La cooperaci¨®n al desarrollo apuesta por la interculturalidad en salud
Distintas cosmovisiones se encuentran para luchar en contra de la mortalidad materna entre pueblos ind¨ªgenas de Latinoam¨¦rica
Aunque las mujeres han sido a menudo v¨ªctimas del patriarcado alrededor del mundo, en distintos pueblos ind¨ªgenas siempre ha existido un poder particular reconocido a las mujeres, un espacio donde los conocimientos tradicionales eran motivo de orgullo. Un momento en el que el orden masculino se trastocaba y la organizaci¨®n comunal se reorientaba alrededor de la mujer: el parto.
Esta experiencia, adem¨¢s de una serie de preparativos materiales, implicaba incluso el uso de magia propiciatoria. All¨ª la mujer, acompa?ada de la madre, el esposo, la partera, o sola, mostraba su fuerza y sabidur¨ªa. Se trataba del momento en que ellas ejerc¨ªan su poder/visi¨®n y el cosmos se pon¨ªa en l¨ªnea con lo femenino, tal como era pensado en estos pueblos.
?Qu¨¦ pasa con este poder cuando llega la medicina moderna a una comunidad campesina o nativa de alg¨²n lugar remoto? ¡°Me llevaron a un lugar fr¨ªo, me acostaron en una cama y me pusieron una inyecci¨®n. No pod¨ªa moverme, me cortaron y sacaron a mi hijo y ni siquiera pude abrazarlo", cuenta una mujer quechua de los andes peruanos. "Estaba sola, sin ning¨²n conocido, a mi esposo no lo dejaron entrar, la placenta la botaron a la basura; pero estaba rodeada de gente que no hablaba mi idioma y nunca hab¨ªa visto en mi vida, no me dejaron tomar mis mates, mis sopas, usar mi ropa especial para el parto, no pude hacer nada, ni me hablaban. Para ellos yo era un objeto, un tr¨¢mite m¨¢s. Fue horrible, no quisiera volver a un establecimiento de salud en mi vida".
Para la medicina moderna, la maternidad y la infancia son dos retos especiales. Los Estados ejercen gran esfuerzo para reducir la mortalidad en ambos casos. No es inusual escuchar a los profesionales de la salud reclamar para que "lo m¨¢s moderno de la medicina llegue a todos", incluyendo comunidades campesinas y pueblos ind¨ªgenas. Esto no es gratuito, los indicadores de salud en pueblos ind¨ªgenas son consistentemente peores que en poblaci¨®n no ind¨ªgena, incluso cuando ambos conviven y acceden a los mismos servicios. No hay duda de que ampliar los servicios de salud en territorios ind¨ªgenas es necesario, adem¨¢s de ser constantemente reclamado por las propias poblaciones. Y, sin embargo, en ese anhelo historias como la de la campesina quechua suelen pasar desapercibidas, teniendo por consecuencia resistencia y desencuentro entre los servicios de salud y la poblaci¨®n ind¨ªgena.
Frente a esta realidad es que, desde mediados de los a?os ochenta y como parte de una amplia agenda de derechos de pueblos ind¨ªgenas, tales como el convenio 169 de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo y la Declaraci¨®n Universal de los Derechos de los Pueblos Ind¨ªgenas, en distintas partes del mundo se ha intentado dar forma al llamado enfoque de salud intercultural.
Los ind¨ªgenas se merecen lo mejor de la medicina moderna, pero, sobre todo, se merecen un mundo donde sus derechos, entre ellos los culturales, sean respetados
Para entender qu¨¦ es la interculturalidad usemos una met¨¢fora. Imagine usted que vive en la cima de una monta?a, escoja la monta?a que usted prefiera, empinada o de amplia base, verde o rocosa, nevada o c¨¢lida, es su monta?a, su¨¦?ela. Su monta?a debe ser como usted, desde ella puede ver el mundo, un bello valle, el mar, una amplia cadena de otras monta?as. ?Tiene ya su paisaje so?ado? Bueno, lo importante de esta met¨¢fora es su car¨¢cter geol¨®gico, pues su monta?a representa su cultura, no est¨¢ hecha de rocas y tierra sino de historia, valores, saberes, tradiciones, conocimientos. En la capa superior de su monta?a est¨¢ lo m¨¢s visible, lo que se adquiere cuando hacemos turismo, el vestido, baile, comida; inmediatamente abajo est¨¢n su forma de organizar la vida, la producci¨®n y distribuci¨®n de los bienes, materiales o simb¨®licos. Un poco m¨¢s abajo, donde ya no se distingue tan bien desde lejos o desde la cima misma, est¨¢n los supuestos que justifican y asignan poder y privilegios. M¨¢s abajo, cerca de la base, est¨¢ la estructura de la raz¨®n y las emociones en su pueblo. Y a¨²n m¨¢s abajo, en el coraz¨®n de la monta?a, est¨¢ su cosmovisi¨®n, su concepci¨®n de la realidad.
