Tuitorrea
La soledad de muchos acad¨¦micos ha encontrado en las redes el alivio que da el parloteo banal
Un pol¨ªtico, portavoz, nada menos, de la segunda fuerza pol¨ªtica de un pa¨ªs accede al cargo y su primera medida es borrar 50.000 tuits. ?Raz¨®n probable? Sospechar de s¨ª mismo que ha incumplido una norma b¨¢sica de las redes sociales: no decir all¨ª lo que no dir¨ªas en p¨²blico. (*)
Otro pol¨ªtico, con responsabilidades de gobierno en su tiempo, que adem¨¢s es vicepresidente de una empresa de comunicaci¨®n que asesora a Gobiernos a ambos lados del Atl¨¢ntico, se lanza a las redes a anunciar a sus 46.000 seguidores que va a dejar de leer desde ya el peri¨®dico m¨¢s le¨ªdo en espa?ol a ambos lados del Atl¨¢ntico.
Y un tercero, ahora alcaldable de la capital de ese pa¨ªs, militar de alta graduaci¨®n en sus tiempos, otrora admirado como hombre calmo y afable, se trasmuta en la Red en l¨¢tigo de herejes y discrepantes para as¨ª armonizar su perfil con la hostilidad de sus nuevos seguidores.
Tambi¨¦n est¨¢ el catedr¨¢tico, referente de alumnos que escuchaban manar sus lecturas y traducciones de toda la teor¨ªa pol¨ªtica que en los tiempos ha habido, cuya cuenta de Twitter hace la cr¨®nica de la Espa?a de hoy en trazo grueso de insulto vejatorio a todo lo que tan profundamente muestra que desprecia.
No es un caso aislado: la soledad de muchos acad¨¦micos ha encontrado en las redes el alivio que da compartir con los colegas el comentario ir¨®nico sobre otro colega o el parloteo banal sobre la vida personal que en tiempos se hac¨ªa al lado de la m¨¢quina de caf¨¦ y sin m¨¢s consecuencias. Todo muy humano, pero a la vista de todos.
Borrar el pasado, anunciar que se deja de leer, pedir la censura de otros, mandar callar, fustigar a diestro y siniestro, aliviarse en p¨²blico de las opiniones m¨¢s personales¡ alg¨²n d¨ªa un buen cronista escribir¨¢ un buen texto sobre c¨®mo se frustr¨® la esperanza de que las redes sociales nos ayudaran a estructurar una gran conversaci¨®n en un gran ¨¢gora en el que todos los ciudadanos tuvieran voz. (S¨ª, tengo cuenta, no s¨¦ por cu¨¢nto, y me intriga si pasar¨¢ el filtro de la dichosa regla). @jitorreblanca
(*)?Hay una excepci¨®n a esta regla. Si eres Donald Trump funciona al rev¨¦s. No digas nunca una salvajada a la cara que no dir¨ªas en Twitter.
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