Una peregrinaci¨®n controvertida
El ¡®Haj¡¯ se convierte en un term¨®metro de las tensiones pol¨ªticas en el mundo isl¨¢mico
Los peregrinos tiran este s¨¢bado las ¨²ltimas piedras contra el diablo antes de sacrificar un cordero y regresar a La Meca (Arabia Saud¨ª) a circunvalar la Kaaba. Dos millones de musulmanes concluyen as¨ª el Haj, o Gran Peregrinaci¨®n, uno de los cinco pilares del islam y una de las romer¨ªas m¨¢s multitudinarias del planeta; tambi¨¦n, un term¨®metro de las tensiones pol¨ªticas en el llamado mundo isl¨¢mico.
Este a?o el regreso de los peregrinos iran¨ªes apunta a un t¨ªmido deshielo entre Riad y Teher¨¢n. La ruptura de relaciones entre ambos rivales regionales dej¨® a los fieles de la Rep¨²blica Isl¨¢mica sin poder cumplir en 2016 ese precepto que todo creyente que cuente con medios debe realizar una vez en su vida. Pero la paz y armon¨ªa que predican los cl¨¦rigos en estas ocasiones festivas se les resisten a los gobernantes.
En esta cita han sido los catar¨ªes quienes han tenido problemas. El boicot impuesto a Doha por Arabia Saud¨ª y sus aliados el pasado junio imped¨ªa f¨ªsicamente la peregrinaci¨®n al cortar relaciones diplom¨¢ticas, suspender vuelos y cerrar la ¨²nica frontera terrestre del peque?o emirato. Qatar rechaz¨® por ¡°pol¨ªtico¡± un gesto de monarca saud¨ª para levantar temporalmente la prohibici¨®n a los romeros.
Las diferencias se extienden a las cifras. Fuentes oficiosas catar¨ªes estiman que ¡°entre 60 y 70 personas¡± han viajado a La Meca. La prensa saud¨ª habla de 1.200. En cualquier caso, cifras muy bajas respecto a las 12.000, entre catar¨ªes y residentes, que acudieron al Haj el a?o pasado.
M¨¢s all¨¢ de crisis puntuales, el peregrinaje suscita cada a?o un debate sobre su politizaci¨®n por parte de los anfitriones. En principio, Arabia Saud¨ª distribuye las cuotas de peregrinos seg¨²n la poblaci¨®n musulmana de cada pa¨ªs y luego son los Gobiernos los que establecen el m¨¦todo de reparto, con frecuencia una loter¨ªa o a trav¨¦s de agencias de viajes. Pero la gran demanda, en especial en los pa¨ªses con m¨¢s musulmanes, como Indonesia, Pakist¨¢n o India, y la limitaci¨®n de plazas (por motivos de seguridad y, en los ¨²ltimos a?os, por las obras de ampliaci¨®n de la Gran Mezquita), causan largas listas de espera y alientan la corrupci¨®n.
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