A prop¨®sito de los 'Milenials'
Un art¨ªculo del columnista Antonio Naval¨®n sobre la generaci¨®n nacida entre 1980 y 2000 provoca indignaci¨®n entre los lectores
Constato diariamente que los art¨ªculos que generan m¨¢s reacciones son los de opini¨®n. Las ¨²ltimas dos semanas han sido buen ejemplo de ello. Dos art¨ªculos de colaboradores de EL PA?S, la escritora Rosa Montero y el periodista Antonio Naval¨®n, han provocado una verdadera avalancha de quejas, muchas de ellas llegadas directamente a mi buz¨®n, y muchas otras a trav¨¦s de las redes sociales.
El autor reconoce lo injusto de las generalizaciones
Abordo en esta entrada,?como hice la semana pasada en el caso del art¨ªculo de Rosa Montero, las quejas a que ha dado lugar el art¨ªculo, Millennials: due?os de la nada, publicado el pasado 13 de junio, y firmando por Antonio Naval¨®n. En el texto, como bien saben los lectores, ya que fue uno de los temas que se coloc¨® pronto en la lista de ¡®Lo m¨¢s visto¡¯ en elpais.com, se hac¨ªa un an¨¢lisis global de una generaci¨®n (los nacidos entre 1980 y el 2000) cuyos comportamientos el autor declaraba no entender, ni respetar, a tenor de algunas de las frases que se inclu¨ªan en el texto, empezando por el propio subt¨ªtulo: ?Vale la pena construir un discurso para aquellos que no tienen la funci¨®n de escuchar?
Las reacciones al art¨ªculo han sido tan intensas y numerosas que el propio autor incluy¨® el mismo d¨ªa una nota en su cuenta de Twitter, para agradecer el inter¨¦s de los lectores y disculparse ante aquellos que hubieran podido sentirse ofendidos por la generalizaci¨®n, siempre injusta, en que incurr¨ªa el texto.
A tenor de los mensajes que he recibido, creo que son muchos los lectores, algunos de ellos milenials (esta es la forma de escribir el t¨¦rmino que acepta Fund¨¦u, aunque mantendr¨¦ la versi¨®n original del art¨ªculo y del propio Naval¨®n cuando lo cite), que se han sentido ofendidos por lo expresado por Naval¨®n.
Una lectora, Mabel Fuentes, declara en su correo: ¡°Quiero que conste que [la de Naval¨®n] es una opini¨®n insultante, en la que se falta al respeto [a un colectivo], y a la verdad. En ella se insin¨²a ¡ªcon sorna y risas¡ª que los milenials no somos parte de la especie humana: "?Vale la pena dar un paso m¨¢s en la antropolog¨ªa y encontrar el eslab¨®n perdido entre el millennial y el ser humano?". Se nos compara con un software o pr¨¢cticamente una ameba, 'vivir con el simple hecho de existir'. Esto es una aut¨¦ntica verg¨¹enza¡±. Esta lectora se pregunta si el art¨ªculo en cuesti¨®n no atenta contra los principios ¨¦ticos de EL PA?S, y cita al respecto la injuria, definida en el Libro de estilo como: ¡°un agravio o ultraje de obra o de palabra, as¨ª como la imputaci¨®n de hechos que desacrediten la fama o la estimaci¨®n de alguien".
Obviamente, Antonio Naval¨®n no incurre en injurias en su art¨ªculo, en el que no se refiere a nadie con nombres y apellidos ni imputa a ninguna persona concreta hechos que desacrediten su fama.
Antonio Naval¨®n no incurre en injurias en su art¨ªculo
M¨¢s expl¨ªcito en su queja es Frederic S¨¢nchez, quien echa en falta, ¡°un poco m¨¢s de perspectiva en el art¨ªculo (¡) muchos tics de los milenials que describe corresponden de hecho m¨¢s bien a la generaci¨®n Z (la nacida a partir del 2000)".
Y prosigue: "Yo soy de [los nacidos en] 1977 y por varias circunstancias tengo muchas relaciones personales y profesionales con gente nacida entre 1980 y 2000 y creo que van mucho m¨¢s all¨¢ de la caricatura de cazadores superficiales/vacuos de likes descrita por el autor. Habr¨ªa que analizar el fen¨®meno m¨¢s en profundidad porque no viene solo de la revoluci¨®n de Internet. Esta generaci¨®n tiene a su favor haber viajado mucho m¨¢s que las generaciones anteriores, [lo que le ha permitido] tener contacto con culturas extranjeras. Tiene unos problemas de acceso al mercado laboral muy distintos de generaciones anteriores, se le exige una productividad y una reactividad incre¨ªblemente superior a generaciones anteriores, compite en un mercado mundial, etc¨¦tera.
