?Estamos igual que en 1942?
No podemos permitir que el terror abra la veda de una demagogia falta de ¨¦tica
No se sab¨ªa cu¨¢ntos muertos hab¨ªa habido en las Ramblas cuando yo ya estaba recibiendo los primeros mensajes antiislamistas por mis redes sociales privadas. Apenas hab¨ªan pasado 24 horas y mi compa?ero Gonzalo Fanjul ya se hab¨ªa salido de alg¨²n chat personal porque los mensajes eran adem¨¢s xen¨®fobos. No voy a hacer un repaso exhaustivo de los tuits islam¨®fobos y xen¨®fobos de varios periodistas de bastante renombre. Y luego llegaron las editoriales incompresibles.
Cuando el pasado octubre hicimos las encuestas de percepci¨®n sobre la migraci¨®n con Metroscopia, los analistas nos advirtieron de la volubilidad de los datos. La simpat¨ªa para con el inmigrante se incrementa cuando suceden hechos como los de la muerte de Aylan, y disminuye cuando hay atentados. En general, Espa?a es un pa¨ªs de acogida. Es una minor¨ªa, muy por debajo de un tercio de la poblaci¨®n, la que rechaza conscientemente al inmigrante o al extranjero. Luego hay un gran n¨²mero de indecisos y una solida mayor¨ªa, superior al tercio, que no tiene dudas y aceptan a los extranjeros sin la menor duda.
Dicho esto, nos encontramos en un momento hist¨®rico complicado. Es sin duda un momento cr¨ªtico y de cambio que se lleva expresando de diversas formas durante los ¨²ltimos a?os. Desde el cambio tecnol¨®gico que ha marcado el cambio en la comunicaci¨®n y por ende en las relaciones sociales, hasta el cambio econ¨®mico con la gran crisis y el cambio social, con un mundo cada vez m¨¢s poblado y cada vez m¨¢s homog¨¦neo.
Y en todo este conjunto de cambios resurgen ideas del pasado recauchutadas. De entre ellas los discursos que marcan distinciones entre personas, otorg¨¢ndoles derechos fundamentales en funci¨®n de su raza o de su pa¨ªs de origen y su estatus social. Los discursos son b¨¢sicamente antimigratorios, nacionalistas y, ahora tambi¨¦n, antireligiosos; y sus bases son muy cl¨¢sicas, como muestra el impresionante v¨ªdeo de Al Jazeera, que recupera un documental producido en 1942 por el gobierno americano para alertar de la ret¨®rica fascista y que deben ver en su Facebook. Son los mismos mensajes pero hace 80 a?os. El v¨ªdeo se podr¨ªa extrapolar casi por completo.
El atentado de Barcelona nos ha golpeado muy fuerte. La sensaci¨®n de indefensi¨®n y de injusticia te encogen el alma, como siempre lo han hecho los atentados terroristas de cualquier ¨ªndole. Es lo que tiene el terrorismo, que hace honor a su nombre y siembra el terror, para eso se practica. Dicho esto, no podemos permitir que un acto de este tipo abra la veda de una demagogia falta de ¨¦tica que nos lleve a olvidarnos de que tipo de sociedad queremos ser. En nuestro pa¨ªs por desgracia tenemos una larga experiencia de lucha contra el terrorismo y sabemos que los actos de unos pocos individuos no se pueden generalizar a un colectivo. Ahora, m¨¢s que nunca, tenemos que recordar de d¨®nde venimos y d¨®nde queremos estar, tenemos que luchar por defender esos derechos humanos que tanto nos ha costado conseguir. Luchar con la palabra, desde la tranquilidad y la raz¨®n, recordando que la diversidad, m¨¢s que una amenaza, engrandece y permite evolucionar y sobrevivir.
En porCausa estamos preocupados. Nunca hasta ahora hab¨ªamos percibido tanta virulencia en los mensajes y tanta tensi¨®n en el ambiente. Es posible que nos encontremos en uno de esos momentos cr¨ªticos que marcan la historia de un pa¨ªs y de un pueblo. Teng¨¢moslo presente y hagamos lo que est¨¦ en nuestra mano para que cuando volvamos la vista atr¨¢s dentro de unos a?os, sea con el orgullo de haber conseguido una sociedad plural, solidaria y diversa, y no todo lo contrario.
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