?Se r¨ªe con este anuncio? Por qu¨¦ nos hacen gracia los chistes sobre gordos
?Es humor o gordofobia? Una campa?a publicitaria reabre la pol¨¦mica
La escena es la siguiente: un miembro de una pareja de j¨®venes enamorados, flacos y felices, se dispone a conocer a su suegro o suegra henchido de ilusi¨®n y, boom, el alborozo salta por los aires cuando descubre que el progenitor de su lozano amado (o amada) acumula grasa en cada rinc¨®n de su cuerpo. ?Ser¨¢ igual de gordo (o gorda) su churri dentro de unos a?os? "Cu¨ªdale sin que se d¨¦ cuenta", reza el eslogan del anuncio, de la marca de at¨²n Calvo, con un evidente tono de humor (lo puede ver sobre estas l¨ªneas). Sin embargo, no ha hecho re¨ªr a todos. El vocer¨ªo en redes sociales, donde algunos manifestaron su queja bajo el hashtag #Gordofobia, ha llevado a que la marca tenga que dar explicaciones en Twitter, defendi¨¦ndose de duras acusaciones:
Hola Laura. Hemos construido esta campa?a desde la igualdad y la pluralidad, aplicando el humor a diferentes protagonistas y escenarios.
— Calvo Espa?a (@Calvo_es) April 3, 2017
Si es cierto que la escena sucede con un hombre y una mujer (hay varias versiones), tambi¨¦n lo es que la imagen repelida en todos los casos exhibe kilos de m¨¢s. ?Por qu¨¦ nos re¨ªmos con tanta soltura de los gordos? Y no se trata solo de una campa?a publicitaria. Gwyneth Paltrow en Amor ciego o Eddie Murphy en El profesor chiflado son pel¨ªculas sobre el tema que han divertido a gran parte del p¨²blico. Cat Paus¨¦, profesora en el departamento de Arte, Desarrollo y Educaci¨®n para la Salud de la Universidad de Massey (Nueva Zelanda), expone su propia teor¨ªa al respecto en The Conversation, el portal divulgativo donde publican docentes universitarios de todo el mundo: "Nos re¨ªmos de los gordos, porque los culpamos de su gordura. Creemos que est¨¢n as¨ª porque comen mucho y no hacen ejercicio, cuando, sin embargo, la ciencia desconoce a¨²n muchos de los mecanismos de la obesidad. Adem¨¢s, les adjudicamos caracter¨ªsticas indeseables: para la mayor¨ªa, una persona gorda es vaga y sin fuerza de voluntad. Es un prejuicio socialmente aceptado, que en muchos casos oculta otros escondidos, como el sexismo, el racismo o el clasismo". En esta l¨ªnea ahondaron algunas de las denuncias que se escucharon cuando la periodista Mercedes Mil¨¢ tach¨® de "gordo" al bioqu¨ªmico Jos¨¦ Miguel Mulet en el programa de Risto Mejide.
Otros te¨®ricos proponen quitar fuerza a la palabra, para despojarla de su tono hiriente. Es el caso de la escritora feminista Caitlin Moran, que en su libro C¨®mo ser mujer manifiesta:? "Hay que reducir dr¨¢sticamente la temperatura de la palabra 'gordo'. Tenemos que ser capaces de mirar con claridad y sosiego justo en el centro de la gordura, y hablar de lo que es, de lo que significa y de por qu¨¦ ha llegado a ser el gran tema de las mujeres occidentales en el siglo XXI. Gorda, gorda, gorda, gorda. Rep¨ªtela hasta que te parezca normal". Y a ver qui¨¦n se r¨ªe¡
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