La energ¨ªa ni se crea ni se destruye, solo se comparte
Un proyecto de electrificaci¨®n rural fotovoltaica brinda luz a m¨¢s de 6.000 habitantes de aldeas remotas del noroeste de Ben¨ªn
Los tambores empiezan a sonar en F?-Narerou-Buko cuando a lo lejos se divisa la gran columna de polvo que levantan los coches que, a trav¨¦s de la pista de tierra, se acercan al pueblo. Los cantos de las mujeres se suman a la fiesta. Todo el mundo est¨¢ reunido alrededor de un gran c¨ªrculo en mitad de la peque?a poblaci¨®n de Ben¨ªn.
El F? suno (rey del pa¨ªs F?), Lafia Philippe Kora, que se cubre la cabeza con un turbante blanco, y los ancianos y notables del reino y de la aldea dan la bienvenida a los visitantes que empiezan a descender de los veh¨ªculos. Se trata del c¨®nsul honorario de Espa?a en Ben¨ªn, Claude Karam; los representantes de la ONG Mensajeros de la Paz, Blanca D¨ªez Pe?a y Florent Kouduro; los de la Fundaci¨®n Salvador Soler, Ramiro Vi?uales Ferreiro y Marta Santiago Mora; y de Fundaci¨®n Recover. Hospitales para ?frica: ?ngela Sevillano Garc¨ªa. Todos se han desplazado hasta este remoto lugar perteneciente a la comuna de Sinend¨¦, en el departamento de Borgou, en el noroeste de Ben¨ªn, para inaugurar dos campos de placas solares que facilitar¨¢n luz a m¨¢s de 6.000 habitantes de la zona.
No es el primer proyecto de este tipo que se pone en marcha en la regi¨®n, ya van cinco similares. Todo empez¨® hacia 1996, cuando Juan Pablo L¨®pez Mend¨ªa (Logro?o, 1963) fue destinado a la parroquia que su di¨®cesis, Calahorra y La Calzada-Logro?o, tiene en F?-Bour¨¦, la capital del reino.
En la misi¨®n ten¨ªan un generador el¨¦ctrico gracias al cual gozaban de electricidad y pod¨ªa bombear agua desde el pozo a la casa. Este lujo, en mitad del ¨¢rido clima que rodea al recinto, hizo que L¨®pez se preguntase por qu¨¦ ¨¦l pod¨ªa disfrutar de estos privilegios mientras que el resto de la poblaci¨®n no. Junto con sus compa?eros y a los lugare?os se plante¨® c¨®mo cambiar la situaci¨®n. La idea era clara: traer la luz a todos los habitantes de la zona. Lo dif¨ªcil, sin embargo, era c¨®mo conseguir esos objetivos.
J¨®venes de la zona han sido formados como fontaneros, electricistas o t¨¦cnicos de energ¨ªa fotovoltaica y son ellos los encargados de que todo el programa funcione
L¨®pez ha tenido varios compa?eros que le han acompa?ado en su actividad, pero todos han ido regresando a Espa?a, hasta que en 2011 lleg¨® Rafael Quir¨®s Graci¨¢n (Madrid,1968), sacerdote de la di¨®cesis de Barbastro-Monz¨®n. Desde entonces los dos trabajan juntos.
El primer proyecto fue la electrificaci¨®n del centro de salud de las religiosas que viven en F?-Bour¨¦, financiado por la Fundaci¨®n Energ¨ªas sin Fronteras. Con el dinero que sobr¨® se pusieron 24 farolas en las calles de la poblaci¨®n. Toda una revoluci¨®n. Ahora son muchas m¨¢s y se han extendido por todos los pueblos de la zona. Gracias a una placa solar, a una l¨¢mpara led y a una bater¨ªa en su interior, iluminan las calles de las distintas aldeas.
Luego vinieron la b¨²squeda de acu¨ªferos, la excavaci¨®n de pozos y su sellado y el establecimiento de fuentes donde se consigue agua limpia para el consumo humano ¨Cpara otras funciones existen otro tipo de pozos¨C y la construcci¨®n de dep¨®sitos con bombas solares. Finalmente, llegaron los campos de placas solares que permiten llevar la luz a todas las casas que lo soliciten.
