¡°No me sorprende que tengamos m¨¢s Nobel de risa que de verdad¡±
Espa?a triunfa en los Ig Nobel en los ¨²ltimos a?os con peculiares estudios e inventos
Espa?a cuenta con 16 cient¨ªficos e inventores que pueden lucir con orgullo?¡ªo no¡ª su premio Ig Nobel, la parodia gamberra de los galardones suecos que se entregan cada a?o en Harvard. En cambio, solo disfruta de ocho premios Nobel de verdad, y ¨²nicamente dos en categor¨ªas de ciencia (Severo Ochoa y Santiago Ram¨®n y Cajal) recibidos en 1906 y 1959, hace m¨¢s de medio siglo. Y mientras tanto, en la edici¨®n de este a?o de los Ig Nobel, como en los tres anteriores, Espa?a ha vuelto a triunfar en el palmar¨¦s.
"Toda esa publicidad gratuita fue fundamental. Puede ser un premio de chiste, pero a nosotros nos ha arreglado nuestro modo de vida", afirma Segura
Estos premios, como su propio nombre indica (ignoble en ingl¨¦s es innoble), son el reverso par¨®dico de los Nobel, y celebran las investigaciones m¨¢s absurdas, alocadas e hilarantes. Como el investigador de postgrado que se dej¨® picar por abejas en todo el cuerpo ¡ªincluido el pene¡ª para descubrir cu¨¢l es el lugar m¨¢s doloroso para recibir el aguij¨®n. O el cient¨ªfico que vest¨ªa a ratones con pantaloncitos de licra o algod¨®n?¡ªdurante un a?o¡ª para ver c¨®mo afectaba a su vida sexual. Y todo reunido en una gala que muestra el af¨¢n de los cient¨ªficos por tomarse un poco a broma a s¨ª mismos y hacer el payaso con su trabajo, aunque sea involuntariamente.
"Me lo comunicaron en enero, no sab¨ªa nada de estos premios", reconoce la ¨²ltima premiada, Marisa L¨®pez-Teij¨®n, que gan¨® junto a otros tres colegas de su centro m¨¦dico, en la categor¨ªa de Obstetricia. Fue gracias a un aparato que se introduce en la vagina de las embarazadas para proyectarles sonidos al feto y que, asegura, deber¨ªa enterrar aquello de hablarle a la barriga de las futuras madres. "Le dec¨ªa a mi equipo que me hab¨ªa adelantado a mi tiempo", bromea, "con lo de que alguien se lo ponga en la vagina: 'La ¨²nica forma de que esto avance es que le dieran el Nobel'. Y un mes despu¨¦s, me llaman", cuenta entre carcajadas.
El invento de L¨®pez-Teij¨®n est¨¢ comercializado y ya tuvo sus quince minutos de fama en medios de todo el mundo, apareciendo en telediarios y shows como el de Jimmy Kimmel. Pero conviene no menospreciar el poder de los Ig Nobel, como explica Eduard Segura, que lo gan¨® en 2002 en la categor¨ªa de Higiene por su invento: una lavadora para mascotas. "Nos sorprendi¨® la repercusi¨®n mundial, pero toda esa publicidad gratuita fue fundamental para nosotros. Puede ser un premio de chiste, pero a nosotros nos ha arreglado nuestro modo de vida", asegura. Este ingeniero afirma que ha vendido desde entonces unas 400 m¨¢quinas ¡ªcuyos dos modelos cuestan 17.000 y 7.000 euros¡ª en un negocio para el que trabajan seis personas. Y que todo se lo debe al premio.
"No conoc¨ªamos los premios y cuando vimos los v¨ªdeos pensamos que nosotras ¨¦ramos muy serias para eso", explica Margarita Garriga
Segura no pudo ir a la gala, pero las premiadas espa?olas de 2014 se quedaron en casa porque no se atrevieron a ir a esta ceremonia. "No conoc¨ªamos los premios y cuando vimos los v¨ªdeos pensamos que nosotras ¨¦ramos muy serias para eso", explica Margarita Garriga, jefa del equipo galardonado formado por cinco investigadoras del IRTA (Instituto de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Agroalimentarias). "Nos sentimos inc¨®modas y no fuimos", asegura Garriga, que sin embargo reconoce que la experiencia hubiera sido espectacular: "Ahora me arrepiento de no haber ido a Harvard". El estudio por el que las premiaron en Nutrici¨®n, la tesis de Raquel Rubio, propon¨ªa el uso de bacterias presentes en las heces de los beb¨¦s para fermentar fuet. Era el primero de una l¨ªnea de investigaci¨®n de su grupo, que luego realiz¨® otros cinco m¨¢s. "Hasta nos llam¨® una empresa que quer¨ªa la cepa para su negocio", recuerda Garriga. Como todos los premiados espa?oles, resalta el inesperado eco en los medios: "Incluso a pesar de que en algunos dijeran que le ech¨¢bamos caca al fuet", bromea.
