¡°El analfabetismo es el mayor enemigo de la mujer en Marruecos¡±
Fatna El Bouih, militante feminista, es pionera en la lucha por los derechos de las mujeres en el reino alauita
Los libros libraron de una vida sumisa a Fatna El Bouih (Marruecos, 1955), pero tambi¨¦n le condenaron a la c¨¢rcel. A trav¨¦s de la biblioteca personal de su padre, profesor de Cor¨¢n en una localidad cercana a Casablanca, descubri¨® desde peque?a que exist¨ªan otras vidas posibles para las mujeres a las que ve¨ªa en su pa¨ªs y comenz¨® a so?ar con ellas. A los 18 a?os ya trabajaba en la clandestinidad junto a los sindicatos estudiantiles para hacerlas realidad. ¡°No pod¨ªa comprender c¨®mo las mujeres pod¨ªamos estar tan marginadas de la vida p¨²blica y privada. Y los partidos pol¨ªticos no eran la herramienta para conseguir ning¨²n cambio, as¨ª que solo cab¨ªa trabajar al margen de ellos¡±. En ese momento fue condenada a cinco a?os de c¨¢rcel por sus v¨ªnculos con el movimiento marxista y por considerarla una amenaza para la seguridad del Estado. En esos cinco a?os se forj¨® la activista que fue despu¨¦s, pionera en su pa¨ªs en la lucha por los derechos de las mujeres, y la que es ahora como creadora del Observatorio marroqu¨ª de Prisiones y del Foro Verdad y Justicia. ¡°El desaf¨ªo actual de las mujeres pasa por terminar con el analfabetismo y contar con una mayor presencia activa en la pol¨ªtica¡±.
Tras su salida de la c¨¢rcel en 1982 comenz¨® a trabajar como profesora de educaci¨®n superior. Necesit¨® un tiempo hasta encajar lo vivido y ponerlo por escrito en forma de libro. ¡°Primero necesit¨¦ silencio. La experiencia fue tan dura por las condiciones de hacinamiento, las torturas y las amenazas constantes que me cost¨® mucho adecuarme a la vida en libertad¡±. Con el tiempo descubri¨® que deb¨ªa continuar la lucha como antes, al margen de los partidos e incluso de los sindicatos estudiantiles, y apost¨® por la creaci¨®n de nuevos espacios. ¡°Necesit¨¢bamos contar con asociaciones propias de mujeres en las que reunirnos, vernos, hablar. Y as¨ª comenzamos a crear organizaciones¡±.
En 1990 form¨® parte del grupo fundacional de los primeros Centros de Escucha para Mujeres V¨ªctimas de la Violencia. ¡°Una de cada dos mujeres sufr¨ªa violencia y hab¨ªa que visibilizarlo. Solo con eso ya avanz¨¢bamos¡±. En la actualidad ya existen m¨¢s de 50 centros repartidos por todo el pa¨ªs, as¨ª como centros de acogida a mujeres v¨ªctimas de malos tratos y toda una red de especialistas para el acompa?amiento ante los Tribunales y comisar¨ªas. ¡°Los tribunales siguen sin funcionar como queremos pero las asociaciones de mujeres ya estamos coordinadas para acompa?ar a todas las victimas y conseguir que ninguna tenga miedo a denunciar la violencia¡±.
En 1990 una de cada dos mujeres sufr¨ªa violencia y hab¨ªa que visibilizarlo. S¨®lo con eso ya avanz¨¢bamos
En la memoria guarda la historia de una joven que acudi¨® a los tribunales para denunciar los abusos constantes de su pareja. ¡°Los tribunales no actuaron y la joven termin¨® suicid¨¢ndose. La Igualdad real llegar¨¢ con el cambio de mentalidad de los jueces, de los pol¨ªticos, de los hombres en general. Mientras tanto, estamos las organizaciones de mujeres para que la historia de esta joven no caiga en el olvido y presionemos a todos hasta que las instituciones funcionen¡±. Y en esa lucha paciente se encuentra ahora.