J¨®venes de la zona han sido formados como fontaneros, electricistas o t¨¦cnicos de energ¨ªa fotovoltaica y son ellos los encargados de que todo el programa funcione, de reparar las aver¨ªas y de cobrar cada mes los recibos.
Solo el 38,4% de los benineses tiene acceso a la electricidad, seg¨²n el Banco Mundial. Incluso estos privilegiados, que se concentran en las grandes ciudades del pa¨ªs, se ven afectados por los continuos y prolongados cortes de luz. Ben¨ªn no es capaz de producir toda la energ¨ªa que necesita, ni siquiera para satisfacer las necesidades de ese 38,4%. La compa?¨ªa el¨¦ctrica p¨²blica (CEB) atraviesa dificultades financieras debido al impago de la deuda contra¨ªda por el Gobierno, otra de las razones por las que no puede dise?ar planes de mejoras. Como suele ser habitual en estas situaciones, las zonas rurales son las m¨¢s abandonadas. La pobreza energ¨¦tica, entre otras muchas cosas, es responsable de que la vida de las personas sea mucho m¨¢s dura y de que el pa¨ªs no despegue industrialmente.
Solo el 38,4% de los benineses tiene acceso a la electricidad, seg¨²n el Banco Mundial
L¨®pez comenta que la llegada de la luz trajo cambios significativos a la zona. El primero de todos fue el de la seguridad: ahora se puede caminar de noche por las calles sin ning¨²n miedo. "Los robos han disminuido considerablemente", afirma el misionero. Las farolas, adem¨¢s, se convirtieron en el centro de la vida nocturna de los pueblos, bajo las cuales se agrupa la poblaci¨®n. La iluminaci¨®n es aprovechada por mujeres que venden comida, j¨®venes que juegan a las damas o alumnos que estudian sentados con sus cuadernos sobre las rodillas.
Pero se quiso dar un paso m¨¢s y llevar la luz hasta las casas. Fue entonces cuando surgi¨® la idea de los campos de paneles solares. El primero se implant¨® en F?-Bour¨¦. Las familias que as¨ª lo deseen pueden tener varias bombillas y un enchufe en sus hogares. Gracias a un contador saben lo que consumen y, cada mes, los encargados del servicio pasan a cobrar. Con este dinero se pagan los sueldos de los trabajadores y se pueden reparar las aver¨ªas del sistema.
La comitiva que ha llegado hasta F?-Narerou-Buko inaugura el cuarto de estos campos, en el que se encuentran varias filas de paneles solares protegidos por una valla met¨¢lica y una caseta donde se guardan las bater¨ªas y los transformadores de la electricidad. Banderas de Espa?a y Ben¨ªn adornan el recinto. Rodeados de m¨²sica y de una gran aglomeraci¨®n de personas, el F? suno y el c¨®nsul honorario retiran el papel que cubre una placa colocada sobre una de las puertas del edificio, en la que aparecen los logos de los donantes ¨Cla ONG Manos Unidas, la Agencia asturiana de cooperaci¨®n al desarrollo, Mensajeros de la Paz y la Parroquia de F?-Bour¨¦.
Terminado el acto en F?-Nareou-Buko, la comitiva vuelve a subirse a los coches y se dirige a F?-Sakarou, otro pueblo no muy lejano de all¨ª, sobre la misma pista de tierra. Esta vez se suman varias motos en las que viajan el rey y sus notables. El recibimiento es similar: tambores y otros instrumentos tradicionales, cantos y bailes. De nuevo el c¨®nsul y el F? suno inauguran el quinto campo solar, que esta vez est¨¢ financiado por Manos Unidas y el Gobierno de La Rioja.
