#AfricansRising: un levantamiento digital
Hoy se celebra el D¨ªa de ?frica. Una gran campa?a en redes reivindica un nuevo continente construido sobre la justicia social
Justicia, paz y dignidad. Son las divisas de la organizaci¨®n Africans Rising. Los pilares de una nueva ?frica que intenta levantarse. Las tres palabras de un grito que se extiende y se alza en el mundo digital y a trav¨¦s de la Red. Son las tres claves de una campa?a que aprovecha la celebraci¨®n del D¨ªa de ?frica para reivindicar el ?frica que los africanos quieren y construyen desde la base. Se trata de una iniciativa que se escapa de los esquemas de todas las que se hab¨ªan podido promover hasta ahora, porque no solo est¨¢ impulsada desde la sociedad civil y para aglutinar a todo tipo de movimientos sociales, sino que adem¨¢s pone el acento en los ciudadanos individuales y sobre todo en las conexiones que entre todos estos actores tejen las nuevas redes. Una campa?a que apoya una buena parte de su ¨¦xito en su trabajo en las redes sociales para difundir sus valores y aglutinar sus acciones.
Cada 25 de mayo se celebra la reuni¨®n en la que, en 1963, los representantes de 32 Estados africanos fundaron la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA), el germen de la actual Uni¨®n Africana. El esp¨ªritu de aquel primer encuentro queda lejos y, sin embargo, esta iniciativa intenta recuperar lo m¨¢s genuino de esa uni¨®n. Uno de los detalles que se ha ido perdiendo por el camino ha sido, de hecho, el nombre de la celebraci¨®n que en otros tiempos fue el D¨ªa de la Libertad de ?frica o el D¨ªa de la Liberaci¨®n de ?frica. La campa?a recuerda tambi¨¦n estas denominaciones pasadas, pero no olvidadas.
Una organizaci¨®n con una estructura poco convencional como Africans Rising ha servido de lanzadera para una iniciativa igualmente heterodoxa. Apoy¨¢ndose en una constelaci¨®n de organizaciones sociales y de ciudadanos, pretenden que la reivindicaci¨®n y el ejercicio de autoafirmaci¨®n recorra el continente. El #AfricaWeWant (el ?frica que queremos) que proyectan los participantes en esta aventura se construye a trav¨¦s de la exigencia de transparencia, de la demanda de responsabilidad a la ciudadan¨ªa y a las autoridades, de la lucha contra la corrupci¨®n, de la regeneraci¨®n de los c¨ªrculos de poder y, en resumen, de un avance en el camino de la justicia social. Todos los elementos de la organizaci¨®n ¡ªdesde la web hasta las firmas de los correos electr¨®nicos de sus miembros¡ª est¨¢n atravesados por lemas en la l¨ªnea de la justicia distributiva. Y de pronto no encontramos, por ejemplo, con la exigencia del ¡°fin de las transacciones financieras il¨ªcitas desde ?frica¡±, de la fuga de capitales, en definitiva, que remite a campa?as de otras organizaciones.
Muhammed Lamin Saidykhan es un activista gambiano, bregado en la contestaci¨®n al r¨¦gimen de Yahya Jammeh y destacado recientemente en su implicaci¨®n en la participaci¨®n en campa?as digitales como #GambiaHasDecided. Es uno de los coordinadores de la campa?a de Africans Rising y explica que ¡°adem¨¢s de crear una conciencia global sobre temas relacionados con la justicia, la paz y la dignidad en ?frica, la iniciativa es una llamada de atenci¨®n a los l¨ªderes del continente¡±. ¡°Les estamos recordando que ya nada ser¨¢ como era antes. Los africanos se est¨¢n levantando para propiciar los cambios necesarios y est¨¢n dispuestos a hacer frente a los desaf¨ªos¡±, a?ade.
La base de esta movilizaci¨®n es la Declaraci¨®n del Kilimanjaro, un documento surgido de un encuentro celebrado en Arusha (Tanzania) el pasado mes de agosto y en el que participaron 272 representantes de diferentes entidades de las sociedades civiles de distintos pa¨ªses africanos, desde sindicatos hasta organizaciones de mujeres, j¨®venes o personas con discapacidad. De nuevo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el monte m¨¢s alto del continente fue elegido como testigo de este proceso que pretende transformar e iniciar una nueva ?frica.
