Aida Guill¨¦n lucha contra el odio hacia los musulmanes
¡°La islamofobia es una de las amenazas m¨¢s graves a la cohesi¨®n social¡±, dice la coordinadora de un programa pionero desde el Ayuntamiento de Barcelona
En los ¨²ltimos a?os, Europa ha sido objetivo de ataques terroristas con centenares de muertos. Algo tr¨¢gico que sufren casi a diario en aquellos pa¨ªses donde se encuentra la semilla del islamismo radical. Oriente Medio y ?frica encabezan el n¨²mero de v¨ªctimas que estos grupos armados provocan en nombre de Al¨¢. La proximidad de los hechos, no obstante, hace que, a veces, se culpabilice sin matices a los ciudadanos que profesan esta religi¨®n, a los que se incluyen en el mismo saco que a los matarifes. A esa creciente islamofobia se ha adelantado el Ayuntamiento de Barcelona, trabajando con las comunidades musulmanas y dem¨¢s vecinos para evitar brotes de xenofobia.
Una de las coordinadoras de esta iniciativa pionera ha sido Aida Guill¨¦n Lanzarote, directora del ?rea de Derechos de Ciudadan¨ªa, Participaci¨®n y Transparencia en el consistorio barcelon¨¦s, quien particip¨® en el Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas, celebrado en Madrid el pasado mes de abril. Guill¨¦n (Valencia, 1978) ha trabajado desde una perspectiva multidisciplinar para atenuar las posibles discriminaciones. ¡°La islamofobia es una de las amenazas m¨¢s graves a la cohesi¨®n social¡±, sostiene.
¡°Donde se vive mayormente la exclusi¨®n es en el ¨¢mbito educativo. Por el uso del hijab (pa?uelo) y la necesidad de una comida diferente al consumir expresamente alimentos?halal, permitidos en la Ley Isl¨¢mica¡±, apunta. Adem¨¢s, considera que la tensi¨®n en las calles ha crecido. En varios puntos de nuestra geograf¨ªa se han contabilizado agresiones e insultos hacia los musulmanes, un colectivo que, seg¨²n aclara Guill¨¦n, es tan diverso como el n¨²mero de pa¨ªses que profesan el Islam, desde Mozambique hasta Yemen. ¡°No son algo monol¨ªtico. Aqu¨ª tenemos, como m¨¢s representativos, de Pakist¨¢n, Marruecos o Senegal¡±.
Y recae con m¨¢s sa?a en las mujeres: ¡°Ellas lo tienen peor porque si usan la vestimenta isl¨¢mica son m¨¢s reconocibles y da lugar a una islamofobia de g¨¦nero. Una discriminaci¨®n que los medios favorecen, por lo que se alimenta el discurso de culpabilizaci¨®n", apunta la directora, que considera que en lo laboral tambi¨¦n se siente. "Solo por el nombre o por el origen ya les apartan de muchos puestos de trabajo¡±, sostiene.
"Tratar al extranjero como alguien extra?o despersonaliza y genera ese odio infundado. Las relaciones de proximidad y de c¨ªrculos comunitarios funcionan"
De ah¨ª el Plan Municipal de lucha contra la Islamofobia, un proyecto que act¨²a desde tres ejes (entidades en defensa de los Derechos Humanos, organizaciones musulmanas y asociaciones de mujeres). El texto recoge 18 medidas b¨¢sicas como visibilizar la islamofobia ¨C¡°se?alarla, saber que existe¡±-, contrarrestar los argumentos y las opiniones negativas o desmontar rumores y atajar prejuicios. Lo introducen as¨ª: ¡°La discriminaci¨®n contra la poblaci¨®n musulmana en Europa ha sido alimentada hist¨®ricamente por opiniones estereotipadas y negativas, que no tienen en cuenta factores sociol¨®gicos y demogr¨¢ficos b¨¢sicos como la diversidad de los grupos musulmanes y de sus pr¨¢cticas culturales y religiosas. Los recientes atentados llamados yihadistas en Europa han vuelto a poner el foco sobre el conjunto de la poblaci¨®n musulmana, que acontece sujeto de prejuicios y suspicacias¡±.