En 2015, el premiado fue Francisco Torreira, profesor de ling¨¹¨ªstica de la Universidad McGill, que por entonces trabajaba en el Instituto Max Planck de Psicoling¨¹¨ªstica. Su investigaci¨®n, reconocida por los Ig Nobel en la categor¨ªa de Literatura, mostraba que en todos los idiomas hay una versi¨®n de la expresi¨®n "?eh?" ¡ª"huh?" en ingl¨¦s¡ª para responder cuando no has entendido bien a un interlocutor. En la ceremonia celebrada el jueves tambi¨¦n premiaron al italiano Matteo Martini por descubrir que los gemelos id¨¦nticos no son capaces de reconocerse a s¨ª mismos cuando les presentan una foto que pudiera ser de ¨¦l o de su hermano. Martini figuraba como afiliado a la Universidad de Barcelona por este premio. Lo mismo sucedi¨® el a?o pasado con el premio de F¨ªsica para el h¨²ngaro Ram¨®n Heged¨¹s, que estando en la Universidad de Girona colabor¨® con otros compatriotas en un hallazgo fundamental para el mundo equino: gracias a la polarizaci¨®n de la luz, los caballos blancos reciben muchos menos picotazos de t¨¢banos que los caballos oscuros.
Primero re¨ªr y luego pensar
Tambi¨¦n especialistas en la tecnolog¨ªa de los alimentos, como las premiadas del IRTA, un equipo de cuatro investigadores de las universidades Polit¨¦cnica de Valencia y de las Islas Baleares recibieron el suyo en la categor¨ªa de Qu¨ªmica en 2006. Estos cient¨ªficos hab¨ªan investigado la influencia de la temperatura en la velocidad de los ultrasonidos en el queso cheddar. Antonio Mulet, uno de los cient¨ªficos reconocidos en aquella ocasi¨®n, resalta que es una iniciativa que acerca la ciencia a una poblaci¨®n que en general no se interesa, para hacer ver que cosas ¡°singulares¡± pueden tener importancia en su vida. "Todos los trabajos premiados fueron publicados en su d¨ªa en revistas internacionales de prestigio", se?ala Mulet, "es decir, se trata de art¨ªculos serios y que tienen contenido cient¨ªfico". Antes, en 1993, dos a?os despu¨¦s de aparecer los premios, el primer reconocimiento espa?ol (en Literatura) fue para Amadeo Betriu. Aunque en su caso le correspond¨ªa una parte m¨ªnima de la estatuilla: se premiaba precisamente que 972 investigadores aparec¨ªan como firmantes de un estudio de nueve p¨¢ginas: menos de una d¨¦cima parte de p¨¢gina por autor.
"El talento cient¨ªfico est¨¢ [para ganar un Nobel], pero no est¨¢ respaldado por los recursos", lamenta el inventor
Los Ig Nobel se jactan de ser unos premios que "primero hacen re¨ªr y luego pensar". ?Qu¨¦ pensar de que Espa?a tenga el doble de premiados en la parodia y tal sequ¨ªa en los Nobel de ciencias? "El talento cient¨ªfico est¨¢, pero no est¨¢ respaldado por los recursos", lamenta Segura. Y se queja de que cuando ha buscado financiaci¨®n, los posibles inversores solo buscaban especular con el dinero r¨¢pidamente, generalmente en aplicaciones para m¨®viles. "No me sorprende que al final lo que tengamos sean m¨¢s premios de risa y ya no recibamos ning¨²n Nobel", zanja este inventor. ?
As¨ª, mientras todos estos investigadores triunfaban entre risas, Espa?a se mov¨ªa estos a?os para conseguir un Nobel para un cient¨ªfico espa?ol, la primera posibilidad ser¨ªa en mucho tiempo. Se trata del microbi¨®logo alicantino Francisco Mojica, que est¨¢ detr¨¢s de una de las herramientas de biotecnolog¨ªa m¨¢s revolucionarias del momento. En la ¨²ltima edici¨®n no hubo suerte, ya se ver¨¢ qu¨¦ sucede en 2017. Como dice al final de cada gala Marc Abrahams, el impulsor de los Ig Nobel: "Si no has ganado el premio, y especialmente si lo has hecho, ?que tengas mejor suerte el pr¨®ximo a?o!".
Actualizaci¨®n 19 de septiembre de 2017: Se modific¨® el texto para incluir las declaraciones de Antonio Mulet que llegaron por correo electr¨®nico despu¨¦s de publicarse el reportaje.
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