Antimigraci¨®n
El discurso antimigrantes se extiende por Europa sin alternativas pol¨ªticas que lo enfrenten
Hay elecciones en Europa. En marzo fueron las holandesas, en abril las francesas, acaban de ser las de Reino Unido y las alemanas ser¨¢n en oto?o. Y sobre todos estos procesos electorales sobrevuela la sombra de lo que se est¨¢ denominando el resurgir de la ultraderecha y de su discurso populista.
Sin embargo, la realidad es que lo que estamos viviendo es mucho peor que un resurgir de la ultraderecha. No se trata de que un grupo de personas que se autodefinen dentro de un marco social, religioso, sexual o incluso racial busquen adeptos que se unan a ellos, como hicieron los nazis. Se trata de un grupo de personas se presentan como ¡°anti-algo¡± e invitan al resto a sumarse a esa cruzada contra ese algo. El algo es la inmigraci¨®n, en general o en particular, concretada en grupos ¨¦tnicos, nacionalidades o religiones.
Este llamamiento "contra algo" da cabida a muchos perfiles en su interior, no es de izquierdas ni de derechas, no excluye ning¨²n patr¨®n social, de ah¨ª su alto nivel de contagio. No necesita datos porque est¨¢ construido desde la emoci¨®n y la simpleza argumental y se caracteriza por liderar el discurso. Se ve muy bien sobre el ejemplo de las elecciones en Holanda. Durante el periodo preelectoral se plante¨® que hab¨ªa un problema de integraci¨®n de la comunidad musulmana en el pa¨ªs. Sobre esta l¨ªnea tan sencilla se construy¨® todo un debate que era ya de base islam¨®fobo, puesto que se part¨ªa de asociar una pr¨¢ctica religiosa con un problema. Metidos en ese debate, los argumentos de todos los partidos fueron reactivos, ninguno propositivo fuera del marco preestablecido por el partido de Geert Wilders.
En porCausa llevamos meses analizando el discurso antimigratorio y c¨®mo se est¨¢ relacionando con las propuestas pol¨ªticas en los pa¨ªses europeos con elecciones este a?o. Nuestro an¨¢lisis confirma la ausencia de propuestas pol¨ªticas originales relacionadas con el tema migratorio que vean el movimiento de personas como una oportunidad econ¨®mica y social, tanto para los pa¨ªses receptores como para los pa¨ªses de origen.
En este marco, seguimos obsesionados con modelos de desarrollo anticuados, en los que estimamos que invirtiendo en los pa¨ªses de origen disminuimos los flujos de salida, e invirtiendo en control migratorio disuadimos a los posibles migrantes. Y mientras perdemos el tiempo con debates est¨¦riles, crece a una enorme velocidad una potente industria, legal e ilegal, entorno a la migraci¨®n que est¨¢ marcando la agenda mundial sin que nos demos cuenta.
La soluci¨®n no es f¨¢cil por supuesto. Pero pasa por ajustar el enfoque del discurso y el an¨¢lisis, y entender que los argumentos antimigratorios, con la xenofobia y el racismo que contienen, solo se pueden parar saliendo del marco del debate reactivo actual, iniciando un proceso de creaci¨®n de alternativas innovadoras basadas en modelos exitosos que ya existen en lugares como Canad¨¢.
Para esto es indispensable conseguir cambiar la narrativa que rodea a la migraci¨®n. Para empezar hay que conseguir que migraci¨®n sea algo chulo, trendy, un concepto de moda. Esto sucedi¨® ya con el cambio clim¨¢tico, que era un rollo de hippies, y ahora es una de las l¨ªneas principales de incidencia pol¨ªtica y social. Y en este cambio de discurso el enfoque ayuda al desarrollo se tiene que revisar. En este marco, quiz¨¢s tenemos que empezar a dejar de vernos como ¨¢ngeles salvadores que visitan a los que menos tienen ayud¨¢ndoles a mejorar sus precarias capacidades hasta que ellos prosperan lo suficiente como para ser aut¨®nomos. Quiz¨¢s los que nos tienen que visitar son ellos, para aprender, ganar dinero contribuyendo a nuestro sistema econ¨®mico, y elegir lo que m¨¢s les conviene para llevar a cabo el cambio que ellos estimen en su pa¨ªs de origen.
Solo entendiendo bien todo el marco que rodea al discurso antimigratorio. Solo comprendiendo que lo que est¨¢ pasando es diferente de lo que pas¨® pero nos puede llevar al mismo lado. Solo aceptando que toda nuestra forma de relacionarnos con ¡°los otros¡±, con los del Sur, es racista y caritativa en lugar de integradora y emprendedora. Solo con autocr¨ªtica y valent¨ªa vamos a conseguir reconducir lo que est¨¢ siendo la mayor cat¨¢strofe social global del milenio. Pi¨¦nsenlo.
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