El Estado del rev¨¦s

Los ¨¢rbitros de casa les avisaron. Y no hicieron caso. Si los independentistas hubieran escuchado a tiempo a la Junta de Letrados del Parlament, al Consell de Garanties Estatut¨¤ries o al Letrado Mayor, hoy no afrontar¨ªan la suspensi¨®n de la reforma del Reglamento parlamentario a cargo del Tribunal Constitucional (TC).

El secreto es que la rapidez de un procedimiento suele reducir sus garant¨ªas. Y que un Estado de derecho opera sobre todo con reglas, procedimientos, garant¨ªas.

El Estado del rev¨¦s los ahorra: las leyes de lectura ¨²nica sortean ponencia (informe), comisi¨®n (dictamen) y a veces la presentaci¨®n, debate y voto de enmiendas.

Observacions i propostes... se titulaba el texto de la Junta, de 21 de junio. Aconsejaba que la reforma contase con ¡°el m¨¢s amplio consenso posible¡±; fuese ¡°cuidadosa y rigurosa¡±; no ahuyentase la facultad de la oposici¨®n de presentar enmiendas; y tratase las leyes sujetas a ese m¨¦todo como aut¨¦nticas excepciones: por su ¡°naturaleza¡± especial (alcance no constitucional) o por la ¡°simplicidad¡± de su redacci¨®n.

La mayor¨ªa parlamentaria/minor¨ªa social hizo o¨ªdos sordos a los letrados.

Entonces, el dictamen del Consell de Garanties (ente inspirado en el TC, pero no vinculante) del 6 de julio tach¨® de inconstitucional la ausencia de los requisitos de excepci¨®n ¡ª¡°naturaleza¡± y ¡°simplicidad¡±¡ª para engendrar una ley mediante lectura ¨²nica (y desconfi¨® de que en vez de lanzarla todos los grupos pudiera hacerlo solo uno). Record¨® que toda proposici¨®n o proyecto de ley debe publicarse con antelaci¨®n (para que sus se?or¨ªas sepan de qu¨¦ va), lo diga un art¨ªculo (135) u otro (112) o ninguno de los del reglamento. E insisti¨® en explicitar el poder de enmienda.

Porque ¡°la realizaci¨®n de la democracia parlamentaria radica en buena medida en las garant¨ªas del procedimiento¡±, subray¨®. En otros dos dict¨¢menes, sobre las partidas presupuestarias para el refer¨¦ndum (2 de marzo) y el C¨®digo Tributario catal¨¢n (20 de julio), el Consell cuestion¨® otras dos leyes clave del proc¨¦s.

El cambio a reglamento expr¨¦s form¨® un l¨ªo porque permit¨ªa votar las leyes de desconexi¨®n (ruptura del Estado) inopinadamente (cambiando s¨²bitamente el orden del d¨ªa de un pleno), sin conocimiento del texto (como en la fracasada contrarreforma sanitaria de Donald Trump: se public¨® dos horas antes), ni debate ni enmiendas. El bloque indepe tuvo que aceptar algo: los requisitos de ¡°naturaleza¡± y ¡°simplicidad¡±: veremos si se atiene a ellos.

Pero rehuy¨® la sugerencia de explicitar la posibilidad de enmiendas. As¨ª que el Consejo de Estado revolc¨® la reforma el 27 de julio porque no todos los reglamentos de los Parlamentos espa?oles especifican que la oposici¨®n pueda enmendar una norma de lectura ¨²nica: pero si no lo hacen, obligan a que su puesta en marcha sea por unanimidad de los grupos.

Y ayer el TC rubric¨® lo previsto.

Otro gallo les habr¨ªa cantado si hubieran aprendido del estudio de un jurista soberanista refinado y le¨ªdo, el Letrado Mayor Antoni Bayona (El futur pol¨ªtic de Catalunya, en Revista catalana de dret p¨²blic, junio 2017): Los ¡°dos principios b¨¢sicos inherentes a las democracias occidentales, democracia y legalidad, no son separables, van necesariamente unidos¡±. El Estado de derecho, no del rev¨¦s.