Paz, una palabra inc¨®moda en Palestina
Elvira S¨¢nchez-Igual, de la Asociaci¨®n Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), relata su viaje a Palestina para dar formaci¨®n a los maestros contra la violencia
Llegu¨¦ al Aeropuerto de Tel Aviv el s¨¢bado 1 de abril con bastante miedo en el cuerpo. Supongo que el tener que hacer un curso previo de seguridad nivel b¨¢sico y avanzado de Naciones Unidas me influy¨®, pero me condicion¨® mucho m¨¢s todo lo que me hab¨ªan contado: "te vas a un sitio inseguro y conflictivo, te van a hacer muchas preguntas en el aeropuerto, t¨² no les digas que vienes a hablar de paz con los palestinos, no les digas que viajas a Ramala porque te van a interrogar, te van a quitar todo el material escolar que llevas en la maleta si les dices que vas a ir a los territorios palestinos¡" Esa sensaci¨®n de estar haciendo algo que no deb¨ªa contar me acompa?¨® durante el viaje.
Todo empez¨® en 2009. Conoc¨ª a Selena Bajraktarevic cuando, como Responsable de Salud y Nutrici¨®n de la Oficina de UNICEF de Bosnia, me propuso viajar a Sarajevo para dar formaci¨®n sobre el programa de la Asociaci¨®n Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) de educaci¨®n para la paz desde la primera infancia a los maestros de Bosnia y Herzegovina. UNICEF tradujo al idioma local los 42 valores o unidades did¨¢cticas que componen nuestro programa y yo me sub¨ª a un avi¨®n con destino a Sarajevo con la maleta llena de buenos prop¨®sitos. La experiencia fue todo un ¨¦xito en un pa¨ªs en el que, tras m¨¢s de 20 a?os de paz, a¨²n siguen lami¨¦ndose las heridas de la guerra. Cuando el 18 de octubre de 2016 Selena me propuso repetir la experiencia en Palestina, no tard¨¦ ni cinco segundos en contestar.
El primer paso fue traducir al ¨¢rabe las 42 unidades did¨¢cticas (una por cada valor a educar). Despu¨¦s empezaron los preparativos del viaje, que no fueron nada f¨¢ciles y nos llevaron m¨¢s de cinco meses. Hubo muchos cambios de agenda; el ¨²ltimo fue tres d¨ªas antes de mi partida: los pasos fronterizos con Gaza estaban cerrados y no era posible entrar en la Franja. Por primera vez en la historia era Hamas quien cerraba sus fronteras y no parec¨ªa que fuera a abrirlas, al menos no a tiempo para que pudi¨¦ramos dar la formaci¨®n a los maestros.
Es dif¨ªcil educar el valor de la tolerancia en la escuela cuando la sociedad no es tolerante; es dif¨ªcil formar en la justicia cuando no hay justicia
As¨ª que finalmente decidimos hacer por videoconferencia las sesiones programadas. Es triste, pero la realidad del pueblo de palestina es as¨ª. Para ellos nada es sencillo, ni siquiera participar en acciones de formaci¨®n. Ser¨¢ cierta la frase de Nelson Mandela que dice: ¡°La educaci¨®n es el arma m¨¢s poderosa que puedes usar para cambiar el mundo¡±.
A¨²n as¨ª, yo quer¨ªa ser positiva y optimista y el mismo d¨ªa de mi llegada aprovech¨¦ para hacer un poco de turismo. Fui a la ciudad vieja de Jerusal¨¦n para visitar la Iglesia del Santo Sepulcro y el Muro de las Lamentaciones. Cuando pretend¨ªa salir por la Puerta de Damasco me vi atrapada entre la multitud sin saber muy bien qu¨¦ pasaba. La polic¨ªa hab¨ªa cerrado la entrada debido a un atentado. Eso era lo que se repet¨ªa entre las personas que all¨ª est¨¢bamos aglomeradas.
El sentido com¨²n en estos casos recomienda alejarte de las multitudes, as¨ª que me dirig¨ª a la Puerta de los Leones, pero nuevamente estaba cerrada. La polic¨ªa nos invitaba amablemente a abandonar la zona. Hab¨ªa cerrado todos los accesos a la ciudad vieja. Y yo me dec¨ªa a m¨ª misma: ¡°Elvira, precisamente este es el motivo por el que est¨¢s aqu¨ª, para poner en manos de los maestros un programa de educaci¨®n en valores desde la primera infancia; no pueden seguir as¨ª¡±.
