¡°Las nuevas soluciones contra la desigualdad no est¨¢n inventadas¡±

El n¨²mero de pobres ha ca¨ªdo en naciones como India y China, lo que ha hecho disminuir la desigualdad a escala global. Buenas noticias. Pero dentro de los pa¨ªses la realidad es otra: los ricos son m¨¢s ricos y las clases medias se empobrecen, una tendencia que no discrimina por nivel de desarrollo. ¡°EE UU y Reino Unido fueron los primeros que empezaron a destacar en la d¨¦cada de los 80, y fue particularmente fuerte en los 90. Despu¨¦s, con la crisis tenemos una situaci¨®n distinta; al principio se redujo la desigualdad porque la gente que m¨¢s perdi¨® fue la de arriba¡±, afirma Branko Milanovic, ex director econ¨®mico del Banco Mundial, que visit¨® Espa?a para enfrentarse a un cara a cara con Javier Solana en el marco de los debates Big Challenges de la escuela de negocios ESADE.

Aquella mejora entre 2007 y 2010, en lo que a lucha contra la desigualdad se refiere, no dur¨® mucho y pronto los ricos se recuperaron. Las clases medias y los que hab¨ªan dejado de pertenecer a ella, no. En este sentido, "Espa?a fue un caso extremo", pues no hubo siquiera ese periodo de reducci¨®n de la desigualdad que s¨ª se dio en otros pa¨ªses. Fruto de esa excepcionalidad y el malestar social, cree Milanovic, naci¨® el movimiento de los indignados del 15-M y, tiempo despu¨¦s, las formaciones pol¨ªticas Podemos y Ciudadanos. Ambos fen¨®menos forman parte de una protesta colectiva por el desproporcionado cargo que la crisis ha causado en las clases m¨¢s bajas sin apenas despeinar a las altas, opina. "?La gente de clase media en los pa¨ªses desarrollados tiene derecho a quejarse?", se pregunta. Y responde: "No gozan de felicidad, el trabajo se ha precarizado y no es consuelo que alguien en Indonesia est¨¦ peor".

Pero las viejas recetas que sirvieron en el pasado siglo para reducir la desigualad en los pa¨ªses hoy desarrollados ya no valen. Al menos, no para ellos. Desde los a?os 50, las naciones ricas engrosaron sus clases medias a base de movimientos sindicales que mejoraban las condiciones laborales, la subida de impuestos, las transferencias sociales y la educaci¨®n masiva. "Hoy tenemos una ca¨ªda masiva de sindicaci¨®n, particularmente en las empresas privadas, esencialmente porque la naturaleza del trabajo ha cambiado. Ya no existen grandes compa?¨ªas con miles de trabajadores, sino empresas peque?as con puestos de trabajo muy flexibles, as¨ª que es m¨¢s dif¨ªcil organizarse¡±, detalla el experto.

"En cuanto a unos impuestos elevados y m¨¢s transferencias, creo que la mayor¨ªa de la clase media ha alcanzado el punto en el que no es capaz de pagar m¨¢s de sus ingresos. No solo porque los ciudadanos piensan que aportan mucho, sino que adem¨¢s son m¨¢s esc¨¦pticos que hace 30 a?os respecto al buen uso de ese dinero que vaya a hacer su Gobierno". ?Y la educaci¨®n universal? "Es una incre¨ªble herramienta para la reducci¨®n de la desigualdad cuanto la mayor¨ªa de la sociedad tiene un nivel educativo bajo y solo algunos tienen formaci¨®n. Pero Europa ha conseguido extenderla masivamente. Y cuando tienes una sociedad que ha recibido 13 a?os de formaci¨®n de media, est¨¢s muy cerca de la cima", apunta.

La mejora de la calidad de la educaci¨®n es el mecanismo para luchar contra la desigualdad en los pa¨ªses desarrollados, dice Milanovic

En este punto, dice, es en el que la calidad cobra relevancia. "Para que los sueldos sean m¨¢s iguales. Porque lo que tenemos no es suficiente. Recibes formaci¨®n universitaria durante cuatro a?os, pero en algunos casos es de alta calidad y en otros, de baja. Y eso genera diferencias de salarios en el futuro. Si la educaci¨®n p¨²blica mejora, entonces la calidad ser¨¢ m¨¢s similar a la de las escuelas privadas y, finalmente, las remuneraciones de los trabajadores ser¨¢n m¨¢s parejas¡±, razona.

De momento, esta es de las pocas f¨®rmulas que Milanovic considera efectivas para luchar contra la creciente desigualdad all¨ª donde esta ha aumentado a pesar del progreso. ¡°Las nuevas herramientas no est¨¢n inventadas todav¨ªa, en eso estamos¡±, a?ade. Y estas tienen que ser de implementaci¨®n nacional, abunda. ¡°Los perdedores del sistema global son los ciudadanos de cada pa¨ªs. Todav¨ªa son los Estados los que tienen la responsabilidad de lidiar con el problema¡±. Por ejemplo, sugiere "impuestos a las herencias para dar una beca a todos los ciudadanos a los 21 a?os", para estudiar, montar un negocio...

