Logopeda: m¨¢s que un rehabilitador de la ¡°erre¡±
Cuando vemos que nuestro hijo no habla bien o, si lo hace, lo hace al m¨ªnimo, nos preocupamos ?Cu¨¢ndo acudir a un especialista?
No habla bien, tartamudea, omite letras o sustituye unas graf¨ªas por otras... Estos son algunos de los primeros avisos de que un ni?o puede padecer un trastorno del lenguaje. Pero, tranquilidad, porque la mayor¨ªa de estos problemas pueden ser corregidos por el logopeda
Los ni?os, desde sus primeros balbuceos hasta que se expresan fluidamente, est¨¢n todo el tiempo familiariz¨¢ndose y desarrollando la que ser¨¢ su herramienta m¨¢s valiosa de comunicaci¨®n: el lenguaje. Este va evolucionando desde el lenguaje meramente expresivo hasta el comprensivo. No obstante, esta progresi¨®n no siempre toma el camino que esperamos. Cuando vemos que nuestro hijo no habla bien o, si lo hace, lo hace al m¨ªnimo, omite sonidos, confunde las letras o las sustituye o posee un bajo rendimiento en el colegio, nos preocupamos, como es natural. Pensamos que algo no anda bien. Y es que, a veces, en esta parte del proceso de la adquisici¨®n del lenguaje pueden presentarse algunos trastornos que, afortunadamente, la mayor¨ªa de las veces tienen soluci¨®n.
¡°En Espa?a, las dificultades en el lenguaje m¨¢s habituales se pueden dividir en tres grandes grupos¡±, nos sit¨²a Cristina Municio, presidenta del Colegio de Logopedas de Madrid. ¡°Ellas son las que tienen que ver con el lenguaje escrito, con el lenguaje oral y con la comunicaci¨®n¡±. La m¨¢s frecuente es la dislalia (dificultad en la pronunciaci¨®n de uno o m¨¢s sonidos, como el de la ¡°r¡±, especialmente doble (¡°rr¡±) como en ¡°carro¡±, ¡°perro¡± o ¡°terraza¡±, que a menudo se convierten en ¡°cago¡±, ¡°pego¡± o ¡°tegaza¡±).
¡°Pero los logopedas no solo nos encargamos de ense?ar la articulaci¨®n correcta del fonema ¡°r¡± ¨C reivindica Municio- sino que tambi¨¦n intervenimos de forma habitual en alteraciones como la dislexia (incapacidad o dificultad para la lectura), el Trastorno Espec¨ªfico del Lenguaje (TEL, retraso o anomal¨ªa en el desarrollo del lenguaje), el Retraso o Ausencia del Lenguaje (REL, inicio del lenguaje hablado m¨¢s tarde de lo esperado), las dificultades auditivas, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y la tartamudez o disfemia (alteraci¨®n de la fluidez del habla), entre otras¡±.
La progresi¨®n del lenguaje, poco a poco
Antes de encender la luz de alarma, para saber si efectivamente nuestro hijo padece alguna alteraci¨®n en el lenguaje, conviene conocer cu¨¢les son las etapas del desarrollo normal, seg¨²n su edad. Desde el nacimiento hasta los 6 a?os, m¨¢s o menos, los ni?os presentan una incre¨ªble plasticidad cerebral, lo que favorece una ¨¦poca en la que aprenden mucho. Obviamente, cada peque?o va a su ritmo por lo que algunos lograr¨¢n sus objetivos antes y otros, despu¨¦s. Pero, como todo aprendizaje, la adquisici¨®n del lenguaje tiene sus altos y sus bajos, ya que es un proceso complejo, con avances y estancamientos. Conocer algunos de los hitos en el desarrollo normal del lenguaje nos puede servir de gu¨ªa para darnos pistas sobre si hay algo de qu¨¦ preocuparnos o no.
- Entre los 0 y 18 meses: Los beb¨¦s pasan de los llantos a las sonrisas, los gorjeos y las muecas y a una relaci¨®n l¨²dica con secuencias sonoras. Primero empiezan con las vocales; despu¨¦s, las consonantes. M¨¢s tarde, combinan ambas. Si al a?o y medio, solo usa vocales, es un primer aviso para la observaci¨®n.
- Entre los 18 y los 24 meses: Forman las primeras combinaciones de dos palabras. No hacerlo a esta edad es un marcador de un trastorno del lenguaje.
