?La ca?a del mediod¨ªa sube m¨¢s que la de la cena?

?Alguna vez ha notado que la copa del aperitivo le ha hecho m¨¢s efecto de lo normal? La velocidad a la que metabolizamos el alcohol depende de la interacci¨®n de varios factores, los cuales redundan en la forma y el ritmo al que nos afectan las bebidas que nos echamos al gaznate.

Pero lo cierto es que la informaci¨®n al respecto es bastante confusa. No se trata solo de qu¨¦ y cu¨¢nto bebemos, sino tambi¨¦n en qu¨¦ momento del d¨ªa lo hacemos y c¨®mo tenemos el cuerpo en ese momento. Y es que la forma de beber influye y mucho: si se toma en ayunas, por ejemplo, el alcohol llega antes al torrente sangu¨ªneo y precipita sus efectos, que pueden llegar a su cl¨ªmax entre 30 minutos y 2 horas despu¨¦s del consumo. En cambio, cuando se bebe despu¨¦s de haber comido, los efectos secundarios se minimizan. Pero hay excepciones. Ciertamente, si han pasado entre 2 y 4 horas tras la ¨²ltima ingesta y tiene el est¨®mago vac¨ªo, la bebida le subir¨¢ mucho m¨¢s. Pero tener la barriga llena tiene sus inconvenientes: si tiene comida en su est¨®mago, se retrasar¨¢ el vaciado g¨¢strico, o lo que es lo mismo: el alcohol dispondr¨¢ de m¨¢s tiempo para penetrar en el torrente sangu¨ªneo. Cuidado con qu¨¦ riega las comidas copiosas.

?Y qu¨¦ influencia tiene la hora del d¨ªa en que se beba? Por alguna raz¨®n, podemos pensar que no nos sienta igual un trago nocturno que beber en un brunch a pleno d¨ªa, ni tomarnos unas ca?itas antes de comer que trincarnos un copazo a la salida del trabajo. La profesora de Nutrici¨®n Nyree Dardaria, de la Universidad de Drexel (EE UU), afirma en New York Magazine que, contrariamente a lo que se piensa, el alcohol se metaboliza pr¨¢cticamente igual a lo largo del d¨ªa. Para ella, lo que cambia es el comportamiento de la persona a la hora de beber, m¨¢s controlado durante el d¨ªa: lo m¨¢s seguro es que tenga cosas que hacer luego y, por tanto, no puede permitirse desfasar.

Alan Burdick, periodista en New Yorker y autor del libro Why Time Flies: A Mostly Scientific Investigation (Por qu¨¦ vuela el tiempo: una investigaci¨®n principalmente cient¨ªfica) ha llegado a la conclusi¨®n de que los cient¨ªficos no tienen nada claro cu¨¢les son las mejores condiciones para beber y ocasionar la menor repercusi¨®n en el organismo. En especial, acerca del horario en el que se bebe. Algunos experimentos hechos con animales, asegura Burdick, han mostrado una mayor sensibilidad frente al alcohol durante la noche, algo que los investigadores vincularon a los ritmos circadianos del cuerpo, marcados por esa especie de reloj biol¨®gico presente en todas las c¨¦lulas. Sin embargo, otro estudio publicado en Quarterly Journal of Studies on Alcohol, realizado con un grupo masculino de estudiantes, sugiri¨® que la nocturnidad no tiene mucho que ver: una tarde, la mitad de ellos tomaron una ingesta moderada y los otros no bebieron nada. A continuaci¨®n todos hicieron un examen y la diferencia fue alta: los que no hab¨ªan bebido superaron con creces la puntuaci¨®n de los que hab¨ªan tomado alcohol. Parece l¨®gico. Y al repetir el mismo experimento por la noche, las diferencias apenas fueron representativas.

Mientras otras investigaciones en curso intentan dilucidar esos misterios asociados a las copas, en lo que todos los expertos est¨¢n de acuerdo es que no hay hora del d¨ªa en la que el alcohol no tenga ning¨²n impacto. Lo que importa es no pasarse con la dosis y ser conscientes de que, bebamos lo que bebamos, siempre algo nos afectar¨¢.