La ingrata labor de mediar
La desaparici¨®n del cargo de defensor en ¡®The New York Times¡¯ causa sorpresa y preocupaci¨®n. El reto de titular en la web
Hace meses que la organizaci¨®n que agrupa a los Ombudsman de Prensa (ONO) constataba con preocupaci¨®n la desaparici¨®n progresiva de esa figura en los medios de Estados Unidos. A la tendencia se suma ahora la biblia del periodismo mundial, The New York Times, que ha prescindido del cargo de public editor de la noche a la ma?ana, desatando la pol¨¦mica. La propia ONO deploraba el viernes una decisi¨®n, ¡°que no favorece los intereses de libertad, independencia y credibilidad de la prensa¡±.
Liz Spayd, la sexta defensora del lector del Times, hab¨ªa tropezado con los habituales problemas de un cargo independiente que no convierte a quien lo ejerce en la persona m¨¢s popular de la Redacci¨®n precisamente. En la despedida que colg¨® en su blog el viernes, Spayd deja constancia de sus dudas sobre las verdaderas razones que han llevado al Times a tomar tan dr¨¢stica decisi¨®n: ¡°?Se ha cansado la direcci¨®n de esta clase de recomendaciones, o simplemente busca un nuevo modelo?¡±.
El Times estableci¨® el cargo de public editor en 2003, en medio del colosal esc¨¢ndalo provocado por los reportajes inventados y los plagios de su reportero Jayson Blair. Para entonces, el Defensor del Lector llevaba 18 a?os funcionando en EL PA?S, y seis en The Guardian. El due?o del Times, Artur Sulzberger, ha justificado la decisi¨®n apelando al valor de las redes sociales, que son ahora, ha venido a decir, quienes ejercen el verdadero control de calidad en la prensa. Pero es obvio que ese control colectivo ser¨¢ ineficaz si no es sintetizado, analizado y evaluado de forma independiente por alguien con la autoridad necesaria para pedir explicaciones a la direcci¨®n en caso necesario.
Lo cierto es que en tiempos de transformaci¨®n como los actuales, es m¨¢s necesario que nunca dar voz a los lectores, que se declaran, a veces, confusos con los cambios que impone la era digital en esta profesi¨®n. Recibo con frecuencia mensajes que apuntan con preocupaci¨®n a las diferencias que se observan entre el diario impreso y la web. ¡°EL PA?S funciona como una plataforma de producci¨®n de informaci¨®n¡±, explica David Alandete, director adjunto, ¡°que se distribuye principalmente de forma digital en nuestra p¨¢gina web o en plataformas como Google y Facebook. De todas las noticias que EL PA?S publica a diario, una selecci¨®n se incluye en la edici¨®n impresa, que tiene su propio equipo de editores. Cada formato tiene sus necesidades y esto genera diferencias l¨®gicas de elementos tan dispares como titulaci¨®n o extensi¨®n, que no suponen un menoscabo de la calidad del contenido¡±.
La decisi¨®n tomada por el due?o del 'Times' ha desatado la pol¨¦mcia
Los cambios son inevitables, pero deben respetar las normas period¨ªsticas. La pasada semana recib¨ª varias quejas por el titular que encabezaba en la web el domingo, 21 de mayo, el art¨ªculo del escritor Javier Mar¨ªas. La peligrosa parodia era su t¨ªtulo impreso en El Pa¨ªs Semanal, pero en la portada digital pas¨® a ser: Podemos es lo m¨¢s parecido a la Falange desde que feneci¨® la Falange. Un lector, Diego P¨¦rez Bacigalupe, que me escribi¨® desde Praga para deplorar el cambio, me preguntaba de qui¨¦n hab¨ªa sido la idea. La frase fue elegida por el equipo que se ocupa de la versi¨®n digital, cuyo responsable, Alberto del Campo, me explica al respecto:
¡°Los titulares de la portada de la web no pueden atenerse siempre a los criterios que rigen la edici¨®n en papel. En primer lugar porque en la primera p¨¢gina de la edici¨®n impresa se apuesta por cuatro o cinco temas, mientras que la portada de la web es un inmenso escaparate con 70 u 80 temas. Ante esta cantidad de contenidos, con una jerarqu¨ªa menos clara que en el papel, porque se entremezcla al mismo nivel la ¨²ltima hora con lo importante y lo no tan importante pero s¨ª interesante, necesitamos que los titulares sean lo m¨¢s atractivos posibles para reclamar la atenci¨®n de los lectores¡±. Del Campo asegura que una pr¨¢ctica habitual en los art¨ªculos de opini¨®n es titularlos con una frase del texto. Y es lo que se hizo con el de Mar¨ªas.
Entiendo las razones de Del Campo pero creo que en esta ocasi¨®n la frase elegida daba una idea falsa del art¨ªculo que, partiendo de las portadas de los diarios, pasaba revista al panorama pol¨ªtico actual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.