El ciberactivismo es el canal m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s eficaz para provocar el cambio social Muhammed Lamin Saidykhan, coordinador gambiano de la campa?a
La declaraci¨®n incide en la necesidad de usar los recursos naturales del continente para construir un desarrollo econ¨®mico m¨¢s inclusivo y sostenible. Igualmente, anima a los africanos a mirar hacia sus propias tradiciones para buscar los valores que rijan sus destinos y destaca el concepto de ubuntu, esa particular forma de ser en comunidad que se atribuye a algunas culturas del continente. La reivindicaci¨®n de la juventud como un motor de construcci¨®n de esa nueva ?frica tambi¨¦n queda plasmado en la declaraci¨®n, que contempla adem¨¢s el papel reservado a las di¨¢sporas surgidas de diferentes procesos de migraciones, muy habitualmente forzadas. Finalmente, la conferencia rubricaba en Arusha el compromiso con la toma de protagonismo de la ciudadan¨ªa en sus luchas particulares del ¨¢mbito local y el compromiso de edificar un movimiento m¨¢s amplio y escrupuloso con los comportamientos ¨¦ticos.
Todas estas manifestaciones llevaban a este reci¨¦n nacido movimiento panafricano a implicarse en el lanzamiento de una campa?a que tuviese como objetivos aumentar el espacio de acci¨®n c¨ªvica y pol¨ªtica de la ciudadan¨ªa, defender los derechos de las mujeres, luchar por la igualdad y la dignidad, ¡°exigir el buen gobierno as¨ª como la lucha contra la corrupci¨®n y la impunidad¡± y buscar la justicia medioambiental. Sin m¨¢s dilaci¨®n, la cita con estos objetivos es el 25 de mayo. Es decir, hoy.
Un motor fuera de lo com¨²n
Las caracter¨ªsticas de Africans Rising son realmente particulares. Sin ir m¨¢s lejos es una organizaci¨®n con una estructura bastante poco convencional, porque el car¨¢cter panafricano que se proyecta en este 25 de mayo, se ha aplicado incluso a su organigrama. Liderada formalmente por el activista sudafricano Kumi Naidoo, un veterano de las luchas sociales, pol¨ªticas y medioambientales del continente, Africans Rising extiende sus tent¨¢culos en todas direcciones. El director adjunto opera desde Nairobi (Kenia), el responsable de movilizaci¨®n est¨¢ en Abuja (Nigeria), el encargado de comunicaci¨®n trabaja en Durban (Sud¨¢frica) y los perfiles de las redes sociales aparecen radicados en Burkina Faso. M¨¢s all¨¢ del n¨²cleo m¨¢s estable de la organizaci¨®n, se suma un grupo de trabajo formado por miembros repartidos por Gambia, Namibia, Togo, Tanzania o T¨²nez y por coordinadores repartidos por otros pa¨ªses.
No hay que perder de vista el nombre asumido por la organizaci¨®n que asume parcialmente una narrativa que ha cosechado ¨¦xito en los ¨²ltimos a?os. Despu¨¦s de los mensajes derrotistas, los vientos de las organizaciones internacionales que contagiaron a algunos medios de comunicaci¨®n internacionales, construyeron un discurso euf¨®rico con el crecimiento del continente el Africa Rising que obviaba, por ejemplo, las desigualdades sociales que pueden parapetarse tras los n¨²meros de la macroeconom¨ªa. Pronto este ¡°africa rising¡± tambi¨¦n ha sido cuestionado, como cualquier otro discurso simplista y reduccionista como es el que proyecta la imagen m¨¢s catastr¨®fica del continente. Sin embargo, los reunidos en Arusha han asumido una parte de esta denominaci¨®n y han introducido una variaci¨®n importante. El Africa Rising del continente que crece, ha sido moldeado al Africans Rising de los africanos que se levantan, dando el protagonismo a esa ciudadan¨ªa que da un paso para tomar la responsabilidad de sus destinos.
La materializaci¨®n
En realidad Africans Rising es apenas el promotor de una campa?a que deber¨ªa extenderse por todo el continente mediante nodos completamente independientes. Las movilizaciones de hoy incluyen citas en 36 pa¨ªses, adem¨¢s de las convocatorias en las di¨¢sporas. Una descentralizaci¨®n que recoge tambi¨¦n el esp¨ªritu de la campa?a y de los propios impulsores.
