Rub¨¦n Am¨®n: ¡°El yihadismo necesita a Marine Le Pen como perfecta antagonista¡±
El periodista de EL PA?S analiza desde Par¨ªs el impacto del ataque ocurrido en la capital francesa dos d¨ªas antes de las elecciones
La celeridad con que el Estado Isl¨¢mico ha convertido a Abou Yusef "El Belga" en el ¨²ltimo m¨¢rtir de la yihad demuestra que la guerra del terrorismo es tan relevante como la guerra de la propaganda. El atentado de los Campos El¨ªseos requer¨ªa una inmediata atribuci¨®n, exig¨ªa una patente, verdadera o falsa, sobre todo porque las principales cadenas del planeta ya se hab¨ªan instalado en los aleda?os de la arteria de Par¨ªs.
Es el poder simb¨®lico del atentado, la eficacia de una estrategia de resonancias polifac¨¦ticas. Por la psicosis medi¨¢tica. Por el poder evocador de la matanza del Bataclan. Por la vulnerabilidad de Par¨ªs en su avenida m¨¢s vigilada. Por el pavor entre los turistas. Por la agresi¨®n a la cultura y los h¨¢bitos de consumo occidentales. Por el desprecio al rito democr¨¢tico de las elecciones. Y por la influencia que pretende ejercerse en los comicios presidenciales mismos.
La campa?a ya se hab¨ªa concebido en una suerte de estado de excepci¨®n. Hab¨ªa logrado neutralizarse un atentado en Marsella. Se hab¨ªa reforzado excepcionalmente la seguridad del candidato Fillon. Y se hab¨ªa previsto un despliegue de 50.000 polic¨ªas, gendarmes y soldados en la jornada dominical, m¨¢s o menos como si la experiencia democr¨¢tica de votar estuviera expuesta a un ejercicio de sugesti¨®n y de valent¨ªa.
Es el contexto en el que el atentado de los Campos El¨ªseos ya ha logrado condicionar la campa?a. La han suspendido Fillon, Macron y Le Pen, del mismo modo que se han abierto preocupantes interrogantes sobre el impacto del terror yihadismo en las urnas.
Podr¨ªa ocurrir en primer lugar que los franceses decidieran movilizarse. Que el atentado adquiera un valor de reacci¨®n, de est¨ªmulo respecto a las actitudes abstencionistas y el escepticismo r¨¦cord que parec¨ªan haberse arraigado en el cuerpo electoral.
Podr¨ªa suceder que el atentado hiciera reflexionar sobre las candidaturas m¨¢s ortodoxas e institucionales. Fran?ois Fillon, ex primer ministro, hombre de Estado, aparecer¨ªa como una referencia de orden y de experiencia. Mucho m¨¢s que Emmanuel Macron, en su perfil de "golden boy" inexperto, insuficientemente preparado.
Y podr¨ªa pasar que el estado de psicosis o de sugesti¨®n contribuyera a consolidar el discurso de Marine Le Pen. Pues ha sido ella la candidata que ha convertido la seguridad en el eje de su programa pol¨ªtico. La que m¨¢s ha relacionado la inmigraci¨®n con el terrorismo. La que ha prometido mayor intolerancia con las mezquitas y los h¨¢bitos musulmanes. Y la que m¨¢s ha perfilado su papel de gendarme.
Un atentado de tanto peso simb¨®lico condicionar¨ªa en s¨ª mismo cualquier proceso electoral, pero se antoja m¨¢s determinante todav¨ªa en una elecciones cuyo desenlace depende de matices, detalles y mil¨ªmetros.
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