R¨ªo arriba
El mejor ingeniero es el que mejor copia a la naturaleza
En este planeta voraz casi todo es energ¨ªa solar aunque no lo parezca. Los combustibles f¨®siles son energ¨ªa solar en diferido: la utilizaron los vegetales del Carbon¨ªfero para construir sus cuerpos, que despu¨¦s quedaron enterrados bajo aguas pantanosas para disfrute actual de los jeques ¨¢rabes y otros. La energ¨ªa hidr¨¢ulica se debe al Sol que evapora el agua del mar formando unas nubes que luego descargan en la cabecera de los r¨ªos y nos permiten as¨ª alimentar las turbinas en nuestras presas. El viento que nutre a nuestros molinos es hijo de unas masas de aire caliente y fr¨ªo generadas por el Sol. Solo las energ¨ªas nuclear y geot¨¦rmica son genuinamente terr¨ªcolas. Lo dem¨¢s se lo debemos al astro rey.
Las principales energ¨ªas limpias de la actualidad, la fotovoltaica y la e¨®lica, plantean un problema bien conocido si han de generalizarse, como ser¨ªa deseable. Se trata del almacenamiento. El viento sopla cuando quiere, y la borrasca de las Azores tiene un comportamiento caprichoso a la hora de mandar nubes sobre las placas solares; los molinos siguen funcionando de noche, cuando la demanda de energ¨ªa es m¨ªnima, y las redes de distribuci¨®n pueden saturarse y desestabilizarse. Se precisan sistemas eficaces para almacenar la energ¨ªa cuando el viento sopla o el sol brilla, y liberarla en las horas bajas.
La idea obvia es usar una bater¨ªa. Es por la que apuesta Tesla, la empresa de coches el¨¦ctricos del magnate sudafricano Elon Musk, que por cierto ha abandonado su puesto de asesor de la Casa Blanca en rechazo a la tozudez climaesc¨¦ptica del presidente Trump. Se trata de bater¨ªas locales, que la gente tendr¨ªa en su casa y en su coche para resolver el problema del almacenamiento. Si las bater¨ªas de Tesla (y otros) avanzan lo suficiente, y si los ciudadanos se vuelcan en ellas y disponen de espacio en casa para alojarlas, este puede ser el futuro pr¨®ximo.
Pero hay otra idea que, al menos en teor¨ªa, parece m¨¢s brillante, una idea que mira menos a la tecnolog¨ªa y m¨¢s a la naturaleza, que al fin y al cabo lleva 4.500 millones de a?os gestionando el problema del almacenamiento energ¨¦tico en la Tierra, y no lo hace mal. Consiste en aprovechar los excedentes de energ¨ªa e¨®lica para mover el agua r¨ªo arriba. Cuando lleguen las horas bajas, no habr¨¢ m¨¢s que soltar el agua para abajo y recoger su energ¨ªa con una turbina como las de las presas hidroel¨¦ctricas actuales. Esta es la idea por la que apuesta el presidente de Iberdrola, Jos¨¦ Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n.
El mejor ingeniero es el que mejor copia a la naturaleza.
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