Junto al campo solar de F?-Narerou-Buko, tambi¨¦n se inaugura una cooperativa de mujeres para la transformaci¨®n del karit¨¦ en aceite para cocinar o para cremas y jabones. No es la primera. La llegada de la electricidad a esta zona tan aislada de Ben¨ªn est¨¢ abriendo numerosas v¨ªas para el empoderamiento de las mujeres.
En F?-Bour¨¦, como los proyectos llevan m¨¢s tiempo funcionando, esto se ve muy claramente. Junto a la planta solar ha surgido una especie de pol¨ªgono industrial que acoge a varias cooperativas de mujeres y j¨®venes que gracias a la electricidad han establecido, adem¨¢s de la producci¨®n del aceite de karit¨¦, molinos para moler cereales, empresas de construcci¨®n de cocinas (un cilindro met¨¢lico con arcilla que conserva el calor y ahorra mucho carb¨®n), de soldadura o de carpinter¨ªa, entre otras. Grupos de mujeres se han organizado, as¨ª, en todos los pueblos donde ha llegado la luz para poder obtener unos ingresos.
Lea Oruduaru es una de las personas que est¨¢n detr¨¢s de la movilizaci¨®n de las mujeres. En el porche de su vivienda cose con una m¨¢quina el¨¦ctrica, mientras su marido, Fr¨¦d¨¦ric Tamu, borda con otra m¨¢quina dentro del taller de costura. Son sastres, pero Oruduaru lleva tambi¨¦n 20 a?os trabajando con L¨®pez y?Quir¨®s para sensibilizar a las mujeres en temas de higiene, educaci¨®n de los hijos, alimentaci¨®n, enfermedades, importancia del agua o en organizarlas para que sean independientes.
"No es solo la luz la que ha cambiado la vida de las mujeres", comenta Oruduaru. "Tener agua limpia en las fuentes que est¨¢n junto a las casas evita muchas enfermedades y ahorra a las mujeres el tener que caminar hasta el r¨ªo para conseguirla. Antes dedic¨¢bamos muchas horas a esa labor, ahora podemos usar ese tiempo para cosas m¨¢s ¨²tiles para nosotras y nuestras familias".
"Siempre se ha dicho que la mujer bariba (etnia dominante en la zona) tiene que ser callada y estar en casa, pero ahora hablamos en p¨²blico, nos reunimos y participamos en la toma de decisiones", comenta la animadora. El ¨²ltimo gran proyecto que han puesto en marcha, explica Oruduaru, ha sido la adquisici¨®n de dos tractores con la ayuda de Manos Unidas para labrar la tierra de las mujeres que forman varias cooperativas agr¨ªcolas. "Las cooperativistas pagan una cuota por el uso del tractor. Este tambi¨¦n se alquila para arar otras tierras o para transportar le?a u otras cosas. Con ese dinero se paga el sueldo de las animadoras y la gasolina y la reparaci¨®n de las motos que utilizan para desplazarse", cuenta Oruduaru.
La electricidad que llega a las casas ha permitido la creaci¨®n de muchos negocios en los pueblos. Entre ellos destacan los bares o tiendas que, entre otras muchas cosas, venden electrodom¨¦sticos?como frigor¨ªficos, ventiladores o televisores, que hacen la vida de las personas m¨¢s f¨¢cil.
En estos 20 a?os, la parroquia de F?-Bour¨¦ ha mejorado la vida de las personas que viven en esta apartada regi¨®n de Ben¨ªn gracias al apoyo de numerosas personas y asociaciones espa?olas. Por esa raz¨®n a L¨®pez le gusta repetir que "la energ¨ªa ni se crea ni se destruye, solo se comparte".
El ambiente de fiesta que ha marcado el d¨ªa se prolonga entrada la noche. Los electricistas y los t¨¦cnicos de paneles solares celebran que las inauguraciones han sido todo un ¨¦xito. Sentados en la mesa larga de un bar comparten bebidas y algo de comida. "Una de las grandes ventajas de tener electricidad", comenta el due?o del local, "es que aqu¨ª las cervezas est¨¢n fr¨ªas, algo que no es f¨¢cil de encontrar en este pa¨ªs".
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