Como Ayuntamiento, las competencias que ha puesto a disposici¨®n del ciudadano son unos puntos de atenci¨®n al y un espacio de referencia, aparte de materiales y recursos en escuelas o centros culturales. De enero a julio de 2016 hicieron un proceso consultivo, argumenta Guill¨¦n, y despu¨¦s se coordinaron los diferentes grupos implicados: asociaciones contra el racismo, j¨®venes musulmanes, mujeres musulmanas y miembros de diferentes ¨¢reas institucionales. A finales del a?o pasado pusieron en com¨²n las conclusiones, a?adiendo sugerencias y entrevistas a 14 expertos en discriminaci¨®n y diversidad religiosa de la geograf¨ªa nacional.
B¨¦lgica o Francia ya se han fijado en este plan, afirma Guill¨¦n, que se ha encontrado con un compromiso muy fuerte en todo el continente. La Coalici¨®n Europea de Ciudades contra el Racismo, perteneciente a la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas y formada en 2004, inici¨® el camino. Barcelona marca ahora el rumbo. ¡°Si fomentas la participaci¨®n ciudadana, buscar el inter¨¦s com¨²n incluso en barrios muy estratificados y trabajas las relaciones, la discriminaci¨®n baja¡±, considera.
?Qu¨¦ han sacado y c¨®mo continuar? Guill¨¦n enfoca la atenci¨®n a los grupos locales. "Tratar al extranjero como alguien extra?o despersonaliza y genera ese odio infundado. Las relaciones de proximidad y de c¨ªrculos comunitarios funcionan", asegura. Sin embargo, con los atentados en Europa o las circunstancias econ¨®micas actuales, la mirada al vecino se ha torcido. ¡°De repente hay recelo¡±, apunta. ¡°Mucha culpa la tienen los medios de comunicaci¨®n¡±, insiste, ¡°que ponen mucho m¨¢s ¨¦nfasis en el Islam y que cuando hablan de inadaptaci¨®n o roce entre religiones se refieren directamente a los musulmanes, cuando ¨Cpor ejemplo- los evang¨¦licos son m¨¢s numerosos¡±.
"Ellas lo tienen peor porque si usan la vestimenta isl¨¢mica son m¨¢s reconocibles y da lugar a una islamofobia de g¨¦nero¡±
A finales de 2016 hab¨ªa algo menos de dos millones de musulmanes (1.919.141), la mayor¨ªa con nacionalidad espa?ola, seg¨²n el ¨²ltimo estudio demogr¨¢fico estatal elaborado por la Uni¨®n de Comunidades Isl¨¢micas de Espa?a (UCIDE). Esto representa a menos de un 5% de la poblaci¨®n total, de 46,56 millones. Los lugares de culto evang¨¦lico, por volver al caso que pon¨ªa Guill¨¦n, ascienden a 3.521 frente a los 1.308 musulmanes, refleja el directorio elaborado en 2013 por el Observatorio del Pluralismo religioso del Ministerio de Justicia.
Si pensamos en Barcelona, explica Guill¨¦n, vemos que solo cuenta con 29 lugares para orar pero a veces, se pinta a la ciudad como colonizada por los musulmanes. Incluso personalidades pol¨ªticas como Josep Anglada, del partido de ultra derecha Plataforma per Catalunya, o Xavier Garc¨ªa Albiol, del PP hablan de ¡°limpiar¡± las calles, arengando a la expulsi¨®n de minor¨ªas. ¡°No hay que enfrascarse s¨®lo en erradicar el odio, porque eso solo produce frustraci¨®n. Hay que reducirlo generando narraciones que informen y quiten prejuicios equivocados¡±, anota.
Los siguientes pasos del plan son crear un d¨ªa contra la islamofobia o de eliminaci¨®n de la xenofobia en escuelas, aparte de informar sobre las normativas que afectan a las creencias religiosas o a los delitos de odio. ¡°Vamos a proteger negocios y buscar el bien com¨²n. Tambi¨¦n vamos a centrarnos en pol¨ªticas de salud y educaci¨®n. Hay una idea clara: en la ¨¦poca de la postverdad necesitamos mucha informaci¨®n. Y no se trata de hacer una campa?a publicitaria sino de mirar a los ojos del vecino. Ese el mejor medio de humanizaci¨®n¡±, se?ala la responsable, que ha impartido clases en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
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