El¨ªas Le¨®n Siminiani, director de ¡®El caso Asunta¡¯: ¡°Rosario habla de su hija con un nivel de dolor y amor que estremece¡±
Cuando han pasado casi cuatro a?os de su muerte -con los padres condenados a 18 a?os de c¨¢rcel por asesinato-, vemos en exclusiva el nuevo thriller documental que se estrenar¨¢ en Antena 3 y hablamos con su autor, el cineasta El¨ªas Le¨®n Siminiani
El 22 de septiembre de 2013, toda Espa?a se levantaba conmocionada: la noche anterior, en la cuneta de una pista forestal, en el pueblo de Teo, a las afueras de Santiago de Compostela, hab¨ªa aparecido el cuerpo asesinado de una ni?a de doce a?os. Vest¨ªa camiseta blanca, pantal¨®n de ch¨¢ndal oscuro, y su cuerpo asfixiado hab¨ªa sido depositado a la vista de cualquiera que pasara por all¨¢. Sin esconderla, casi exponi¨¦ndola, y a pocos kil¨®metros de distancia de una de las casas de su familia.
Era Asunta Basterra, hija adoptada por el matrimonio formado por Rosario Porto y Alfonso Basterra, y su nombre, y todo lo que rode¨® su muerte, se convertir¨ªa muy r¨¢pido -demasiado- en el tema principal de los medios de comunicaci¨®n de aquellos d¨ªas, en una espiral de morbo que se disparar¨ªa, tres d¨ªas despu¨¦s de su muerte, con la detenci¨®n de su madre acusada de asesinato, en el tanatorio, poco despu¨¦s de la incineraci¨®n de la ni?a. El men¨² del espect¨¢culo estaba servido, y los buitres no tardaron en hacer acto de presencia.
¡°Todo el mundo cita ahora Making a Murderer, la serie de Netflix, pero nuestro referente fue The Thin Blue Line, de Errol Morris, una pel¨ªcula de 1988¡±
Cuando han pasado casi cuatro a?os de la muerte de Asunta y uno y medio del juicio, con los padres condenados a 18 a?os de prisi¨®n por el asesinato de su hija, y apenas dos meses despu¨¦s del tercer intento de suicidio en la c¨¢rcel de Rosario Porto, el caso vuelve a estar de actualidad por el inminente estreno en Antena 3 de El caso Asunta (Operaci¨®n Nen¨²far), un singular, y extraordinario, thriller documental producido por Ram¨®n Campos desde Bamb¨² Producciones y dirigido por el cineasta El¨ªas Le¨®n Siminiani.
Tres cap¨ªtulos extensos, m¨¢s de tres horas en total, que son el producto de m¨¢s de un a?o, catorce meses, de trabajo intensivo para ofrecer una reconstrucci¨®n minuciosa, obsesiva, precisa y rigurosa del caso, sus misterios, y su repercusi¨®n y construcci¨®n medi¨¢tica. Un trabajo in¨¦dito en Espa?a, por el rigor de su planteamiento, por la exploraci¨®n de recursos visuales poco comunes en el prime-time espa?ol, que hacen que El caso Asunta se adentre en el terreno de lo cinematogr¨¢fico, y como reconoce su director, ¡°por el tiempo, inusual, que hemos tenido para realizarlo¡±.?
La ventana al horror
¡°Quer¨ªamos alejarnos en todo momento del amarillismo y de las especulaciones¡±, explica Le¨®n Siminiani en una terraza del centro de Madrid, pocos d¨ªas antes del estreno, y mientras ultima a contrarreloj los detalles finales del tercer, y ¨²ltimo cap¨ªtulo. ¡°Cuando Ram¨®n Campos, el productor ejecutivo, me llam¨® para poner en marcha este proyecto, nos planteamos desde el principio que, hici¨¦ramos lo que hici¨¦ramos, no iba a tener la cl¨¢sica voz que gu¨ªa al espectador, y le dice lo que tiene que pensar. Hicimos un teaser que apostaba por ese estilo. La cadena lo entendi¨® y lo acept¨®¡±.?
El resultado es un thriller trepidante, pero de tempo pausado, una construcci¨®n dram¨¢tica impecable que esquiva cualquier atisbo de psicolog¨ªa barata, y que enfrenta al espectador a una mara?a de datos, contradicciones, y misterios, entre ellos, el mayor de todos: ?Fueron realmente los padres quienes mataron a sangre fr¨ªa a su hija? Y si lo hicieron: ?por qu¨¦? A esas dos preguntas se dedicaron a dar respuesta, durante meses, toda una panoplia de programas y medios televisivos, radiof¨®nicos, o escritos, alimentando la m¨¢quina de la sordidez televisiva, y construyendo, sin pruebas, sin rigor y sin pudor, el retrato de una pareja de monstruos de clase alta, con un padre pederasta y una madre psic¨®pata, capaces de drogar a su hija con una sobredosis de Orfidal para despu¨¦s ahogarla con tranquilidad y abandonarla mientras denunciaban su desaparici¨®n en comisar¨ªa.
Y justamente, a esas dos preguntas no dar¨¢ respuesta El caso Asunta (Operaci¨®n Nen¨²far), que se aleja radicalmente de todo eso, esquiva cualquier elucubraci¨®n y afronta de forma brillante un trabajo mucho m¨¢s dif¨ªcil: el de la exposici¨®n, con sus errores, sus omisiones, sus agujeros negros, y sus dudas sin resolver, de todos los hechos conocidos, expuestos a la luz en un ejercicio que no busca tranquilizar al espectador, ni reforzar sus prejuicios, sino enfrentarle a una realidad probablemente indescifrable.
