?Por qu¨¦ no ofrecemos los puestos cient¨ªficos directamente a mujeres?

Hace menos de un a?o la Universidad de Melbourne public¨® la convocatoria de tres plazas permanentes de profesores en matem¨¢ticas. La universidad lo dejaba muy claro: ¡°La Facultad de Matem¨¢ticas quiere aumentar el porcentaje de mujeres y, por lo tanto, solo va a tener en cuenta candidatas femeninas para estos puestos¡±. Un reciente informe de la universidad alertaba de la brecha de g¨¦nero y de la necesidad de contar con m¨¢s mujeres que pudieran servir de modelo y est¨ªmulo para que mas chicas se inclinasen por el estudio de las matem¨¢ticas (y de las ciencias y tecnolog¨ªas en general). Se trataba de un plan de choque, sin cuotas, una manera frontal de romper el techo de cristal.

?Ser¨ªa posible un plan similar en Espa?a? ?Estar¨ªan dispuestas nuestras universidades o el CSIC a poner en marcha un plan rompedor como este australiano? Incluso podr¨ªamos hacernos una pregunta m¨¢s: ?permite la ley espa?ola una tal iniciativa? En una universidad espa?ola, end¨¦micamente enferma de endogamia, vemos dif¨ªcil que los colegas masculinos lo aceptaran.

Escuchamos que en Espa?a no existe discriminaci¨®n de g¨¦nero, pero la situaci¨®n no mejora, o al menos, no lo hace con la rapidez que todos desear¨ªamos

Existen ya varios estudios (como este de la Universidad de Princeton) que confirman un sesgo masculino en los procesos de selecci¨®n de profesores. Escuchamos sin embargo que en Espa?a no existe discriminaci¨®n de g¨¦nero, y de hecho se han aprobado medidas para lograr un buen equilibrio en comisiones de selecci¨®n, pero la situaci¨®n no mejora, o al menos, no lo hace con la rapidez que todos desear¨ªamos. As¨ª que proceder¨ªa poner en marcha medidas m¨¢s contundentes. ?Cu¨¢l es la opini¨®n de los partidos pol¨ªticos? ?Estar¨ªan dispuestos a una iniciativa parlamentaria que obligara y no solo recomendara?

?Y qu¨¦ mejor medida que ofrecer puestos de catedr¨¢ticos de Universidad o profesores de investigaci¨®n del CSIC directamente a mujeres? Tenemos una Ley de Igualdad que aconseja pero no obliga, ?por qu¨¦ no una acci¨®n directa?

Empezar con los puestos de m¨¢s categor¨ªa conseguir¨ªa m¨¢s impacto que si solo se toman medidas en las etapas iniciales de una carrera cient¨ªfica, porque en esas etapas no se produce el problema. Es en las etapas m¨¢s avanzadas del postdoctorado cuando comienzan las dificultades. Si incrementamos sustancialmente el n¨²mero de catedr¨¢ticas y profesoras de investigaci¨®n, no valdr¨¢ despu¨¦s la excusa tan manida de que no encontramos candidatas para las comisiones.

Y antes de que nadie diga nada: s¨ª, hay excelentes candidatas para esos puestos, y lo ¨²nico que tendr¨ªan que hacer los tribunales que actuaran en esas convocatorias solo para mujeres, ser¨ªa elegir adecuadamente a las mejores en t¨¦rminos de calidad docente e investigadora.

Estamos seguros que en pocos a?os se comenzar¨ªa a notar el cambio. ?Qui¨¦n se anima a dar el primer paso?