Los organizadores de las actividades en cada uno de los pa¨ªses, entre los que Africans Rising ha reclutado a incansables activistas, han tenido total independencia. El resultado final es un programa de lo m¨¢s diverso en el que cabe una intervenci¨®n art¨ªstica o una emisi¨®n de radio en Burundi, junto a diversas lecturas de la Declaraci¨®n del Kilimanjaro en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo; una euf¨®rica actividad en Gambia con proyecciones de v¨ªdeo, emisiones de radio, ruedas de prensa y conferencias, junto a la organizaci¨®n de actividades con j¨®venes en Tanzania. Eso s¨ª, las movilizaciones son una constante en todos los pa¨ªses participantes, incluso algunos en los que las demostraciones p¨²blicas pueden alertar a las autoridades.
Los ciudadanos an¨®nimos que se han adherido a la campa?a y que intentar¨¢n impulsar movilizaciones en sus pa¨ªses, aparecen en este listado de actividades junto a organizaciones internacionales que apoyan algunas de las convocatorias, como ocurre con diferentes sedes de Oxfam, con movimientos sociales locales en proceso de aumentar su prestigio como Lucha en la RDC; las organizaciones ambientalistas aparecen junto a las juveniles o estudiantiles y las de mujeres rurales junto a las de lesbianas o los consejos de l¨ªderes interreligiosos.
Los impulsores de la iniciativa llaman evidentemente a difundir y suscribir la Declaraci¨®n del Kilimanjaro, adem¨¢s de participar en las actividades, as¨ª como acciones simb¨®licas como el utilizar prendas rojas durante la jornada. Pretenden que este color se convierta en una muestra de las manifestaciones pac¨ªficas en todo el continente.
La dimensi¨®n digital
Como es evidente, el papel que han jugado las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n (TIC), y m¨¢s concretamente las herramientas digitales en la formaci¨®n de este movimiento, es fundamental. El equipo de trabajo de Africans Rising disperso por el continente, los v¨ªnculos con las organizaciones que agitan y movilizan en los diferentes pa¨ªses y el propio lanzamiento de la campa?a central del 25 de mayo, solo son posibles en un entorno de comunicaciones a trav¨¦s de internet como el actual. De hecho, adem¨¢s de una herramienta de comunicaci¨®n, la red de redes es tambi¨¦n uno de los entornos en los que se desarrolla la campa?a. El entorno digital est¨¢ llamado a unificar y uniformar todas esas actividades descentralizadas y diseminadas en un continente de m¨¢s de 30 millones de kil¨®metros cuadrados.
Las acciones en torno al desempleo juvenil en la ciudad senegalesa de Kaolak, las proyecciones de v¨ªdeo en Durban, la movilizaciones de estudiantes universitarios en Nakuru (Kenia) y los trabajos sobre fotograf¨ªas y v¨ªdeos en Ghana cobran todo su sentido cuando se encuentran en un mismo entorno, el de las redes sociales. Por eso, la campa?a prev¨¦ difundir las actividades a trav¨¦s de las herramientas digitales y anuncian incluso la emisi¨®n en directo de algunas de ellas a trav¨¦s de Facebook o Instagram, pero estas al mismo tiempo le dan todo el potencial de v¨ªnculos panafricanos.
El coordinador de la campa?a Muhammed Lamin Saidykhan reconoce que detr¨¢s de la estrategia digital hay una voluntad de aumentar al m¨¢ximo el impacto. ¡°Somos conscientes de que algunos j¨®venes en el continente y en todo el mundo pasan m¨¢s tiempo conectados que desconectados, y tenemos la obligaci¨®n de llevarles el mensaje de la campa?a a trav¨¦s de estas plataformas. Estamos seguros de que solo los j¨®venes educados y capacitados cambiar¨¢n el continente, y ellos son nuestro objetivo online¡±, explica.
