?Puede convertirse el botijo en la nueva moda ¡®hipster¡¯?
Una iniciativa quiere convertirlo en ¡®emoji¡¯. Podr¨ªa ser el empuj¨®n que necesita para recuperar el esplendor de otros tiempos. Adem¨¢s, su uso es saludable
Las alpargatas, las magdalenas (aunque rebautizadas como muffins), las barber¨ªas, el verm¨²¡ Muchos son los objetos y costumbres que hab¨ªamos condenado al ostracismo y que, contra pron¨®stico, han vuelto a ponerse de moda, causando furor entre los hipsters (los m¨¢s modernos del barrio). Pero, ?podr¨ªa a?adirse pronto a esta lista el botijo? De momento, hay una campa?a para que se convierta en emoji de WhatsApp, en representaci¨®n de la sed. De lograrlo, quedar¨ªa oficialmente refrendado que este artilugio con el m¨¢s simple de los mecanismos vuelve a estar de actualidad.
Existen dos hashtags en redes sociales (#YoBeboEnBotijo y #Emotijo) para hacer un poco de ruido al respecto. Detr¨¢s de la idea est¨¢ el ayuntamiento de La Rambla (C¨®rdoba), localidad donde fabrican algunos de los mejores botijos de Espa?a. Como nos explica Rafael Espejo, primer teniente de alcalde, quieren emular los pasos de la paella, convertida en emoji en diciembre de 2016: "Nos pondremos en contacto con Unicode, que es la empresa de San Francisco (EE UU) que dos veces al a?o elige los iconos que aparecen en aplicaciones como WhatsApp. Sabemos que los promotores del emoji de la paella tuvieron que viajar a Estados Unidos A nosotros no nos da el presupuesto para enviar un emisario, as¨ª que les mandaremos una carta de forma telem¨¢tica". En junio lanzaron un botijo a la estratosfera, el cual, tras alcanzar los 30.800 metros de altitud, cay¨® (suavemente, en paraca¨ªdas) en el t¨¦rmino municipal de Centedillo (Ja¨¦n).
Para dar a¨²n mayor visibilidad al proyecto, dos vecinos de La Rambla se embarcaron hace escasos d¨ªas en una iniciativa no menos exc¨¦ntrica: llevar un botijo al ap¨®stol Santiago, partiendo de C¨®rdoba, a bordo de sendas vespinos equipadas con alforjas fabricadas para la ocasi¨®n. No queda clara la relaci¨®n entre el ap¨®stol Santiago, los botijos, las vespinos y los emojis, pero a Ladislao Nieto, uno de los peregrinos, no le importa. ¡°Queremos darle toda la promoci¨®n que podamos a la cer¨¢mica de nuestro pueblo¡±, nos dice. El botijo fue recibido con todos los honores all¨¢ por donde pasaba (recepciones con alcaldes incluidas).
Un mecanismo no tan simple
Beber agua de un botijo requiere de una t¨¦cnica que conviene conocer si no quieres refrescarte la camisa adem¨¢s del gaznate. ¡°Hay que levantarlo por encima de la cabeza. Se coge con la mano izquierda del asa (si eres diestro), y la mano derecha se pone en la base¡±, explica Nieto. ¡°La dificultad est¨¢ en saber tragar el agua mientras sigue cayendo el chorro. En un par de mojadas se aprende¡±.
Sabemos lo que est¨¢s pensando y se lo hemos preguntado a Ladislao: ?se pueden echar otras bebidas (por ejemplo, alcoh¨®licas) en el botijo, para mantenerlas frescas? ¡°Hay quien lo llena de cerveza, de calimocho o de tinto con lim¨®n¡±, nos sorprende. ¡°Las personas mayores aderezan el agua con un poco de an¨ªs¡±. Antes de usarlo por primera vez hay que llenarlo de agua y dejarlo as¨ª durante 24 horas; al d¨ªa siguiente se enjuaga un par de veces. No debe utilizarse m¨¢s de dos temporadas, pero sabiendo que cuesta cinco euros el desembolso bienal no te arruinar¨¢.
Y adem¨¢s es saludable
Desde un punto de vista de la salud, ser¨ªa bueno que el botijo recuperase el esplendor de anta?o. En 1995, investigadores de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid llevaron a cabo el siguiente experimento: echaron agua previamente calentada a 39 grados en un botijo, tambi¨¦n calentado en un horno a esa temperatura. Despu¨¦s, dejaron el botijo a una temperatura ambiente de 27,5 grados. En poco tiempo, el agua del botijo descendi¨® a los 24,5 grados. En condiciones menos extremas, la temperatura del agua del botijo habr¨ªa sido a¨²n menor. Esto sucede porque a trav¨¦s de los poros del barro blanco del botijo se filtra parte del agua, cre¨¢ndose as¨ª un microclima alrededor del botijo que hace que descienda la temperatura del l¨ªquido.
Crucemos eso con otro estudio. En 2013, cient¨ªficos de la Universidad de Urmia (Ir¨¢n) midieron el efecto hidratante del agua a diferentes temperaturas: decretaron que 16 grados es la ¨®ptima para su consumo. Dado que los frigor¨ªficos habitualmente conservan los alimentos a una temperatura de 3 o 4 grados, parece claro que consumir agua del botijo es m¨¢s saludable que hacerlo reci¨¦n sacada de la nevera.
Si adem¨¢s cuenta con el benepl¨¢cito de la ciencia, pocas razones quedan para no hacerse ya mismo con uno de estos recept¨¢culos. Y puestos a elucubrar, ?qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo que rescatar¨¢n los hipsters, la bota de vino? ?El porr¨®n?
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