- Entre los dos y los cuatro a?os: Fase de la explosi¨®n ling¨¹¨ªstica. Manejan cada vez m¨¢s vocabulario y, de un mes a otro, los ni?os avanzan r¨¢pidamente con oraciones simples (sujeto, verbo y objeto). A partir de los 3 a?os, los profesionales cuentan con buenos instrumentos de evaluaci¨®n que permiten detectar alg¨²n problema.
- A partir de los cuatro a?os: La construcci¨®n del lenguaje oral es m¨¢s elaborada; a los 5 a?os ya son capaces de contar experiencias y narrar historias breves.
Peque?as se?ales
Se pueden detectar trastornos del lenguaje desde la atenci¨®n temprana, pero lo m¨¢s habitual es a partir de los 6 a?os, porque coincide con el inicio de la lectoescritura. En esta fase, para saber si nuestros hijos tienen alguna dificultad del lenguaje, Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa, profesora de primaria con m¨¢s de 20 a?os de experiencia y actual directora del espacio educativo Aprender y M¨¢s, de Colmenar Viejo (Madrid), nos recomienda observar si el ni?o tiene:
-Habla infantilizada.
-Poca fluidez en su expresi¨®n.
-Vocabulario reducido.
-Omisi¨®n de algunos fonemas (en lugar de decir ¡°zapato¡±, dice ¡°apato¡±).
-Sustituci¨®n de fonemas (¡°tero¡± en vez de ¡°quiero¡±).
-Distorsi¨®n del lenguaje con palabras ininteligibles.
-Interrupci¨®n del habla.
-Repetici¨®n de las s¨ªlabas.
-Dificultad a mantener la atenci¨®n sostenida en una actividad.
-Deficiencia en fonaci¨®n.
-¡°Trabas¡± al hablar.
-Omisi¨®n al escribir
-Incapacidad de hacer bien la pinza para coger el l¨¢piz.
-La disposici¨®n de su cuerpo es inadecuada (c¨®mo se enfrenta al espacio de aprendizaje). -Negaci¨®n a leer o escribir
Cu¨¢ndo tomar las riendas
Si el peque?o tiene alguna de las anteriores, lo primero es descartar da?os org¨¢nicos. Algunos trastornos del lenguaje tienen un componente neurol¨®gico, como da?o cerebral, lesiones auditivas, d¨¦ficit intelectual o deficiencias motoras, para los que el ni?o debe seguir a rajatabla las instrucciones de su m¨¦dico. En otros casos, estas alteraciones son funcionales y se pueden solucionar gracias a la intervenci¨®n del logopeda, un profesional de la salud capacitado para la evaluaci¨®n, diagn¨®stico e intervenci¨®n de cualquier trastorno de comunicaci¨®n, lenguaje, habla y lectoescritura. Pero tambi¨¦n abarca otros campos en los que se conoce menos su actuaci¨®n: ¡°todav¨ªa nadie piensa en los logopedas, como especialistas en degluci¨®n¡±, recuerda Cristina Municio, quien promueve que el logopeda est¨¦ presente en un futuro en la comunidad escolar, tanto dentro de los colegios como en los comedores escolares.
Sobre cuando acudir al logopeda, Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa nos dice que ¡°hay que dar un poco de tiempo a que el ni?o interiorice los fonemas, las letras, su representaci¨®n gr¨¢fica, las s¨ªlabas, las palabras y, por ¨²ltimo, las frases. Sin embargo, es importante no tardar demasiado en recurrir al rehabilitador del lenguaje como es el logopeda¡±. Y es que cuanto antes, mejor. En esto est¨¢ totalmente de acuerdo la presidenta del colegio profesional, quien asegura que ¡°se sigue pensando err¨®neamente que cuando un ni?o no habla es mejor esperar. Se dice ¡®ya hablar¨¢¡¯, ¡®cada ni?o tiene su ritmo¡¯. Estas ideas dificultan el desarrollo del peque?o¡±. No recurrir a la ayuda profesional impide diagnosticar o tratar un trastorno del lenguaje a tiempo, lo que conlleva unas ¡°consecuencias a largo plazo negativas, como una peor integraci¨®n de los nuevos aprendizajes, sobre todo en cuanto crece el nivel de abstracci¨®n¡±, comenta la logopeda. Por otro lado, afecta enormemente al aspecto emocional del ni?o, ya que ¡°puede generar inhibici¨®n, bloqueos o alg¨²n tipo de consecuencia a nivel de su autoestima¡±, advierte.