Este art¨ªculo tiene un tema muy interesante pero necesitar¨ªa mucha m¨¢s perspectiva que este an¨¢lisis de un baby boomer que parte de la base de que su generaci¨®n s¨ª tuvo relevancia y solo ve defectos en las generaciones siguientes¡±.
Otra lectora, Ana Torres Campo, que se presenta como, ¡°profesora de Educaci¨®n Secundaria, ingeniera, madre y milenial muy indignada¡±, dice en su correo: ¡°Escribo en relaci¨®n con el art¨ªculo de Antonio Navalon y a¨²n no doy cr¨¦dito a lo que se publica. Opiniones e insultos, sin un solo razonamiento. Faltando al respeto y criticando a un porcentaje de la sociedad. Tambi¨¦n podr¨ªa meterse con las mujeres o con los de otra raza o religi¨®n. Frases como ¡°falta de vinculaci¨®n con el pasado e indiferencia hacia el mundo real¡± o, ¡°no existe una sola idea millennial que no sea un filtro de Instagram¡±. (¡) Realmente, ?este escrito responde al libro de estilo de EL PA?S?¡±
Jaime Trobajo, que se declara lector hist¨®rico de este diario, se?ala por su parte: ¡°Aunque muchas veces he encontrado noticias, art¨ªculos o editoriales con los que mi opini¨®n no coincid¨ªa, no me causaron nunca rechazo porque simplemente los consideraba un sano ejercicio de diversidad de opiniones. Hasta ahora. Creo que es bastante censurable que un medio serio y de referencia en espa?ol como EL PA?S deje que se publique este art¨ªculo de opini¨®n (¡) Hac¨ªa tiempo que no le¨ªa un art¨ªculo tan sumamente tendencioso, por no decir insultante y lleno de generalizaciones falaces. Me quedo con una frase: 'Sin embargo, no existe constancia de que ellos hayan nacido y crecido con los valores del civismo y la responsabilidad'. Y es que ya sabemos todos que la juventud de hoy est¨¢ corrompida hasta el coraz¨®n, es mala, atea y perezosa. Jam¨¢s ser¨¢ lo que la juventud ha de ser, ni ser¨¢ capaz de preservar nuestra cultura. Inscripci¨®n hallada en una tablilla babil¨®nica del siglo XI a. C.¡±
Antonio Naval¨®n no ha tenido inconveniente en responder a las cr¨ªticas. ¡°Tienen raz¨®n los lectores que destacaron que la generalizaci¨®n implica una injusticia¡±, escribe, ¡°pero en mi ¨¢nimo no estaba el descalificar a un grupo de j¨®venes, sino abrir un debate en torno a una generaci¨®n sobre la que recae una enorme responsabilidad en un momento de cambio cultural, salto tecnol¨®gico y disfunci¨®n pol¨ªtica".
"Adem¨¢s, hay que considerar que la definici¨®n de la generaci¨®n Millennial incluye a personas que est¨¢n pr¨®ximas a cumplir 40 a?os, puesto que hay mucha gente que pertenece a esa generaci¨®n y naci¨® al inicio de los a?os 80".
"Ahora no solo vivimos en una econom¨ªa de mercado, sino que somos una sociedad de mercado en la que vivir es ya casi sin¨®nimo de consumir el tiempo que desmorona las certidumbres del pasado, como puede ser -solo por poner un ejemplo- el concepto del trabajo. Considero que todo eso nos conduce a un debate en el que afrontarlo sin intolerancias, ni paternalismos es una tarea que nos concierne a todos¡±.
Y concluye: ¡°En ese sentido, me llama la atenci¨®n que muchos de los que se han molestado con mi columna no son millennials y adem¨¢s aclaro que mi referencia sobre el Mayo del 68 obedece al hecho de que fue la primera generaci¨®n de j¨®venes que tuvo un protagonismo global.
Hoy vuelven a soplar vientos de cambio, es el tiempo de los millennials¡±.
?El Libro de estilo pone pocos frenos a la libertad de expresi¨®n de los columnistas: ¡°Los textos de opini¨®n¡±, dice en el apartado 3,98, ¡°han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos¡±.
El jefe de Opini¨®n, Jose Ignacio Torreblanca, me recuerda que la intenci¨®n del peri¨®dico es recoger distintas opiniones sobre innumerables temas, y dar pie a una debate civilizado. De hecho, el art¨ªculo de Antonio Naval¨®n ha tenido varias r¨¦plicas. El martes pasado se public¨® una tribuna de Pablo Padilla Estrada, diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid. Y este jueves 15 de junio, la redactora y columnista del diario Luz S¨¢nchez-Mellado, hac¨ªa lo propio en su columna Mis?milenials.
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