San Ferm¨ªn: por qu¨¦ nos gustan tanto las fiestas masificadas
Y las razones cient¨ªficas para los que las odian
Ayer dio comienzo la madre de todas las fiestas. Siete d¨ªas de ¨¦xtasis colectivo que arrancan cada 6 de julio y que ya tiene m¨¢s seguidores desde fuera, espectadores colocados a una prudencial distancia, creadores de memes, y voyeurs de Instagram, que desde dentro. Millones de cabecitas min¨²sculas vistas a trav¨¦s de la pantalla de la televisi¨®n, o un bosque de brazos y risas si se vive desde dentro, desde el olor?pegajoso a vino y cuerpos. Es lo que se dice un planazo o una tortura, seg¨²n quien lo mire. ?Por qu¨¦ unos la adoran y otros la aborrecen?
Las razones se remontan a nuestros ancestros y para explicarlas hoy hay que acudir no solo a la psicolog¨ªa y la neurociencia, sino a la antropolog¨ªa e incluso a la gen¨¦tica. Un estudio reciente realizado entre un grupo de 1.000 individuos en Australia prob¨® que quienes sal¨ªan de fiesta -acud¨ªan a festivales o conciertos, bailaban en bares o discotecas o incluso escuchaban bandas de m¨²sica callejeras- eran m¨¢s felices y se sent¨ªan m¨¢s conectados con la sociedad.
Las personas que van de fiesta son m¨¢s felices y se sienten m¨¢s conectadas con la sociedad
"Las personas somos seres sociales", explica por correo electr¨®nico el psic¨®logo Nacho Calvo en mentesabiertas.com. "Al margen de los encierros, que para muchos tan s¨®lo sirven como excusa, San Ferm¨ªn supone la concentraci¨®n de miles de personas de diferentes culturas, lo que genera un sentimiento que para la mayor¨ªa de las personas resulta tremendamente positivo".
Para los esc¨¦pticos, Calvo advierte de que este tipo de eventos se viven de una manera radicalmente distinta desde fuera y desde dentro: "Al encontrarnos rodeados de un ambiente festivo vivimos la experiencia de una manera amplificada, como ocurre en los conciertos o festivales, haciendo que se conecten nuestras neuronas espejo que son las encargadas de la empat¨ªa en el cerebro".
No es solo formar parte de un gran grupo que comparte una actividad, sino el hecho de que esa actividad est¨¦ relacionada con el baile o el movimiento lo que nos eleva al ¨¦xtasis colectivo. El profesor de Arqueolog¨ªa de la Universidad de Reading (Berkshire, Inglaterra) especulaba en su libro The singing Neanderthals : the origins of music, language, mind, and body -Los neardentales que cantan: los or¨ªgenes de la m¨²sica, la lengua, la mente y el cerpo- con que el baile se remonta a 1,5 millones de a?os y est¨¢ relacionado con la supervivencia "como forma de cooperaci¨®n y comunicaci¨®n". Algo, que seg¨²n un grupo de investigadores de Jerusalem, alcanza el estatus de habilidad y est¨¢ escrita en nuestros genes.
Esa comunicaci¨®n es lo que ?mile Durkheim denomin¨® la "efervescencia colectiva" y el investigador de la Universidad de Montreal Paul Carls ha estudiado a fondo para encontrar su explicaci¨®n actual. Seg¨²n cuenta Carls, la efervescencia colectiva de Durkheim est¨¢ en el coraz¨®n de las religiones: "Eleva a los individuos fuera de s¨ª mismos y los hace sentir como si estuvieran en contacto con una energ¨ªa extraordinaria, que los lleva a una excitaci¨®n emocional colectiva".
La habilidad de bailar est¨¢ escrita en nuestros genes y en los or¨ªgenes de la humanidad estaba vinculada a la supervivencia
La tecnolog¨ªa quiere ahora medir esta emoci¨®n a trav¨¦s de 'wearables' biom¨¦tricos que registran las pulsaciones y el movimiento. El antrop¨®logo Dimitris Xygalatas, de la Universidad de Connecticut (EE.UU.) ya lo hizo en un estudio de campo en las fiestas del Paso del Fuego y M¨®ndidas en San Pedro Manrique.
Xygalatas y su equipo se trasladaron a este pueblo de la provincia de Soria y colocaron aparatos biom¨¦tricos en sus 3.000 habitantes durante las fiestas. Toda la comunidad result¨® estar emocionalmente alineada durante el ritual festivo, a juzgar por las frecuencias cardiacas. No solo los que caminaban sobre el fuego, sino tambi¨¦n los espectadores ten¨ªan sus corazones sincronizados. Eso s¨ª, quienes ten¨ªan una mayor vinculaci¨®n familiar con los participantes del ritual o era originarios de San Pedro Manrique o alrededores mostraron una sincronizaci¨®n cardiaca mayor.
Lo mismo ocurre en los festivales de m¨²sica o grandes festividades, seg¨²n comenta Xygalatas, "en los actos con los que se sientan m¨¢s identificados los asistentes vivir¨¢n la magia de la efervescencia colectiva, mientras que en los que no formen parte de la identidad se sentir¨¢n m¨¢s desconectados y desincronizados".
