sus espectadores, dan o niegan la venia hasta para limpiar la hojarasca de ¡°sus¡± barrios. Que hay y ha habido Gobiernos que se comportan como mafias, tenemos cuantiosas muestras fuera de las ficciones. Eso s¨ª, encima tratan de legitimarse porque ¡°han sido elegidos¡± o ¡°aclamados¡±. Como si eso bastara para actuar a su antojo y controlarlo todo. Los totalitarios se amparan a menudo en lo que llaman ¡°democracia directa¡±, a base de consultas, referendos y plebiscitos. Del timo que esto supone numerosas veces, habr¨¢ que hablar otro d¨ªa, con el ejemplo flagrante de los convocados por el Ayuntamiento de Madrid con un cinismo sonrojante y no muy distinto del de los regidores del PP anteriores. Del adversario ideol¨®gico tambi¨¦n se aprende, cuando ¨¦ste es h¨¢bil y queda impune. Lo mismo que han aprendido de Franco sus aventajados alumnos de Junts pel S¨ª: fue Franco quien invent¨® ¨Cen tiempos recientes y en nuestro territorio¨C que quien lo atacara a ¨¦l atacaba a la patria.
Va siendo hora de que los espa?oles que s¨ª quieren una sociedad libre y democr¨¢tica, en la que no haya que mostrar adhesi¨®n para todo, se den cuenta de que la que hemos tenido durante los ¨²ltimos cuarenta a?os (tan imperfecta y frustrante como quieran) est¨¢ amenazada por demasiados flancos. Cruzarse de brazos supone allanarles el camino a los amenazantes. Ustedes ver¨¢n qu¨¦ hacen y qu¨¦ votan, a la pr¨®xima. Ustedes ver¨¢n si hacen algo, o no hacen nada.
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