¡®El ministerio del tiempo¡¯ | C¨®mo gestionar la agenda de la guarder¨ªa
Es misi¨®n casi imposible coordinar los horarios de todos hasta que las vacaciones de la unidad familiar coincidan en un mismo espacio-tiempo
Los padres no formamos parte de la patrulla del Ministerio pero en julio aprendemos a la fuerza a viajar por el tiempo. Porque tenemos que superar una misi¨®n casi imposible: coordinar los horarios de todos hasta que las vacaciones de la unidad familiar coincidan en un mismo espacio-tiempo.
Los primerizos pens¨¢bamos que lo dif¨ªcil era acertar con el regalo a las profesoras cuando el giro de gui¨®n era otro: las profesoras necesitan unas merecidas vacaciones. Y las hacen ya, sin esperar a que los padres las tengamos.
Eso conlleva que mientras los adultos siguen trabajando en su horario normal, muchas guarder¨ªas p¨²blicas hacen jornada intensiva o directamente cierran.
A los cr¨ªos los puedes dejar alg¨²n d¨ªa con la familia, pero es feo abusar. Y a menos que trabajes en casa, no es pr¨¢ctico tenerlos contigo (en especial si eres conductor de furg¨®n blindado, anestesista o forense, por ejemplo).
Para facilitar la conciliaci¨®n o que los ni?os no vaguen solos bajo el solazo en plan Lawrence de Arabia, en algunas escuelas infantiles, las Ampas y los profesores ayudantes mantienen los centros abiertos con los ni?os jugando y aprendiendo unas semanas m¨¢s. As¨ª no hay que apuntar a los peques a otro lugar (con las b¨²squedas, cribas y colas que eso conlleva) y encima ya conocemos a los adultos responsables.
Los precios de estos d¨ªas son de temporada alta de hotel y a algunos padres les duele pagar m¨¢s por ¡°lo mismo¡±, pero se agradece la pr¨®rroga escolar, porque en agosto ya no habr¨¢ ni esa opci¨®n.
Y es que en verano hay muchas horas de luz que llenar hasta que los cr¨ªos se agoten y quieran irse a dormir voluntariamente.
Como no es sano tenerlos todo el d¨ªa en la horchater¨ªa, lo m¨¢s c¨®modo es llevarlos al parque, el gran aliado de todo el a?o, que ahora se descubre como una franquicia de Tatooine. Todos sus rincones est¨¢n bajo el sol abrasador y sospechamos que los parques infantiles han sido dise?ados por alguien sin hijos o que los odiaba mucho.
Quiz¨¢ es una manera de fomentar las bibliotecas, donde se est¨¢ mucho mejor, o directamente el canibalismo, ya que quedamos todos como pollos a l¡¯ast esperando que nos devoren en los columpios.
Otra salvaci¨®n es la piscina. Pero no una de gimnasio pijo, donde nos tendremos que adaptar a un horario, no perder la llave de la taquilla mientras no perdemos el ni?o, y esquivar al t¨ªpico abuelo sueltamocos. Hablo de esas piscinas de familiares y amigos o una de pl¨¢stico en el balc¨®n. (Y en casos de desesperaci¨®n, una ba?era y mucha imaginaci¨®n en el lavabo).
Como cada verano, se produce esa paradoja fabulosa en la que los padres que durante el a?o han dicho ¡°qu¨¦ poco veo a mi hijo, qu¨¦ ganas de estar con ¨¦l¡± ahora piden ¡°que alguien se lo lleve un ratito m¨¢s, por favor¡±.
Septiembre queda muy lejos. ?nimos y disfrutad de las vacaciones.
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