La deforestaci¨®n que acaba en tu plato contin¨²a
Un estudio denuncia que persiste la tala de ¨¢rboles para producir soja para multinacionales alimentarias
En febrero, la organizaci¨®n ecologista Mighty public¨® un informe sobre la relaci¨®n entre la producci¨®n de soja y la deforestaci¨®n masiva en la cuenca del Amazonas. Tras desvelar que gigantes de la alimentaci¨®n como las estadounidenses Cargill y Bunge compraban soja producida a costa de talar ¨¢rboles en Brasil y Bolivia, las compa?¨ªas se comprometieron a controlar mejor las pr¨¢cticas de sus proveedores. Ahora, tras comprobar v¨ªa sat¨¦lite la evoluci¨®n en los ¨²ltimos meses de algunas de las 28 plantaciones investigadas, Mighty se?ala que la merma de los bosques amaz¨®nicos para abrir paso al cultivo de soja contin¨²a en algunas de las explotaciones que quedaron retratadas.
Utilizando la tecnolog¨ªa de im¨¢genes de Planet Lab, los autores del nuevo informe han visto que se han talado al menos 60 kil¨®metros cuadrados m¨¢s de cubierta forestal ¡ªel equivalente a una d¨¦cima parte de la ciudad de Madrid¡ª, y que hay preparativos para despejar otros 120 de forma inminente.
Compa?¨ªas como Cargill y Bunge utilizan gran parte de esa soja para alimentar a vacas y otros animales, que acaban convertidos en productos c¨¢rnicos o l¨¢cteos. Los granos proceden, por ejemplo, de terrenos como los de la imagen, a una hora de San Jos¨¦ (Bolivia). All¨ª se han talado 10 kil¨®metros cuadrados m¨¢s desde la anterior pubicaci¨®n, y Cargill confirm¨® que era uno de sus proveedores. Por eso la organizaci¨®n Mighty ha contactado con ambas empresas, adem¨¢s de con clientes suyos presentes en numerosos pa¨ªses como los supermercados Carrefour, Walmart o Tesco, compa?¨ªas como Nestl¨¦, Unilever o Kraft Heinz o establecimientos como McDonald¡¯s, Burger King o Starbucks.
El estudio se felicita por la respuesta de la mayor¨ªa de estas firmas, que en su mayor¨ªa se han mostrado contrarias a formar parte de una cadena que contribuya a la p¨¦rdida de bosques y se han mostrado de acuerdo en que acabar con la deforestaci¨®n requiere acciones por parte de to el sector. Las consultas con estos distribuidores y restauradores tambi¨¦n muestran, seg¨²n Mighty, que hay una ¡°creciente demanda¡± en el sector para extender esta protecci¨®n de los bosques a otras regiones sojeras de Am¨¦rica Latina. ¡°Reconocen que hacerlo es asumible [menos de un mill¨®n de euros al a?o en monitoreo, seg¨²n los autores del informe] y necesario para mantener la confianza de los consumidores¡±, destaca el estudio.
La que no sale tan bien parada es Cargill. ¡°Sus acciones contradicen enormemente los millones de d¨®lares que est¨¢n gastando en campa?as publicitarias sobre lo mucho que les importa el medio ambiente¡±, critican desde Mighty. Pero se felicitan porque, dicen, ya no es posible vender una imagen respetuosa y luego hacer lo contrario. ¡°El monitoreo por sat¨¦lite y la relaci¨®n cada vez mayor entre las comunidades forestales y diferentes actores internacionales, as¨ª como la tecnolog¨ªa para rastrear la cadena de suministro posibilita identificar los casos de deforestaci¨®n y apropiaci¨®n de tierras casi en tiempo real¡±.
Pese a los avances en muchos lugares del mundo, la p¨¦rdida de cobertura forestal sigue siendo la tendencia dominante a nivel global. Los bosques del mundo han mermado un 3% (se han perdido unos 130 millones de hect¨¢reas) en los ¨²ltimos 25 a?os. Lo ha hecho, eso s¨ª, a un ritmo mucho menor: la tasa neta de p¨¦rdida de ¨¢rboles ha pasado de siete millones de hect¨¢reas anuales a tres millones en ese periodo, seg¨²n el informe Estado de los bosques del mundo de la FAO. La urbanizaci¨®n y la destrucci¨®n de bosque para usos industriales, agr¨ªcolas o acu¨ªcolas son algunas de las principales causas de deforestaci¨®n.
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