El papel del logopeda
¡°Si hablamos del lenguaje escrito ¨Cnos explica la especialista-, trabajamos desde la mec¨¢nica lectora, la forma de escribir y de coger el l¨¢piz, la direccionalidad de las letras hasta la buena comprensi¨®n y expresi¨®n escrita, es decir, todas aquellas habilidades que promueven el desarrollo de una lectura y escritura eficaces. Hablando del lenguaje oral, trabajamos desde la fisiolog¨ªa y anatom¨ªa de los ¨®rganos implicados en la articulaci¨®n, habilidades auditivas y ling¨¹¨ªsticas, hasta los procesos de dicci¨®n y planificaci¨®n del discurso oral, pasando por todos los componentes del lenguaje (fon¨¦tica-fonolog¨ªa, morfosintaxis, sem¨¢ntica y pragm¨¢tica). Y hablando de comunicaci¨®n, trabajamos desde la intenci¨®n y el inter¨¦s comunicativos, sistemas alternativos y aumentativos que garanticen la correcta comunicaci¨®n hasta un uso funcional de su lenguaje¡±.
Los profesores son pieza clave
Al entrar en la educaci¨®n primaria, la lectoescritura es el gran hito. En ese momento, conviene saber que, como dice Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa, ¡°hay muchos m¨¦todos de ense?anza, pero el m¨¢s adecuado siempre ser¨¢ el que mejor se adapte a cada ni?o¡±. Y esa flexibilidad de los docentes ¡°solo se logra molde¨¢ndose como docente, estando al d¨ªa, form¨¢ndose en los temas de educaci¨®n, estudiando los contenidos m¨¢s all¨¢ de lo evidente¡±, reflexiona la maestra que adem¨¢s obtuvo un diplomado en Audici¨®n y Lenguaje, con el fin de poder trabajar mejor con ni?os con problemas de lenguaje.
Por su parte, Municio nos explica que cuando un profesor intuye o detecta que un ni?o tiene dificultades de lenguaje, pide una evaluaci¨®n al equipo de orientaci¨®n pedag¨®gica del centro para determinar las necesidades de escolarizaci¨®n, las adaptaciones curriculares necesarias y el acceso a los recursos existentes en cada centro, entre los que actualmente no se encuentra la logopedia. Este equipo, tambi¨¦n podr¨¢ orientar a la familia para hacer otras evaluaciones complementarias si lo considera necesario.
Y lo que est¨¢ en manos de los padres
4 consejos para tener en cuenta
El rol de los padres es fundamental pues no solo pueden detectar las primeras se?ales si hay dificultades, sino tambi¨¦n motivar al ni?o, apoyarlo y contenerlo. Municio se?ala que ¡°hay muchas personas del entorno del ni?o que, al estar en contacto directo con ¨¦l, pueden se?alar factores de alarma de forma r¨¢pida para favorecer una intervenci¨®n correcta. Normalmente, los padres o familiares, y los profesores. Hacer un seguimiento activo del desarrollo de los ni?os puede dar bastantes pistas sobre la existencia de un posible problema¡±.
1. Al hablar con el ni?o, usar adecuadamente el lenguaje, sin infantilizar las palabras.
2. Cuando hay que seguir con el tratamiento, hacerlo hasta el final. Apoyar y ayudar al ni?o a hacer los ejercicios. Muchos padres al ver los primeros resultados de la terapia con el logopeda, la abandonan, lo que convierte esa peque?a consecuci¨®n de objetivos en retroceso.
3. Est¨¢ bien que el ni?o pueda comunicarse con los padres, pero como tambi¨¦n tiene que hacerlo con su entorno, conviene que use las palabras adecuadas y no un c¨®digo que solo entiende la familia. Si el ni?o no pronuncia bien una palabra (a una edad que se espera que s¨ª lo haga), no hay que demostrar abiertamente que se ha entendido.
4. Tampoco se trata de corregirlo a cada rato. Esto se vuelve tedioso y desanima el esfuerzo del peque?o. Pero, de una manera afectuosa, se puede decir correctamente una palabra mal expresada en otro contexto para que ¨¦l la repare.
Una vez fijado un plan de intervenci¨®n ser¨¢ muy importante tener una comunicaci¨®n fluida entre todos los actores (padres, entorno escolar y logopeda) para que el tratamiento sea realmente efectivo y ayude al ni?o a superar sus trastornos de lenguaje. Esto se consigue fijando objetivos y pautas comunes coordin¨¢ndose, mediante reuniones frecuentes entre los diferentes profesionales y/o padres.
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