¡°Los expertos se equivocan sistem¨¢ticamente¡±
El escritor Michael Lewis relata en 'Deshaciendo errores' la amistad y el trabajo de dos hombres que nos mostraron los fallos de nuestra mente
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Durante siglos, los ancianos con reuma han relacionado sus dolores en las articulaciones con los cambios de tiempo. Ya en el 400 a.C., Hip¨®crates, el griego al que se considera padre de la medicina, hab¨ªa escrito sobre el efecto del viento y la lluvia en las enfermedades y hasta finales de los a?os 80, los m¨¦dicos todav¨ªa recomendaban a los pacientes con artritis que se mudaran a climas m¨¢s c¨¢lidos. La experiencia acumulada por miles de expertos a trav¨¦s de los siglos no hab¨ªa logrado desmontar lo que en realidad era una leyenda. Entonces, en 1996, Donald Redelmeier y Amos Tversky pusieron a prueba con experimentos la creencia comparando los picos de dolor de los pacientes con los partes meteorol¨®gicos. Adem¨¢s, trataron de buscar una explicaci¨®n al fen¨®meno. En su opini¨®n, cuando estaban estables, los pacientes no se preocupaban del tiempo, pero siempre que sent¨ªan dolor buscaban una pauta en el tiempo que lo explicase.
Otro ejemplo similar sobre c¨®mo nuestro cerebro nos enga?a en temas vitales lo observaron cuando se planteaba a un paciente si quer¨ªa someterse a una cirug¨ªa con unas posibilidades de supervivencia del 90%. Si la pregunta se planteaba de esta manera, poniendo el foco en las cifras de ¨¦xito, un 82% decid¨ªa someterse a la operaci¨®n. Sin embargo, si le dec¨ªa al paciente que ten¨ªa un 10% de posibilidades de morir, solo el 54% aceptaba la cirug¨ªa. Este tipo de experimentos llev¨® a Tversky y a su compa?ero de investigaci¨®n Daniel Kahneman a conclusiones como que ¡°los sujetos no eligen entre cosas sino entre descripciones de cosas¡±.
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Este tipo de hallazgos sobre c¨®mo funciona el cerebro y c¨®mo nos enga?a continuamente, incluso en campos en los que somos expertos, transformaron la forma en que se seleccionan a los jugadores de f¨²tbol, se decide invertir en determinadas acciones o se trata un c¨¢ncer. Kahneman, un jud¨ªo que sobrevivi¨® la ocupaci¨®n nazi de Par¨ªs durante la Segunda Guerra Mundial, gan¨® el premio Nobel de Econom¨ªa por su trabajo en 2002. Tversky, el profesor israel¨ª con el que realiz¨® sus principales hallazgos, muri¨® por un melanoma en 1996 y no pudo recibir el galard¨®n.
Ahora, el escritor estadounidense Michael Lewis recupera la historia de estos dos psic¨®logos que cambiaron su disciplina y el mundo. Deshaciendo errores (Debate), la historia sobre la amistad y el trabajo entre estos dos hombres que nos ense?aron c¨®mo funciona la mente, cuenta los detalles de una amistad improbable y explica los resultados de esa investigaci¨®n.
Pregunta. Kahneman y Tversky eran una pareja que aparentemente no deber¨ªa haber funcionado.
Respuesta. Sus colegas israel¨ªes los ve¨ªan como opuestos, algo parecido a la extra?a pareja. Uno estaba completamente seguro de s¨ª mismo, el otro siempre estaba consumido por la duda, uno era una persona optimista, el otro pesimista y taciturno. Amos no hizo nunca algo que no quer¨ªan hacer y ten¨ªa muy poco tiempo para gente complicada, y pensaba que las complicaciones de la mayor parte de la gente no merec¨ªan la pena. Danny, a la vista de casi todo el mundo, era la persona m¨¢s complicada que conoc¨ªan, y sin embargo, a Amos quer¨ªa hablar con ¨¦l todo el tiempo.
Demasiada gente tiene a¨²n demasiada fe en los juicios de personas individuales y Trump se ha aprovechado de eso
P. ?Cu¨¢l es la influencia de su investigaci¨®n en nuestra vida?
R. Han tenido una influencia incre¨ªble y la puedes ver en distintas ocupaciones, diferentes profesiones o diferentes campos acad¨¦micos. Su principal influencia es dar a la gente una explicaci¨®n de por qu¨¦ los expertos se pueden equivocar y por qu¨¦ hay que vigilarles.
