El tabaco: bendici¨®n y veneno para las agricultoras de Kenia
Junicia Kagendo cultiva y vende tabaco a grandes compa?¨ªas desde hace 15 a?os, pero la misma actividad que le da seguridad econ¨®mica pone en peligro a su familia
Junicia Kagendo tiene 38 a?os. Es madre de tres hijos, vive en el pueblo de Kurene, al este de Kenia, y es una de las 55.000 personas que trabajan la agricultura a peque?a escala en este pa¨ªs que vive principalmente de cultivar tabaco, sobre todo para las compa?¨ªas British American Tobacco (BAT) y Mastermind.? "Funcionamos mediante acuerdos contractuales con las empresas que compran las hojas de la planta", explica Kagendo.
"En el marco de estos contratos, las compa?¨ªas proporcionan elementos necesarios para la producci¨®n como fertilizantes, herbicidas y semillas, y nos asesoran sobre buenas pr¨¢cticas agr¨ªcolas. Los costes de estos insumos se restan de la venta de las hojas cuando se abre el mercado", dice Kagendo, que cultiva tabaco una vez al a?o, que detalla que los contratos se adjudican en agosto y la cosecha se realiza desde diciembre hasta abril. "Con un contrato, los agricultores no tienen que preocuparse por los insumos, y el mercado queda garantizado", a?ade.
En el ¨²ltimo ciclo, ella produjo 850 kilos de tabaco. 693 los vendi¨® a Mastermind a 1,90 d¨®lares el kilo (1,60 euros), y 157 a un intermediario a 1,80 d¨®lares (1,2 euros). Con el tiempo ha ahorrado lo suficiente para comprar una vaca, que le permite alimentar adecuadamente a sus tres hijos y pagar el colegio. Adem¨¢s, Kagendo y su marido han invertido las ganancias en comprar cabras y ma¨ªz que vuelven a vender para obtener beneficios. "El tabaco es nuestro ¨²nico cultivo comercial. El ma¨ªz y las jud¨ªas no dan mejores rendimientos. Los precios fluct¨²an, y la lluvia es impredecible", detalla.
Los beneficios tienen un coste
Kagendo explica que, a pesar de que los precios del tabaco se han mantenido constantes a lo largo de casi dos d¨¦cadas, la venta con contrato le ha reportado algunas ganancias adicionales por alisar y doblar las hojas a mano. "Ganamos ocho c¨¦ntimos m¨¢s por kilo en concepto de bonificaci¨®n si clasificamos las hojas, las atamos en fajos de un kilo y las llevamos a los puntos de recogida que nos indican", explica.
Sin embargo, la suya es una ocupaci¨®n peligrosa. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) advierte de que la nicotina que absorbe la piel al manipular las hojas h¨²medas expone a los agricultores a la "enfermedad del tabaco verde", que incluyen s¨ªntomas como n¨¢useas, v¨®mitos, dolor de cabeza, debilidad muscular y mareos. "Lo siembro solamente porque me da dinero", confiesa Kagendo. "Por lo dem¨¢s, el humo del curado es demasiado t¨®xico y quema", asegura. La zona de ahumado est¨¢ cerca de la vivienda familiar, as¨ª que los ni?os est¨¢n expuestos a las emanaciones.
Phillip Kimundu es miembro del comit¨¦ que recoge y representa las quejas de los agricultores ante Mastermind. Afirma que las empresas no dan respuesta a los problemas m¨¦dicos que estos les plantean. "Los pesticidas son muy perjudiciales", puntualiza, y a?ade que lo que ha visto en Kurene demuestra que el tabaco est¨¢ pasando factura. "Los niveles de c¨¢ncer, tuberculosis y tos entre los ni?os de menos de tres a?os son muy altos, y hay muchos casos de problemas respiratorios entre quienes cultivan tabaco".
Un estudio descubri¨® que el 40% de los trabajadores del tabaco de Kenia entrevistados hab¨ªa informado de que sufr¨ªa s¨ªntomas de intoxicaci¨®n por pesticidas, entre ellos v¨¦rtigos, n¨¢useas, ansiedad, v¨®mitos, diarrea y opresi¨®n en el pecho parecida a la provocada por el asma.
Los niveles de c¨¢ncer, tuberculosis y tos entre los ni?os de menos de tres a?os son muy altos,
Y la demanda de le?a para secar el tabaco tambi¨¦n tiene un impacto ambiental en la zona, ya que conlleva la deforestaci¨®n generalizada y la degradaci¨®n de la calidad de la tierra, lo cual aumenta la vulnerabilidad de los agricultores a los efectos del cambio clim¨¢tico. David Kaaria, proveedor de servicios de Mastermind, declaraba a News Deeply que los agricultores reciben formaci¨®n en buenas pr¨¢cticas agr¨ªcolas, plantaci¨®n de ¨¢rboles y seguridad durante la manipulaci¨®n del tabaco y los pesticidas. Asegura adem¨¢s que la empresa les facilita plantas de semillero para poner remedio a la extensa deforestaci¨®n que afecta al pueblo, causada por la demanda de le?a para curar el tabaco.
"Entregamos unas 150 o 200 plantas de grevillea y acacia a cada granjero", explica. "Aunque las tasas de supervivencia de los ¨¢rboles j¨®venes oscilan entre el 70% y el 80%, no son los preferidos de muchos agricultores porque, aunque crecen deprisa, no son adecuados para le?a". Unos 100 o 140 kilos de hojas frescas tardan seis d¨ªas en secarse encima del fuego, y la explotaci¨®n de Kagendo no tiene ¨¢rboles lo bastante adultos para utilizarlos para le?a. Para la temporada 2016-2017, compr¨® casi 100 d¨®lares (84 euros) de madera a sus vecinos. De las 150 plantas que le proporcion¨® Mastermind, sobrevivieron unas 50.
Obligados a cambiar
Aunque el sector del tabaco contribuye significativamente a los ingresos del Estado a trav¨¦s de los impuestos, en Kenia el cultivo de esta planta est¨¢ clasificado como no planificado. Esto significa que el Ministerio de Agricultura no asigna fondos para el desarrollo a los agricultores que se dedican a ¨¦l.
"Es nuestro ¨²nico cultivo comercial ... El ma¨ªz y las jud¨ªas no dan mejores rendimientos"
Kenia forma parte del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, un tratado mundial en materia de salud ratificado por 180 pa¨ªses que obliga a sus miembros a aplicar legislaciones para el control exhaustivo de la planta. Los art¨ªculos 17 y 18 del acuerdo imponen a los Gobiernos el deber de encontrar medios de vida alternativos para los peque?os cultivadores de tabaco, como Kagendo.
Pero, hasta que eso ocurra, ella seguir¨¢ cultiv¨¢ndolo, afirma. Quiere dar educaci¨®n a sus hijos y no tiene elecci¨®n. "No dispongo de ning¨²n otro cultivo comercial al que recurrir. Mis hijos tienen que comer e ir al colegio. ?Qu¨¦ otra cosa puedo hacer?", se pregunta.
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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