Fisiolog¨ªa de la aversi¨®n
All¨¢ donde voy se repite la misma historia. Presentamos nuestro men¨² y entre las expresiones ¡°sorprendente¡±, ¡°delicioso¡± o ¡°muy bueno¡± alg¨²n comensal desliza ¡°este o aquel plato no me han gustado¡±. Sucedi¨® en Tokio, durante una cena compartida entre Mugaritz y el restaurante de Luca Fantin en la tienda de Bulgari. Al acercarnos a la mesa, una se?ora, tan estirada como las prendas de marca que vest¨ªa, dijo dulcemente: ¡°Yo como mucho pescado y marisco, y el kakigori de gambas ten¨ªa un aroma extra?o¡ Era asqueroso¡±. Es lo que tiene la cultura japonesa, que te pueden agredir con la misma delicadeza con la que observan un cerezo en flor. Sin borrar la sonrisa de mi cara, le ped¨ª a la int¨¦rprete que me tradujera literalmente: ¡°Disculpe, ?no ha probado nunca el fino de Jerez? Es un vino extraordinario, con un aroma muy caracter¨ªstico aportado por la crianza biol¨®gica bajo velo de flor. Lo que le ha pasado, se?ora, es que le falta cultura. Si tiene ocasi¨®n visite El Marco de Jerez, aprender¨¢ c¨®mo son esos vinos, y se enamorar¨¢ de esta joya enol¨®gica¡±.
?c¨®mo se mide y qu¨¦ determina que un aroma, textura o sabor nos resulten repugnantes?.
El kakigori tradicional ¡ªescamas de hielo elaboradas al momento¡ª se acompa?a habitualmente en Jap¨®n de siropes de frutas (de fresa, lim¨®n, uva, mel¨®n, mango¡) o de elementos dulces tipo chocolate, t¨¦ verde, leche condensada o pasta de frijol azucarada. Hasta donde yo conozco, es inusual asociar elementos salados al helado de nieve japon¨¦s, y ese giro de guion desconcert¨® a la dama, tanto como los ajenos, para ella, del fino, aromas punzantes, almendrados y con recuerdos a masa fresca de pan y hierbas del campo. Lo parad¨®jico de la situaci¨®n es que si lo pensamos detenidamente hay menos recorrido entre el sabor de un jugo fr¨ªo extra¨ªdo de las cabezas de unas gambas salteadas y una gamba cocida servida en un c¨®ctel de marisco que entre una fruta natural y los jarabes que se emplean para aderezar los postres. De hecho, un zumo de lim¨®n y una limonada son opuestos, el primero ¨¢cido y la segunda dulce como un caramelo l¨ªquido. No obstante, ?c¨®mo se mide y qu¨¦ determina que un aroma, textura o sabor nos resulten repugnantes?
Para empezar, a trav¨¦s del sistema inmune conductual. La acrobacia de la l¨®gica parece indicar que el asco es un mecanismo dise?ado por la selecci¨®n natural para minimizar riesgos evitando elementos y alimentos potencialmente peligrosos. Tambi¨¦n existen variaciones culturales que se adquieren desde ni?os a trav¨¦s de la educaci¨®n, donde tambi¨¦n se entrecruzan el asco y la moral. De hecho, el rechazo provocado por un alimento o la violaci¨®n de una norma social se expresan en el mismo ¨¢rea del cerebro, concretamente en la corteza insular. De este modo, una afectaci¨®n de la ¨ªnsula suele alterar el reconocimiento del asco, mientras que su estimulaci¨®n suele producir n¨¢useas. Esta regi¨®n empareja estados viscerales emocionales que est¨¢n asociados con la experiencia subjetiva emocional; est¨¢ implicada en deseos conscientes, como la necesidad de comida, as¨ª como en la integraci¨®n de informaci¨®n relacionada en procesos cognitivos de orden superior.
Piense en la reacci¨®n de un ni?o ante un sorbo de caf¨¦. Su cara reflejar¨¢ la misma expresi¨®n que al enfrentarse a algo desagradable. Con el tiempo, es muy probable que ese ni?o, ya de adulto, venza su inherente rechazo por el sabor amargo y termine sus comidas con un expreso, lo que revela que a trav¨¦s de la formaci¨®n y la cultura se puede rehacer la relaci¨®n de correspondencias que mantenemos con la comida. En el ¨¢mbito de la alimentaci¨®n, lo que merece alabanza o censura es tan relativo a un contexto determinado que siempre es prudente evaluarlo con cautela. De lo contrario el debate acabar¨¢ girando, como siempre, en torno a la interpretaci¨®n subjetiva de la situaci¨®n.
Batido de espinaca, pepino y manzana
Ingredientes
- 200 gramos de espinacas frescas
- 400 gramos de manzana
- 400 gramos de pepino
- 100 gramos de jengibre
Instrucciones
No es necesario pelar la manzana ni el pepino. Cortar ambos en trozos no muy grandes.
Con ayuda de una licuadora, batir la espinaca, la manzana, el pepino y el jengibre. Una vez obtenido el líquido, mezclar.
3. Acabado y presentaci¨®n
Se puede servir como aperitivo, como acompañamiento de una comida o incluso puede ser una salsa o aliño para un plato de verduras frescas o fruta.
El pepino
Calor¨ªas. El pepino es una importante fuente de agua. No tiene apenas aporte cal¨®rico ni hidratos de carbono.
Vitaminas. Este vegetal mantiene las defensas en buen estado porque aporta una buena dosis de vitaminas A, B, C, E y K.
Minerales. El pepino es rico en potasio, hierro, f¨®sforo y magnesio. Tambi¨¦n ayuda a reducir la presi¨®n arterial.
Fibra. Es f¨¢cilmente digerible y tiene una valiosa acci¨®n diur¨¦tica siempre y cuando no est¨¦ encurtido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.