Un grupo de investigadores midi¨® el pulso de los asistentes a las fiestas de San Pedro Manrique, en Soria, y comprobaron que todos ten¨ªan los corazones sincronizados
"El ser humano y los animales suelen vivir en grupo, y aunque no sabemos qu¨¦ circuitos o neurotransmisores pueden estar implicados en el bienestar que produce este hecho",?explica por tel¨¦fono el neurocient¨ªfico del Instituto Cajal (CSIC) y vicepresidente del Consejo Espa?ol del Cerebro, Jos¨¦ Luis Trejo, "s¨ª que tiene un nombre: enriquecimiento ambiental. En su componente social", a?ade, "hace que se incremente el n¨²mero de neuronas en el hipocampo, que es el centro neur¨¢lgico del apredizaje y la memoria, y el ¨²nico en el cerebro en el que se fabrican neuronas en la edad adulta". Por tanto, las relaciones sociales, interactuar con muchas personas y participar de atividades en grupo "mejoran el aprendizaje".
Adem¨¢s, Trejo hace referencia a las hormonas que participan en los eventos sociales como los festivales de m¨²sica o los sanfermines. "Sabemos desde hace tiempo que el ejercicio y la actividad en grupo, al contrario que ocurre con el aislamiento, hace que el cerebro libere dopamina y endocannabinoides [el cannabis natural de nuestro cuerpo], al tiempo que activa los circuitos serotonin¨¦rgicos".
O la tormenta perfecta
Esa es la parte buena. En la parte mala, los festivales son, como algunos adversos sospechan, un semillero de enfermedades, seg¨²n un estudio que llev¨® a cabo la Facultad de Medicina de la Universidad de Marsella (Francia) en grandes eventos desde 1980 hasta 2012. "Se producen transmisiones fecales-orales de agentes pat¨®genos por el incumplimiento de las normas de higiene", relata el informe. "Adem¨¢s, se propaga una gran variedad de enfermedades de transmisi¨®n sexual".
En esta l¨ªnea, el verano pasado las autoridades brit¨¢nicas lanzaron un comunicado en el que aconsejaban a los j¨®venes vacunarse contra el sarampi¨®n. Otras enfermedades que no querr¨¢ padecer y que est¨¢n vinculadas a los grandes eventos: salmonela, e.coli o el horrible norovirus.
M¨¢s all¨¢ del entorno y de vuelta a la efeverscencia colectiva, los mismos circuitos serotonin¨¦rgicos que hacen que algunos se sientan bien cuando se encuentran rodeados de muchas personas, "se encuentran vinculados a trastornos obsesivos-compulsivos y trastornos del p¨¢nico", confirma Trejo. Esto quiere decir que lo que para unos es un cl¨ªmax emocional para otros es un peque?o infierno, la tormenta perfecta.
Ver las im¨¢genes de ayer en plaza del Ayuntamiento de Pamplona despierta en algunos todo un abanico de posibles catastr¨®ficas desdichas y un mont¨®n de preguntas relacionadas con la sensaci¨®n de encierro: "Una vez dentro no hay escapatoria, y si de pronto quiero descansar, y ?cu¨¢nto tiempo dices que va a durar?...".
"Hay personas", afirma Calvo, "que rehuyen este tipo de eventos ya que la aglomeraci¨®n puede generarles demasiada ansiedad sobre todo si no se encuentran en un buen momento emocional". Un alto nivel de estr¨¦s, por ejemplo, "podr¨ªa ser un detonante que nos hiciera sentirnos m¨¢s?vendidos ante situaciones en las que nos vemos incapaces de escapar".
"Cuando una persona ha vivido experiencias desagradables como la ansiedad s¨²bita o los ataques de p¨¢nico, teme que esas sensaciones se pudieran reproducir en un contexto en el cual les fuese complicado escapar", a?ade. "Cuando se siente afectada por el miedo a sus propios s¨ªntomas f¨ªsicos -taquicardias, falta de aire, etc...- tiende a evitar cualquier contexto que le incapacite para huir, que es una respuesta primitiva de supervivencia que todos tenemos en situaciones l¨ªmite en las que nos podemos sentir amenazados".
"Con los cambios hormonales o cuando tenemos un alto nivel de estr¨¦s somos m¨¢s propensos a sentirnos amenazados por las aglomeraciones" (Nacho Calvo, psic¨®logo)
"El consumo de ciertas sustancias como el cannabis o la coca¨ªna tambi¨¦n pueden predisponer a la persona hacia la ansiedad". Llevado al terreno de la patolog¨ªa, "el problema suele diagnosticarse como agorafobia (o trastorno de p¨¢nico con agorafobia). Y se puede ver propiciado por cambios hormonales que nos hagan sentirnos m¨¢s vulnerables como la menstruaci¨®n en las mujeres o las afectaciones de la gl¨¢ndula tiroides".
En cuanto al cerebro, Trejo a?ade que las actividades en grupo "activan los circuitos que regulan la jerarqu¨ªa de dominancia. En el laboratorio lo vemos en los ratones: enseguida se manifiestan los dominantes". Algo que los famosos violadores de San Ferm¨ªn llevaron a un deplorable extremo.
No se ha estudiado en profundidad qu¨¦ circuitos neurol¨®gicos activa un aumento de la actividad social, al nivel de las fiestas de San Ferm¨ªn, para derivar en estados de malestar. "Pero s¨ª que sabemos que cuando queremos inducir estados patol¨®gicos en ratones", explica Trejo, "para la interacci¨®n social positiva se utiliza el sexo, mientras para la negativa lo que hacemos es llenar la urna de ratos, provocar multitudes, y luego vaciarla para dejar aislado al rat¨®n. Multitud y aislamiento".
Algunos, como el en caso de los humanos, tardan m¨¢s en reaccionar que otros. Unos est¨¢n a gusto en esa muchedumbre, y otros, en la soledad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.