Esto es un problema importante en medicina, porque era una profesi¨®n en la que todo el mundo buscaba el conocimiento del m¨¦dico cuyo juicio intuitivo se ve¨ªa como incuestionable. Ahora, tenemos todo un movimiento conocido como medicina basada en el conocimiento en la que todos los m¨¦dicos tienen que entender las estad¨ªsticas y tienen que comprobar sus diagn¨®sticos con datos.
Hay que ser consciente de cu¨¢ntas historias falsas pueden sonar bien
Tambi¨¦n produjeron lo que yo contaba en Moneyball, c¨®mo los juicios intuitivos de los ojeadores expertos en el b¨¦isbol americano o el f¨²tbol europeo se ven sustituidos al menos en parte por gente que trabaja con grandes cantidades de datos sobre los jugadores que est¨¢n analizando. Lo puedes ver en Wall Street. Creo que uno de lo cambios individuales m¨¢s relevantes en el mundo financiero en los ¨²ltimos 30 a?os ha sido que la gente ha dejado de confiar en expertos para elegir acciones por ellos porque sus juicios no son mejores que lanzar dardos a un peri¨®dico con los valores y elegir al azar.
El inicio de ese movimiento encuentra parte de sus motivaciones en las explicaciones de Kahneman y Tversky sobre por qu¨¦ los expertos se equivocan habitualmente y por qu¨¦ cometen errores sistem¨¢ticos. Su mayor influencia fue poner en duda el juicio de los expertos.
P. ?Ha mejorado ese conocimiento la forma de tomar decisiones de los pol¨ªticos?
R. Eso es un gran problema, especialmente con pol¨ªticos que tienen el temperamento de Donald Trump. Barack Obama s¨ª que integr¨® todo el trabajo de Kahneman y Tversky. Conoc¨ªa estos mecanismos en la toma de decisiones y adapt¨® su entorno de toma de decisiones para hacer lo posible por contrarrestar sus propios sesgos. La respuesta es que depende de cada pol¨ªtico, pero creo que generalmente el electorado no conoce esas ideas. Demasiada gente tiene a¨²n demasiada fe en los juicios de personas individuales y Trump se ha aprovechado de eso. ?l b¨¢sicamente cuenta una historia en la que sus intuiciones viscerales son geniales y conf¨ªa en ellas nos lleven donde nos lleven. Le ayud¨® a ser elegido presidente, pero no le est¨¢ ayudando mucho a gobernar. Lo que espero es que con un ejemplo extremo como este la gente reconozca lo poco fiables que son los juicios viscerales de una persona y quiz¨¢ sea m¨¢s esc¨¦ptica la pr¨®xima vez con una persona as¨ª.
Hay que reconocer la incertidumbre y reconocerla y no castigar a la gente que nos quiere liderar y la reconoce
P. Los protagonistas de su libro dec¨ªan que la gente elige entre descripciones de situaciones y no tanto teniendo en cuenta los datos. ?C¨®mo se puede mezclar ese an¨¢lisis adecuado de los datos con la capacidad para darles sentido en historias que enganchen a los ciudadanos?
R. Su visi¨®n de que la gente responde m¨¢s a las descripciones de las cosas que a las propias cosas creo que es profundo. En particular, uno de los puntos que destacan es que si presentas algo como una p¨¦rdida tienes una respuesta completamente distinta de si lo presentas como una ganancia, aunque sea exactamente la misma cosa. Como el caso de la cirug¨ªa con el 90% de posibilidades de ¨¦xito o 10% de posibilidades de fracaso.
Yo cuento historias. El efecto de su trabajo en m¨ª ha sido hacerme m¨¢s esc¨¦ptico de lo que soy sobre las historias. Eso no significa que las historias siempre sean falsas. Significa que tienes que estar siempre alerta sobre las formas en que pueden ser falsas y c¨®mo tu mente te est¨¢ empujando a hilar una serie de datos para convertirlos en una narrativa coherente, posiblemente a costa de la verdad. Todav¨ªa puede haber historias verdaderas, pero tienes que ser consciente de cu¨¢ntas historias falsas pueden sonar bien. Hay que estar alerta ante las historias simples y f¨¢ciles, por ejemplo en pol¨ªtica, porque con frecuencia son falsas.