Su monta?a es hermosa y, sobre todo, es muy suya. Desde la cima usted tiene una visi¨®n particular del mundo, nadie que no est¨¦ all¨ª con usted apreciar¨¢ ese panorama, no sabr¨¢n decir por d¨®nde sale y se oculta el sol (s¨ªmbolo del saber en esta met¨¢fora) ni sabr¨¢ apreciar lo que realmente vale la pena vivir. Ahora, es deber informarle de que su monta?a no est¨¢ sola, es una de muchas, donde la gente se siente orgullosa de su particular geograf¨ªa y su propia visi¨®n del mundo, pero en fin, en cada una de ellas somos relativamente felices. Un d¨ªa, sin embargo, esta paz se rompe; en alguna crisis tect¨®nica las monta?as, los pueblos, se terminan encontrando y m¨¢s all¨¢ de lo que sabemos que suele pasar (colonizaci¨®n, conquista, 'desarrollo'), en un mundo como el nuestro, encantado por el discurso de los derechos, ?qu¨¦ desear¨ªamos que pase durante tal encuentro?
La respuesta a ello es interculturalidad, que en esencia significa di¨¢logo, un di¨¢logo respetuoso, consciente de la desigualdad de poder de base, que a su vez intente trascenderla y enriquecer a los que participan en la conversaci¨®n. Un di¨¢logo que solo es posible si tomamos conscientemente la decisi¨®n de subir la monta?a del otro, y el otro toma una decisi¨®n igual. Un di¨¢logo que por tanto implica primero bajar nuestra propia monta?a, desandarla, con el riesgo de perdernos en el camino y terminar siendo otros. Este di¨¢logo, cuando se da dentro del ¨¢mbito de la salud, se llama salud intercultural e implica el encuentro de dos o m¨¢s sistemas m¨¦dicos, es decir, dos sistemas de explicaci¨®n, cuidados y dos conjuntos de terapeutas con diversos repertorios terap¨¦uticos.
Aun cuando parezca ut¨®pico, ejercicios como este no son solo ejercicios personales, en distintas partes del mundo los Estados apuestan por la interculturalidad, no solo por su eficiencia para mejorar indicadores de salud, sino como una forma de poner en pr¨¢ctica el respeto de los derechos colectivos de los pueblos ind¨ªgenas. Estas pr¨¢cticas se desarrollan para la salud de los ni?os y las madres, para problemas particulares como la tuberculosis o el Sida, para enfrentar enfermedades cr¨®nicas, para mejorar el acceso a los servicios, o para el desarrollo de sistemas de salud integrales, como los que de hecho impulsa la ONGD Medicusmundi Navarra-Arag¨®n-Madrid en distintas partes del mundo.
Volvamos al parto en sociedades ind¨ªgenas de Sudam¨¦rica. Entre 2005 y 2008 en Per¨², en una experiencia que ahora se reedita en distintas partes del pa¨ªs y el mundo, dos ONGD, Medicusmundi NAM y Salud Sin L¨ªmites Per¨², impulsaron una estrategia de adecuaci¨®n de la atenci¨®n de la gestante que llev¨® a construir servicios interculturales de salud en la provincia de Churcampa (Per¨²). Los distintos actores de la comunidad y los servicios de salud iniciaron en aquel entonces di¨¢logos sobre las tradiciones a cerca del parto, que llevaron a que los servicios adoptaran la pr¨¢ctica del parto vertical, una pr¨¢ctica ahora ampliamente reconocida por la comunidad m¨¦dica internacional como ventajosa cuando no existen complicaciones, es decir, en la mayor¨ªa de los casos. Asimismo, las comunidades, que hasta entonces rechazan asistir a los establecimientos, adoptaran el parto institucional. Dos cosmovisiones se dieron encuentro, negociaron y construyeron algo nuevo y la mortalidad materna, de haber sido la m¨¢s alta de la regi¨®n, desapareci¨® de la provincia.
El pasado 21 de mayo celebramos la Diversidad Cultural para el Di¨¢logo y el Desarrollo, una fecha oportuna para recordar c¨®mo la apuesta por la salud intercultural se ampl¨ªa en el mundo. Por ejemplo, en Latinoam¨¦rica tenemos que: Bolivia ha creado un viceministerio de salud intercultural, Colombia ha desarrollado un Sistema de Salud de Pueblos Ind¨ªgenas, Brasil tiene un Sistema de Atenci¨®n Primaria de Salud para Pueblos Ind¨ªgenas en su Primer Nivel de Atenci¨®n, Ecuador implementa procesos de recuperaci¨®n del conocimiento de las parteras, Guatemala desarrolla una apuesta integral por la interculturalidad en la estructura del ministerio y Per¨² ha creado una Pol¨ªtica Nacional de Salud Intercultural y una Direcci¨®n de Pueblos Ind¨ªgenas, entre otras muchas experiencias.
Sin embargo, todos estos avances est¨¢n en constante amenaza, en muchos casos la salud de los pueblos ind¨ªgenas cuestiona modelos de desarrollo extractivistas, que ponen en segundo plano las externalidades de sus procesos en las poblaciones locales y los Estados terminan apostando por solo hacer m¨¢s de lo mismo, o por una interculturalidad instrumental sin participaci¨®n ni pertinencia. Por ese motivo hay que recordar a los distintos actores de la comunidad internacional que nuestro mundo y nuestra salud es diversa, que existen no menos de 370 millones de pobladores ind¨ªgenas y alrededor de 5.000 pueblos en el mundo y que ellos se merecen, s¨ª, es cierto, lo mejor de la medicina moderna, pero sobre todo se merecen un mundo donde sus derechos, entre ellos los culturales, sean respetados, haci¨¦ndolos no solo objetos pasivos de di¨¢logo, sino actores centrales del mismo.
Gerardo Seminario N¨¢much (Medicusmundi NAM / Salud Sin L¨ªmites Per¨²)
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.