En todo caso, esta dimensi¨®n digital corre el riesgo de naufragar en un mar de hashtags y palabras clave que deber¨ªan servir para aglutinar en las redes sociales a la comunidad y crear los hilos de conversaci¨®n sobre los temas que preocupan a los impulsores de la iniciativa. En este amalgama de etiquetas, los impulsores animan a utilizar #Justice, #Peace y #Dignity, combinados con el principal: #AfricansRising. Se trata de conseguir que durante la jornada esos tres hilos de conversaci¨®n sean una forma de reivindicar los valores m¨¢s b¨¢sicos de ese futuro que se pretende construir. Los problemas se pueden presentar cuando comienzan a aparecer hashtags referidos a algunas de las actividades m¨¢s importantes, como la que se celebrar¨¢ en la senegalesa isla de Gor¨¦e, con una importante carga simb¨®lica tambi¨¦n por su pasado de factor¨ªa esclavista. Y los organizadores proponen utilizar la f¨®rmula #AfricansRisingGoree.
No ser¨¢ f¨¢cil que la campa?a haga sombra a un hashtag m¨¢s gen¨¦rico de la celebraci¨®n, que incluso algunos de los implicados en la campa?a ya han empezado a usar en los ¨²ltimos d¨ªas, el habitual #25May2017. Y en esta l¨ªnea no se pueden olvidar algunas variaciones como #25May o #AfricaDay, por ejemplo, entre muchas otras posibilidades.
De hecho, la euforia de algunos de los ciberactivistas implicados tambi¨¦n les ha jugado la mala pasada de utilizar un hashtag que en otras circunstancias podr¨ªa hacer fortuna por toda la carga ¨¦pica, sentimental y simb¨®lica que contiene, el #AfricaWeWant.
A pesar de esta diversidad de puntos de atenci¨®n que, de alguna manera, complican la valoraci¨®n posterior de la iniciativa y el seguimiento de las personas interesadas, lo que es un hecho es que este fen¨®meno y su inseparable dimensi¨®n digital muestran un creciente estado de opini¨®n. Sobre todo la actividad en las redes sociales, demuestra que algunas de los anhelos panafricanistas, algunas de las reivindicaciones de buen gobierno y la toma de responsabilidad por parte de la ciudadan¨ªa no son patrimonio de las ¨¦lites intelectuales. Cada vez son m¨¢s los ciudadanos m¨¢s o menos an¨®nimos que demuestran que les preocupa tener un papel protagonista en la construcci¨®n del futuro. M¨¢s all¨¢ de las olas de protestas que recorren el continente con reivindicaciones muy parecidas y de la emergencia de movimientos sociales con caracter¨ªsticas nuevas, las herramientas digitales aumentan tambi¨¦n estos canales de expresi¨®n y ayudan a que se escuche el relato que hasta ahora ha pasado desapercibido, la descripci¨®n del ?frica que los africanos quieren construir para s¨ª mismos.
Para Muhammed Lamin Saidykhan, el coordinador gambiano de la campa?a, ¡°el ciberactivismo es el canal m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s eficaz para provocar el cambio social¡±. Este activista habla desde su reciente experiencia en el caso de #GambiaHasDecieded, por ejemplo. Y explica la reflexi¨®n por la que han pasado los promotores de la iniciativa: ¡°Los j¨®venes africanos ya no usan el Internet y las redes sociales por diversi¨®n, sino para organizarse, para generar corrientes cr¨ªticas y para provocar el cambio. As¨ª que con #AfricansRising queremos conectar con los j¨®venes y darles el apoyo que necesitan para impulsar el cambio social en torno a sus luchas en todo el continente, a trav¨¦s del uso de ciberactivismo. Hay que estar donde est¨¢ la juventud y, adem¨¢s, la mayor¨ªa de nuestros l¨ªderes tambi¨¦n est¨¢n en redes sociales¡±.
Otros hilos que cosen el continente
1. El eje Senegal ¨C Burkina Faso ¨C RD Congo
2. Los ciberactivistas puros
Africans Rising no es la primera iniciativa que cose el continente, ni mucho menos, ni siquiera es la primera que lo hace utilizando los retales de las organizaciones de la sociedad civil y aprovech¨¢ndose del hilo de las herramientas digitales. De hecho, la elecci¨®n de la fecha del D¨ªa de ?frica (o el D¨ªa de la Liberaci¨®n de ?frica) le ha dado un protagonismo especial y ha llegado para demostrar que las interacciones entre las sociedades civiles locales son un fen¨®meno creciente e imparable.
Uno de los primeros y m¨¢s vigorosos ejemplos en este sentido fue la presentaci¨®n en sociedad, en marzo de 2015, de Filimbi, una nueva organizaci¨®n juvenil surgida en Kinshasa, la capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. En aquel taller y posterior rueda de prensa hab¨ªa activistas del movimiento senegal¨¦s Y'en a Marre, del burkin¨¦s Balai Citoyen y de los congole?os Lucha (originario de la ciudad de Goma) y del propio Filimbi (surgido en Kinshasa).