?Ser¨ªa tambi¨¦n una de esas nuevas soluciones la tan aclamada renta b¨¢sica universal? El economista no es partidario: "Esta idea significa que una situaci¨®n que se considera temporal [necesitar apoyo econ¨®mico], se hace permanente. Y se empieza a considerar que hay que recibir un pago por existir". Tambi¨¦n descarta el experto la corriente que pide una revisi¨®n del concepto de progreso. "No creo que dici¨¦ndole a la gente que lo que hay que cambiar son los estilos de vida se consiga mucho. El dinero es el signo de ¨¦xito, la gente quiere m¨¢s y no creo que esto vaya a cambiar nunca", arguye.

?Y d¨®nde no ha llegado el progreso?

El economista remarca la tendencia global hacia la disminuci¨®n de la desigualdad, gracias al crecimiento de la clase media en China e India, e incluso algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y ?frica. Pero, ?qu¨¦ se puede hacer para ayudar a los Estados que quedan rezagados? ?C¨®mo evitar que ocho personas en el mundo concentren tanta riqueza como la mitad m¨¢s pobre del planeta, como denuncia un reciente informe de Oxfam Interm¨®n? Milanovic responde a la cuesti¨®n se?alando lo que no cree que funcione. ?Un sistema impositivo internacional? "No creo que una pol¨ªtica fiscal global sea posible porque no hay Gobierno que pueda imponerla. Incluso impuestos peque?os como en los billetes de avi¨®n no han tenido ¨¦xito", argumenta. En su opini¨®n, hist¨®ricamente han sido los Gobiernos eficaces los que han podido recaudar. "Y eso contin¨²a siendo as¨ª. En el futuro, deber¨ªamos tener m¨¢s Gobiernos globales con la posibilidad de establecer impuestos, pero no creo que lo podamos tener ahora¡±, zanja.

En este sentido, ?cu¨¢l es el papel de las instituciones globales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI)? Milanovic se declara "esc¨¦ptico" sobre el desempe?o de estos organismos en la lucha contra la desigualdad, en tanto que las soluciones tienen que idearse e implementarse a escala nacional, insiste. Pero reconoce que, durante su etapa como director econ¨®mico del Banco Mundial, comprob¨® que los pa¨ªses pobres no pueden redistribuir recursos porque simplemente no tienen dinero para ello. Sobre todo, en ?frica.

El acceso globalizado a las nuevas tecnolog¨ªas y redes sociales aumentar¨¢ las migraciones. Lo que supondr¨¢ el reto del siglo XXI, seg¨²n el economista

"Con los pa¨ªses pobres el problema es que su tasa de crecimiento no es muy alta. Deber¨ªan empezar, para converger con los niveles occidentales, a tener tasas de crecimiento muy elevadas. En los primeros 2000, conducidos por la demanda de China de derivados del petr¨®leo, ha habido un impulso econ¨®mico en Latinoam¨¦rica y ?frica. Pero con la ca¨ªda de la demanda, ?frica se ha visto afectada¡±, diagnostica el experto.

Sabedor de que ?frica no es un pa¨ªs, Milanovic subraya que obviamente hay naciones que crecen a buen ritmo como Ruanda o Etiop¨ªa. "Pero sus tasas de crecimiento no est¨¢n en los niveles de Asia", apunta. "A lo mejor, en el futuro ?frica crecer¨¢ m¨¢s r¨¢pido, pero no creo que las instituciones internacionales puedan hacer mucho all¨ª. Estos efectos tienen que llegar de dentro de los pa¨ªses". Si bien se declara partidario de la ayuda internacional, a la que considera "un componente importante" y cree que los Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden resultar de utilidad para el prop¨®sito de reducir la desigualdad global, Milanovic asegura que el peso que organismos como el FMI y el Banco Mundial tuvieron en el pasado, ya no es tal. Sobre todo, a?ade, en lo que apoyar a pa¨ªses pobres se refiere.

En un mundo en el que, adem¨¢s de la econom¨ªa, las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y las redes sociales se han expandido a casi todos los puntos del planeta, el efecto que causar¨¢ esta desigualdad entre pa¨ªses menos desarrollados y los ricos es el incremento de las migraciones, afirma Milanovic. ¡°Si conoces las diferencias de ingresos y en estilos de vidas, y los transportes no son tan caros como sol¨ªan ser, creo se favorece la migraci¨®n. M¨¢s si tenemos en cuenta que ?frica tiene una poblaci¨®n creciente y en Europa las tasas de crecimiento demogr¨¢fico son bajas¡±, abunda. ¡°Es un asunto que Europa tiene que abordar en este siglo, y no solo el pr¨®ximo verano o el siguiente. Creo que va a ser un problema a largo plazo¡±, a?ade.

Su propuesta es que Europa afronte este reto desde un punto de vista multilateral junto con los pa¨ªses africanos y de Oriente Medio. "El movimiento de personas, de trabajadores, necesita regulaci¨®n. Dejo a Siria fuera de esto porque es una cuesti¨®n diferente, est¨¢ inmersa en una guerra civil y para eso tenemos pol¨ªticas de asilo que de hecho est¨¢n reguladas", considera. Por una parte, dice, Europa necesita trabajadores, pero "las sociedades de la zona no pueden absorber una gran cantidad de inmigrantes de repente", matiza. En este sentido, Espa?a es un buen ejemplo. "Ten¨ªa cero inmigraciones y pas¨® a registrar un 15 o 16% de la poblaci¨®n que hab¨ªa nacido fuera del pa¨ªs. Y la integraci¨®n fue relativamente buena. Pero creo que hay l¨ªmite", reflexiona. Tal acogida no habr¨ªa sido ni es posible si los porcentajes fueran del 30% o m¨¢s.