P. ?Es optimista sobre las ventajas que pueden convencer a un pol¨ªtico para a?adir a su gesti¨®n un buen uso de los datos adem¨¢s de tener una buena historia que justifique sus acciones?
R. Depende del d¨ªa que me preguntes. Por un lado, creo que podemos mirar lo que ha pasado no solo en los deportes, sino en Wall Street o la medicina. Puedes ver progreso, desde la predominancia del d¨¦bil juicio intuitivo hacia una toma de decisiones m¨¢s basada en los datos. La forma en que los jugadores de b¨¦isbol son evaluados est¨¢ m¨¢s ajustada ahora a la realidad que hace 15 a?os.
Pero por otro lado, no est¨¢ claro que la pol¨ªtica est¨¦ mejor que hace 15 a?os. Hay una gran discusi¨®n entre dos puntos de vista. Hay gente que defiende una forma diferente de hacer juicios y tomar decisiones que es mejor que la vieja, pero sabe que es insatisfactoria porque reconoce las incertidumbres, reconoce que nadie lo sabe todo y que aunque todo se haga lo mejor posible se van a cometer errores a veces. Eso se enfrenta a gente que dice: yo s¨¦, tengo raz¨®n, s¨ªgueme. Esa certeza da mucha tranquilidad a la gente.
Para m¨ª es muy importante que como cultura reflexionemos hasta qu¨¦ punto podemos lidiar con la incertidumbre y reconocerla y no castigar a la gente que nos quiere liderar y la reconoce. Trump no reconoce sus incertidumbres, pero existen. Es como vivir en una habitaci¨®n con un tigre y que nadie reconozca que el tigre est¨¢ ah¨ª. El tigre te puede dejar en paz durante un tiempo, pero en alg¨²n momento te va a comer. Y me pone nervioso que a la gente le resulte inc¨®modo reconocer que hay un tigre en la habitaci¨®n.
P. ?Cree que es posible ense?ar a la gente a tolerar la incertidumbre?
R. La t¨ªpica respuesta humana sobre la incertidumbre se ve claramente en los deportes. Despu¨¦s de que un equipo ha ganado y el otro ha perdido, independientemente de c¨®mo haya sucedido, la gente empieza a crear narrativas para explicarlo. Escuch¨¢ndoles, lo que ha sucedido parece previsible, aunque antes de que pasase fuesen incapaces de predecir el resultado. Creo que como especie estamos mejorando en la tolerancia a la incertidumbre, pero necesitamos mejorar m¨¢s r¨¢pido.
P. En su libro recuerda una opini¨®n de Amos Tversky sobre los historiadores, cuando afirma que todo lo que sabemos sobre la historia son b¨¢sicamente mentiras
R. Son historias que la gente cuenta con informaci¨®n parcial. Hay algo que siempre he pensado sobre la historia. La idea de que cuanto m¨¢s lejos te encuentres de un suceso mejor lo entiendes, como periodista, tienes que admitir que suena falsa. Sabes como yo que el mejor entendimiento que puedes tener es si est¨¢s en la habitaci¨®n cuando pasa algo y lo puedes grabar y hacer preguntas a los presentes. Lo que pasa con el tiempo es que la informaci¨®n se erosiona y acabas teniendo menos testigos vivos de lo que ha sucedido, y pronto todo el mundo est¨¢ muerto y nadie puede discutir tu relato. Entonces puedes crear una historia perfecta y sin contradicciones, porque puedes trabajar con menos informaci¨®n.
Creo que la afirmaci¨®n no es cierta sobre todos los historiadores, pero hay una tendencia en parte de la historia que nos muestra que las historias son peligrosas, que te permiten hacer sentir como si has entendido algo mejor de lo que lo haces en realidad. Y eliminan el azar y la incertidumbre. Una de las cosas que hace la historia es explicar sucesos como si, sabiendo todo lo que sabe el historiador ahora, podr¨ªa haber predicho lo que pas¨®. Pero la verdad es que hay una gran cantidad de azar en la vida y gran parte de lo que sucedi¨® en la historia y sucede en nuestra vida es impredecible.
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