El accidentado final de aquel acto, con la detenci¨®n de los activistas y la posterior deportaci¨®n de los miembros de los movimientos sociales extranjeros, puso de manifiesto la conexi¨®n m¨¢s all¨¢ de las fronteras nacionales. Esas organizaciones sociales, verdaderamente hab¨ªan intentado escenificar sus v¨ªnculos y los miembros de los colectivos congole?os reconoc¨ªan m¨¢s tarde que solo gracias a las TIC hab¨ªan podido estrechar sus lazos y colaborar con los activistas senegaleses y burkineses. Las autoridades congole?as hab¨ªan intentado atajar de ra¨ªz un fen¨®meno que, sin embargo, para ese entonces ya se hab¨ªa consolidado en silencio. La irrupci¨®n de la polic¨ªa y el ej¨¦rcito en aquella rueda de prensa, le dio m¨¢s transcendencia de la que nunca habr¨ªa podido conseguir sin ese ataque, y la represi¨®n orientada contra los movimientos congole?os marc¨® el inicio de un ascenso mete¨®rico de prestigio tanto en el interior del pa¨ªs donde han crecido a costa de muchos sacrificios, como en el exterior.
Aquel incipiente eje, aquel germen de conexiones panafricanas ha demostrado en los ¨²ltimos meses hasta qu¨¦ punto ha ido creciendo y c¨®mo puede continuar haci¨¦ndolo. Primero, con motivo del pulso entre la sociedad civil congole?a y las autoridades a cuenta de la celebraci¨®n de elecciones presidenciales que deb¨ªan haberse organizado en diciembre de 2016, y despu¨¦s con la crisis en Gambia a principios de este a?o, se hicieron p¨²blicos sendos v¨ªdeos que demostraban el estado de estas conexiones. Los activistas se movilizaban ante estos retos, pero adem¨¢s, en los v¨ªdeos se sumaban activistas gambianos, cameruneses, chadianos o malgaches, entre otros, configurando un fen¨®meno panafricano de colaboraci¨®n de movimientos sociales que iba en aumento.
En noviembre de 2015, la constituci¨®n de Africtivistes rubricaba tambi¨¦n una din¨¢mica que se ven¨ªa produciendo desde a?os atr¨¢s. El encuentro de un centenar de ciberactivistas de m¨¢s de treinta pa¨ªses africanos en Dakar institucionalizaba las relaciones de colaboraci¨®n entre las comunidades de ciberactivistas locales. Como m¨ªnimo desde tres a?os antes, los colectivos de usuarios comprometidos de las redes sociales se movilizaban a petici¨®n o en auxilio de otros que estaban m¨¢s all¨¢ de las fronteras de sus pa¨ªses, hac¨ªan frente de manera conjunta a retos transnacionales.
Desde los primeros episodios de represi¨®n, los ciberactivistas de ?frica occidental se dieron cuenta de la importancia de tener lazos que superasen las fronteras de sus pa¨ªses. Cuando uno de ellos era censurado o atacado, las campa?as de solidaridad pod¨ªan activarse desde otros pa¨ªses en los que los ciberactivitas pudiesen actuar con m¨¢s seguridad. Esa es una de las m¨¢ximas de esta din¨¢mica de colaboraci¨®n. Sin embargo, estos nuevos ciudadanos comprometidos tambi¨¦n se han dado cuenta, con el tiempo, que comparten algunos retos, que tienen luchas comunes y que pueden aprender de las experiencias de los dem¨¢s siendo m¨¢s eficientes.
Este fen¨®meno de conexi¨®n en el entorno digital tambi¨¦n ha ido creciendo y superando barreras. Ha aglutinado a activistas de pa¨ªses angl¨®fonos y franc¨®fonos, incluso a algunos del norte del continente con los del ?frica subsahariana. Ha ido tambi¨¦n diversificando los nexos de uni¨®n e incluso los ¨¢mbitos en los que colaboran. Y, en resumen, se ha convertido en una estrategia que se va desplegando desde la protecci¨®n mutua a la formaci¨®n, pasando por el apoyo en campa?as o el soporte t¨¦cnico.
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