La primavera de la igualdad marroqu¨ª
El Bouih habla de los a?os noventa como la primavera de la igualdad en Marruecos. ¡°Conseguimos desacralizar el Estatuto de la Mujer, que no fu¨¦ramos vistas solo a trav¨¦s del Cor¨¢n y comenz¨¢semos a ser sujetos de derechos con oportunidades de ir a la escuela, formarnos¡ Decidimos conquistar el espacio p¨²blico¡±. Fue tal la evoluci¨®n del movimiento feminista que hasta el Rey Mohamed VI decidi¨® incorporar en 2004 las peticiones de las asociaciones de mujeres en la comisi¨®n que redactaba un nuevo Estatuto de la Familia donde el papel del hombre igualaba al de la mujer. ¡°Despu¨¦s tuvimos que luchar por que se pusieran en pr¨¢ctica las leyes y en esa guerra estamos todav¨ªa¡±.
Con la llegada de la Primavera ¨¢rabe en 2011, Fatna El Bouih volvi¨® a tomar las calles para que las voces de las mujeres fueran atendidas. A las calles, tambi¨¦n acudieron los grupos m¨¢s tradicionales, ¡°m¨¢s islamistas¡±. Consiguieron que la Igualdad fuera uno de los temas reclamados. ¡°Al final, se reform¨® la Constituci¨®n y el Gobierno se comprometi¨® a crear una instituci¨®n que velase por la Igualdad. Todav¨ªa hoy estamos esperando a verla y la reclamaremos tambi¨¦n el tiempo que sea necesario¡±.
Mayor implicaci¨®n pol¨ªtica
Las asociaciones han aprovechado todo este tiempo para documentar las desigualdades que sufren las mujeres en su d¨ªa a d¨ªa. ¡°La evoluci¨®n ha sido enorme: de no existir a estar liderando nuestro propio cambio¡±. Con orgullo repasa la evoluci¨®n en el Parlamento del pa¨ªs, ¡°de estar representadas por dos mujeres a contar con m¨¢s de 30, y de cero mujeres en el Gobierno a una¡±. Eso s¨ª, reconoce que necesitan m¨¢s pasos para conseguir que la igualdad sea real. ¡°Lo de ahora es una presencia por cuota, no por convencimiento. Seguimos marginadas, no se nos escucha lo suficiente¡±. Y advierte que para acompa?ar ese cambio vuelven a estar las asociaciones de mujeres.
La Igualdad real llegar¨¢ con el cambio de mentalidad de los jueces, de los pol¨ªticos, de los hombres
Con orgullo habla tambi¨¦n de los pasos conseguidos para mejorar la situaci¨®n de las prisiones. En los a?os noventa form¨® parte de la creaci¨®n del primer Observatorio de Prisiones y del Foro Verdad y Justicia. ¡°Las c¨¢rceles no deben funcionar como castigo, deben reinsertar en la sociedad¡±. Junto a la lucha por la mejora de los derechos de las mujeres, El Bouih ha recorrido las prisiones del pa¨ªs para escuchar a los presidiarios y denunciar sus abusos. ¡°Hemos creado una asociaci¨®n para ayudar a los expresidiarios a reinsertarse en la sociedad una vez conseguida la libertad¡±. En esos esfuerzos, tambi¨¦n promociona la lectura. Tal vez, con la ilusi¨®n de alimentar m¨¢s sue?os como los que a ella convirtieron en activista.
¡°Saber leer y escribir te abre un mundo¡±
Ahora su principal reto pasa por fortalecer el espacio conquistado en la sociedad para las mujeres. ¡°Hemos evolucionado mucho en mi pa¨ªs. Queremos tomar partido de la vida tanto en el mundo acad¨¦mico como en el pol¨ªtico y ser nosotras mismas las que transmitamos nuestros mensajes¡±, asegura con contundencia. En ese reto la cultura es su gran aliado y el analfabetismo, su gran enemigo.
¡°Saber leer y escribir te abre un mundo. No s¨¦ qu¨¦ hubiera sido de m¨ª sin los libros de mi padre. Fueron esos libros los que me cambiaron y busco que sean ellos los que cambien ahora mi pa¨ªs, en especial a las mujeres¡±, asegura mientras participa en el Museo de san Telmo de San Sebasti¨¢n en el ciclo Feminismos, exilios, narrativas junto a otras mujeres procedentes de pa¨ªses ¨¢rabes.
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