Desvelos con pitufos y jedis
Es entra?able que se sigan haciendo tonter¨ªas por las pel¨ªculas
Es oficial, Guillermo y Enrique, los hijos de los pr¨ªncipes de Gales, aparecer¨¢n como extras en la pr¨®xima pel¨ªcula de la guerra de las galaxias, Los ¨²ltimos jedi. En las fotos de su paso por el estudio se les ve m¨¢s emocionados con las espadas l¨¢ser que al propio Luke Skywalker. Al mismo tiempo hemos sabido que en Salzburgo se han negado a ponerle una calle a Mar¨ªa von Trapp, la encantadora -o insufrible, seg¨²n gustos-, institutriz de Sonrisas y l¨¢grimas interpretada por Julie Andrews. Resulta que en la vida real no s¨®lo castigaba a la prole con sus canciones, sino que daba palizas a los pobres chavales y machacaba psicol¨®gicamente a las ni?as para anular su feminidad. Ha sido un inc¨®modo inconveniente para la promoci¨®n tur¨ªstica, pues la pel¨ªcula atrae m¨¢s visitantes a la ciudad que el propio Mozart. Hay inolvidables tours ?o?o-tiroleses por los escenarios de la historia. No se acaban aqu¨ª las conflictivas relaciones entre ficci¨®n y realidad, porque ha sido no menos relevante lo ocurrido en un pueblo de M¨¢laga, J¨²zcar, que hace seis a?os decidi¨® transformarse en pueblo pitufo mediante el expeditivo procedimiento de pintar todas las casas de azul y que sea lo que Dios quiera. Fue un ¨¦xito porque llegaban a verlo cada a?o, por esas cosas inexplicables del turismo, unas 50.000 personas. Pero este mes los herederos del autor han negado el permiso para usar los personajes. Que te desautoricen de forma solemne para disfrazarte de pitufo, despu¨¦s de tomarte la molestia de pintarte de azul, debe de ser una de las experiencias m¨¢s humillantes del ser humano, no digamos en el caso de un pueblo entero. La confusi¨®n de lo real y lo irreal tambi¨¦n ha alcanzado a Tom Cruise, que se ha lesionado en el rodaje de una escena peligrosa de Misi¨®n Imposible, creo que VI. A sus 55 a?os todav¨ªa anda con estos imposibles, dando saltos entre edificios como si fuera un chaval. Pero hombre, que alguien en el departamento de autoenga?os de la iglesia de la Cienciolog¨ªa le diga algo.
No ser¨¦ yo quien discuta la propensi¨®n a mezclar cine y vida, si una vez eleg¨ª piso solo porque estaba delante del lugar donde robaban la bicicleta en Ladr¨®n de bicicletas. Hablamos de adultos desvel¨¢ndose por caballeros jedi, pitufos y musicales alpinos: es entra?able que se sigan haciendo tantas tonter¨ªas por las pel¨ªculas. Agradecido y emocionado, como Lina Morgan, solamente puedo decir: ?no podr¨ªa dejarse de dar la tabarra con Juego de Tronos?
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