Un poco m¨¢s tarde me enter¨¦ de que un palestino hab¨ªa apu?alado a tres israel¨ªes y hab¨ªa sido abatido por la polic¨ªa en la Puerta de Damasco. El mi¨¦rcoles de esa misma semana otro palestino, en este caso una mujer, hab¨ªa intentado apu?alar a varios agentes de la polic¨ªa y tambi¨¦n hab¨ªa sido abatida por la polic¨ªa.
¡°No uses la palabra conflicto: paz y conflicto son dos palabras muy sensibles en la regi¨®n y se van a poner a la defensiva¡±, me dijeron
Pues con este escenario de odio y violencia empezaba yo mi estancia en un lugar en el que, cuanto m¨¢s te informan, menos entiendes las cosas. ¡°No uses la palabra conflicto: paz y conflicto son dos palabras muy sensibles en la regi¨®n y se van a poner a la defensiva¡±, me dijeron. As¨ª que la ma?ana del lunes 3 de abril empec¨¦ a hablar por videoconferencia con 35 maestros de la Franja de Gaza sobre educaci¨®n para la paz sin poder usar la palabra paz. Y la din¨¢mica se repiti¨® en la ciudad palestina de Ramala dos d¨ªas m¨¢s tarde tambi¨¦n con otros 35 maestros. No fue complicado porque en AMEI-WAECE trabajamos la educaci¨®n en valores para la convivencia, as¨ª que cambiamos la palabra paz por valores, pero la cuesti¨®n de fondo est¨¢ ah¨ª.
Paz y conflicto son palabras con un alto contenido emocional que encierran muchas historias personales, son muy deseadas pero a su vez generan muchos choques internos. En este caso, valores y esperanza son palabras menos duras ya al evocar emociones positivas que miran al frente. Necesarios para resolver uno de los problemas que tiene la sociedad actual: la dificultad de aprender a convivir juntos y en esa paz. Desde AMEI-WAECE hemos hecho muchos llamamientos a las autoridades para que la educaci¨®n para la convivencia sea parte de los sistemas educativos. No sabemos convivir. Palestina e Israel no saben convivir juntos y en paz, pero nosotros tampoco. No somos tan distintos de ellos.
Los curr¨ªculos educativos est¨¢n muy centrados en aspectos cognitivos y en la adquisici¨®n muchas veces acelerada de conocimientos, y olvidan el desarrollo de la personalidad del ni?o y la educaci¨®n en valores. Incluso los maestros de Palestina me lo dec¨ªan: es dif¨ªcil educar el valor de la tolerancia en la escuela cuando la sociedad no es tolerante; es dif¨ªcil educar el valor de la justicia cuando no hay justicia. Y tienen toda la raz¨®n, es cierto, pero tambi¨¦n es cierto que si queremos tener un mundo mejor, hemos de empezar el cambio en las aulas. Y ellos ya lo est¨¢n empezando a hacer. Para ser amable, comprensivo o justo no basta con quererlo, tambi¨¦n hay que saber serlo.
Curiosamente, para los maestros tanto de la Franja de Gaza como de Ramala sus valores prioritarios, de una larga lista de 42, han sido la honestidad, el respeto a la diversidad, la autoestima, la solidaridad, la confianza mutua y en uno mismo y la amistad.
Para poder volar de vuelta a Madrid, en el aeropuerto de Tel Aviv me hicieron infinidad de preguntas sobre mi estancia en Jerusal¨¦n, las razones por las que ten¨ªa un visado para entrar en Gaza (que no pude usar) y los motivos que me hab¨ªan llevado a visitar tambi¨¦n otros pa¨ªses cuyos sellos aparec¨ªan en el pasaporte. Una vez m¨¢s tuve que explicar de qu¨¦ color es el cielo sin poder utilizar la palabra azul. No podremos tener un mundo mejor si ni siquiera podemos llamar a las cosas por su nombre, ni para unos ni para otros.
Elvira S¨¢nchez-Igual es?precursora del proyecto y portavoz de la organizaci¨®n de la Asociaci¨®n Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE).
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