Un misterio que no pudo resolver ni las entrevistas y conversaciones con los condenados, y cuyos testimonios directos constituyen uno de los ejes centrales de la serie. Como cuenta Siminiani: ¡±Grabamos la entrevista con Rosario Porto por tel¨¦fono: ella tiene derecho a diez llamadas semanales de cinco minutos, desde una cabina de monedas en el patio de la c¨¢rcel. Y nos llamaba, con el resto de presas detr¨¢s, esperando. En esa entrevista, ella habla de su hija como nunca antes lo hab¨ªa hecho, con un nivel de dolor y amor hacia su hija que estremece. Al acabar la conversaci¨®n, Ram¨®n y yo estuvimos veinte minutos en silencio, impactados, y sin saber qu¨¦ pensar".
¡°Quer¨ªamos alejarnos en todo momento del amarillismo y de las especulaciones. La serie no tiene soluci¨®n, porque la vida tampoco las tiene¡±
Monstruos televisivos
¡°Todo el mundo cita ahora Making a Murderer, la serie producida por Netflix, pero nuestro referente en todo momento fue The Thin Blue Line, de Errol Morris, una pel¨ªcula de 1988 en la que por primera vez el cine documental va de la mano del thriller, una pel¨ªcula que adem¨¢s se adelant¨® a la realidad y termin¨® por solucionar un caso en el que la justicia hab¨ªa errado¡±. El caso Asunta, sin embargo, no pretende llegar tan lejos, pero se propone una meta igual de ambiciosa, especialmente en un contexto dominado por el periodismo r¨¢pido y la opini¨®n infundada: trabajar con hechos, y no con opiniones. ¡°Ten¨ªamos cuatro reglas de oro cuando empezamos a trabajar en la serie: la primera, que no habr¨ªa voz en of¡±, explica Siminiani. ¡°La segunda: que no habr¨ªa opiniones, tan solo hechos; la tercera, que solo aparecer¨ªan testigos directos, o gente implicada de forma directa en el caso, y la cuarta, que incluir¨ªa un trabajo de reflexi¨®n sobre la cobertura y el tratamiento medi¨¢tico del caso¡±.
Y las cuatro las han cumplido. A lo largo de sus m¨¢s de doscientos minutos, El caso Asunta no solo reconstruye con frialdad forense todo el camino que condujo a la muerte de Asunta, sino que traza un retrato muy fino, mordaz y aterrador, puro montaje de colisi¨®n, del tratamiento espectacularizante por parte de los medios, sin rigor, y bas¨¢ndose ¨²nicamente en opiniones. Es un gesto in¨¦dito en la televisi¨®n en Espa?a, un proceso de autocr¨ªtica y reflexi¨®n sobre los juicios paralelos y las intromisiones de los medios en los procesos judiciales. ¡°?C¨®mo puede un jurado popular juzgar de forma objetiva un caso - se pregunta Le¨®n Siminiani - que ya ha sido juzgado y sentenciado de forma p¨²blica en las televisiones?¡±.
Ese auto-retrato medi¨¢tico parte adem¨¢s de una conciencia muy clara de que las herramientas del lenguaje audiovisual no son solamente eso, puras herramientas funcionales, sino, sobre todo, decisiones ¨¦ticas: las entrevistas preparadas a conciencia, ¡°la m¨¢s corta dur¨® dos horas¡±, explica Siminiani, y rodadas con la t¨¦cnica del Interrotron, artilugio inventado por Errol Morris con el que los entrevistados parecen mirar directamente a los ojos de los espectadores; las reconstrucciones ¡°en vac¨ªo¡±, con los protagonistas - guardias civiles, forenses, testigos- reconstruyendo los momentos clave del caso; o las comprobaciones en el terreno de las pruebas esenciales del caso, hacen de la cr¨ªtica de El caso Asunta a las estrategias televisivas un ejemplo vivo de que es posible, aqu¨ª, ahora, abordar con seriedad, inteligencia, y sin morbo, tragedias y sucesos como el de Asunta.
¡°Cuando hice la promoci¨®n de mi largometraje Mapa (2012), me di cuenta de una cosa: lo que se cree que el espectador va a aceptar es mucho m¨¢s estrecho de lo que realmente el espectador acepta. Con El caso Asunta la intenci¨®n era tratar de llevar al gran p¨²blico ante un trabajo con un tempo y unos recursos visuales m¨¢s cinematogr¨¢ficos, que no son ininteligibles, aunque la televisi¨®n no los use. El espectador es mucho m¨¢s listo de lo que la gente cree. Y s¨¦ que con este proyecto he tenido una oportunidad ¨²nica, y probablemente irrepetible, porque nos hemos llevado muchos gatos al agua en cuestiones visuales, pero sobre todo por el tiempo: que alguien pague durante catorce meses un trabajo as¨ª, para un prime time, en Espa?a, parec¨ªa imposible hasta hace nada¡±.
Lejos de cualquier zona de confort, lo que ofrece El caso Asunta (Operaci¨®n Nen¨²far) a sus espectadores es una ventana abierta al misterio del horror, ante el que solo queda, como recurso moral, aferrarse a lo palpable: pruebas, horas, evidencias, que desfilan ordenados ante los ojos pasmados de quien no entiende, y seguir¨¢ sin hacerlo. Con uno de los finales m¨¢s oscuros, y probablemente inolvidables, de la televisi¨®n en Espa?a, la serie hurta la soluci¨®n f¨¢cil, la respuesta obvia: ¡°La serie no tiene soluci¨®n, es verdad, porque la vida no la tiene¡±. ?
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