El parking como espacio de resistencia 'bakala'
La nostalgia rutera vuelve a estar en la palestra v¨ªa 'Parkineo17', un evento inspirado en el escenario colateral por antonomasia de la cultura de club -el parking-, aunque trasladado a un escaparate menos ordinario: el Matadero de Madrid
Fue un simulacro. S¨ª. Por eso lo tomamos como homenaje a esa parcela de exultaci¨®n y libertad que trajo consigo la llegada de la cultura de club. El parking como escenario subversivo, el coche como trinchera, peque?as comunidades ingobernables alrededor de un Renault 5. Frente a la ¡°alienaci¨®n¡±, ¡°la ¨²nica alternativa es la revoluci¨®n en la vida cotidiana individual¡± como dec¨ªa Fran?ois Jost.
Cada uno de los 20 colectivos o artistas madrile?os que se dieron cita el pasado viernes en Parkineo17 en el Matadero ten¨ªan una relaci¨®n diferente con la cultura de club de la que parte la idea del coche aparcado cerca de un club/festival como acto pol¨ªtico o revolucionario. Entre los participantes: Discoteca, Marian Garrido, Abraham Rivera y Carlos Monle¨®n, LeParody, Analogical Force, Undermad, Post Club o Brrrrrap. Cada uno contaba con un coche diferente en el que expon¨ªa su m¨²sica; as¨ª, los escenarios iban del Citr?en Saxo al Seat Ibiza pasando por el Ford Mustang y alg¨²n que otro BMW.
Aunque los coches estaban proporcionados por Kdd Madrid, los participantes hab¨ªan a?adido algo al atrezzo a su stage. El coche de LeParody, por ejemplo, estaba ataviado con mantones de manila, flores y plumeros luminosos kitsch, acorde con la m¨²sica flamenca y de mestizaje que sonaba desde sus altavoces. Abraham Rivera y Diego Monle¨®n a?adieron una mesa y sillas de camping, y en el coche de Brrrrrap -adem¨¢s de la camiseta del colectivo- encontr¨¢bamos el pa?uelo de la discoteca Chocolate.
El paso de los a?os ha otorgado al parkineo una dimensi¨®n m¨¢s global o conceptual, y ya no hay un estilo musical que legitime la actividad de congregarse alrededor de un coche como aut¨¦ntica o m¨¢s real; aunque normalmente vaya asociada a m¨²sicas minoritarias o vinculadas de un modo u otro a la calle, sobre todo a la calle rural y a la ubicada en la periferia.
Mientras avanzaba la tarde en el Matadero, a los sonidos hardcore, trance, drum n bass y techno se iban uniendo otros como el reggaet¨®n, la cumbia o la salsa. El parkineo, por si alguien lo dudaba, es la actividad subversiva del clubbing m¨¢s accesible y abierta a todos los p¨²blicos, por lo que todo lo que tenga que ver con clasismos que la cierran a determinadas tribus o le convierten en otra cosa diferente, est¨¢ destruyendo en cierta medida su esencia. Obviamente el tratamiento del parking como espacio festivalero ya no puede ser el mismo que era en Attica, Barraca, Florida 135, la Komplot o el Groove Parade de 2002, pero sigue existiendo en Fabrik, el Zul, la Fiestuki o en las fiestas de cualquier pueblo, con los coches aparcados en las calles aleda?as a la plaza donde tiene lugar la verbena.
Lo del viernes en el Matadero no deja de ser una exposici¨®n de veinte homenajes individuales a la cultura del parkineo en un espacio o contexto que no es el suyo originario; se trataba de veinte visiones ¨Cunas m¨¢s cercanas al meollo inicial que otras- de un acto cargado de nostalgia pero que ha ido evolucionando. Una de las miradas m¨¢s personales la ten¨ªa Abraham Rivera haciendo sonar su colecci¨®n infinita de cintas de cassette de programas radiof¨®nicos de m¨²sica de club como el Zona 3 de Sonia Briz, el programa techno por antonomasia de Radio 3; o el Only Dj¡¯s de Pedro del Moral. Bastante alejados del coche de Abraham y con tremendo bagaje en la materia encontr¨¢bamos al colectivo Brrrrrap -con unas sesiones que esperemos que hagan p¨²blicas pr¨®ximamente-, en su puesta en escena corrobor¨¢bamos que la materia prima del colectivo es precisamente esto. Y ah¨ª estaba Blastto (al que es complicado ver por Espa?a), integrante de la cr¨¹ y uno de nuestros nombres m¨¢s potentes en lo que se refiere a revisionar sonidos ubicados en el parking primigenio como el gabba o el progressive; sirva como muestra su ¨²ltimo EP: Las Palomas.
A pocos metros de Brrrrrap, otro colectivo de cierta esencia bakala que ven¨ªa muy a cuento en Parkineo17: Post Club. Con neverita al lado del coche y haciendo sonar drum n bass, 4x4, aquella maravilla de Taso ft. El Coleta titulada Droga de Dise?o (y que ellos mismos patrocinaron) o una pila de grandes ¨¦xitos del parking como el Let the light shine in de Darren Tate o el No te acerques a m¨ª de Camela. Eso s¨ª, pasado por el filtro 2017 (no olvidemos que en sus filas est¨¢ Followback, que a pesar de su juventud y de no haber estado en el momento original, juega con los par¨¢metros de aquel clubbing noventero para darles una versi¨®n futurista).
Poco p¨²blico bailando y muchos padres y madres explicando a sus hijos lo de ¡°porque cuando pap¨¢ y mam¨¢ eran j¨®venes¡¡±. Muchos saludos cordiales pero poca interacci¨®n entre los asistentes m¨¢s all¨¢ de la curiosidad. Aunque el objetivo -creo- no estaba en recrear a pies juntillas una fiesta bakala de parking sino en rendir tributo a ese espacio de resistencia vinculado al clubbing; en reconocer algo que -por mucho que ahora se hable de apropiacionismo- ha costado mucho tiempo que se aplauda y se valore tanto en su formato original como en sus reinterpretaciones.
El significado de una ¡°nueva obra¡± que parte de otra anterior depende del recorrido, la mirada y sobre todo la empat¨ªa o la capacidad de comprensi¨®n del propio autor con el objeto o motivo de homenaje. Al terminar el evento, Blastto se desped¨ªa amistosamente de Jes¨²s -el due?o del coche asignado para su colectivo-; le comento que no sab¨ªa que era el due?o del coche, que al verlo hablando con ellos pens¨¦ que era amigo del colectivo, y me dice que si hubiera sido por ¨¦l hubiera dejado la m¨²sica que llevaba Jes¨²s en el coche (una sesi¨®n de hardstyle de unos amigos suyos) cuando entr¨® por la puerta del recinto antes de que arrancara la puesta en escena oficial.
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