Democracia contra s¨ª misma
Los poderes legislativo y judicial est¨¢n para controlar al ejecutivo
Consideremos una democracia. Una cualquiera, con Estado de derecho, con todas las garant¨ªas de libertad, y con poderes (ejecutivo, legislativo, judicial) diferenciados sobre el papel. Supongamos que un nuevo l¨ªder gana unas elecciones, alcanza la c¨²spide del ejecutivo, y est¨¢ dispuesto a atacar la estructura del Estado, sea para mantenerse en el poder, sea para conseguir r¨¦ditos personales a trav¨¦s de acciones corruptas. En caso de necesidad, ?qu¨¦ puede hacer la sociedad para protegerse a s¨ª misma?
En teor¨ªa, son precisamente las leyes y las instituciones las que se interpondr¨¢n en su camino. Para eso existen el legislativo y el judicial, entre otras cosas, ?no? Para controlar al ejecutivo. La norma escrita es la protecci¨®n de la que se dota una democracia contra el posible tirano.
Pero las leyes est¨¢n huecas si nadie est¨¢ dispuesto a defenderlas. En realidad, la estructura institucional es solo una ventana de oportunidad que puede ser aprovechada (o no) por individuos con diferentes motivaciones, principalmente tres: el deber moral de proteger la democracia; los incentivos para hacer bien el propio trabajo (como juez, fiscal, diputado, senador) y ser recompensado por ello; o la rivalidad partidista. Todos ellos est¨¢n contemplados en los preceptos fundacionales de la democracia, pero la supervivencia del corrupto depende de que el p¨²blico solo observe el tercero.
Un ejemplo (no tan) azaroso: hoy, Trump cuenta con un 84% de aprobaci¨®n entre los votantes republicanos, pero solo un 9% entre los dem¨®cratas. N¨²meros que apenas han variado desde enero. As¨ª, es probable que cualquier ataque sobre el presidente por parte de un juez, un fiscal, o un senador, as¨ª sea de su propio partido, sea le¨ªdo de manera radicalmente opuesta por ambos lados del espectro.
Consideremos de nuevo nuestra democracia cualquiera. El conflicto y la oposici¨®n son su raz¨®n de ser, pero al mismo tiempo de ah¨ª emana su riesgo de deterioro. Pues un pol¨ªtico lo suficientemente polarizador y carente de br¨²jula moral puede confiar en una minor¨ªa mayoritaria y movilizada para volver la democracia contra s¨ª misma. @jorgegalindo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.