Jornada escolar continua o partida, ?cu¨¢l es mejor?
El n¨²mero de horas que pasan nuestros hijos en la escuela genera encendidos debates entre los padres
Con cada inicio de curso escolar se reabren viejos debates entre posiciones aparentemente irreconciliables. Est¨¢ el de los deberes s¨ª o no, el de uniformes s¨ª o no y tambi¨¦n, entre otros, el que se centra en la jornada escolar: ?continua o partida? Hasta hace no tanto, en Espa?a primaba la jornada partida. Hoy, como afirma Antonio Tinajas, la balanza est¨¢ igualada. Seg¨²n el catedr¨¢tico de ense?anza secundaria y autor del art¨ªculo ?Jornada escolar continua o jornada escolar partida?, publicado en la Revista Iberoamericana de Educaci¨®n, ¡°en general, son m¨¢s las comunidades en las que las escuelas p¨²blicas siguen una jornada continua, aunque la poblaci¨®n escolar total afectada por un tipo u otro de jornada es muy similar¡±.
Cabe recordar que las competencias en Educaci¨®n est¨¢n hoy cedidas a las Comunidades Aut¨®nomas y que son estas las que legislan sobre las caracter¨ªsticas de la jornada escolar y sobre las condiciones en que es posible el cambio de la jornada partida a la continua. En la pr¨¢ctica, siguiendo esas condiciones, es cada colegio, a petici¨®n del Consejo Escolar y con la votaci¨®n favorable del censo del centro, el que decide el paso de una jornada a otra.
Y aqu¨ª radica el primer punto de fricci¨®n. Para Leticia Cardenal Salazar, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), esta es una decisi¨®n que ¡°no deber¨ªa dejarse a la autonom¨ªa del centro, como no se dejan otras cuestiones relevantes, como es la elaboraci¨®n del curr¨ªculo de las asignaturas, por ejemplo o el calendario escolar¡±. Una posici¨®n totalmente opuesta a la que defienden desde el sindicato de la ense?anza p¨²blica ANPE, para el que la elecci¨®n del tipo de jornada del centro educativo ¡°debe corresponder a la autonom¨ªa de los centros¡± a trav¨¦s de un proceso ¡°transparente, participativo y con garant¨ªas democr¨¢ticas¡±. En ese sentido, desde el sindicato del profesorado recuerdan que el Consejo Escolar del Estado ya se pronunci¨® hace a?os sobre la jornada continuada, ¡°reconociendo el derecho de las comunidades educativas a establecer el tipo de jornada escolar¡±.
Qui¨¦n quiere qu¨¦
Sea como sea, lo cierto, como la propia Leticia Cardenal reconoce, es que ¡°se est¨¢ generalizando que sean las comunidades educativas de los centros quienes decidan sobre el tipo de jornada que quieren¡±, de forma que se han ido incrementando el n¨²mero de centros que se han acogido a la jornada continua. Un dato que sorprende, cuando desde la principal agrupaci¨®n de asociaciones de Padres y Madres se muestran reacios al cambio. Seg¨²n su presidenta, la explicaci¨®n podr¨ªa deberse en parte a que los debates sobre el particular ¡°no se realizan en condiciones de igualdad entre familias y profesorado y el profesorado habla de pedagog¨ªa cuando lo que hay detr¨¢s es un inter¨¦s de mejora en sus condiciones laborales¡±.
Tambi¨¦n se?ala al profesorado Antonio Tinajas, que se?ala a la gran diversidad de situaciones particulares que se dan entre las familias de un colegio, una coyuntura que en su opini¨®n aprovecha el equipo directivo y el profesorado, que ¡°tiende a abusar de la autoridad pedag¨®gica que les atribuyen las familias¡±. Para Mariano Fern¨¢ndez Enguita, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid, por su parte, solo existir¨ªan dos ¡°grupos de madres¡± que se inclinan espont¨¢neamente por la jornada intensiva: ¡°las que no tienen ni buscan empleo o tienen uno a tiempo parcial que combina mejor con ella; y las de clase media acomodada y culta que, habiendo optado por la escuela p¨²blica, creen que a sus hijos les sobran horas y que podr¨ªan emplearlos mejor en otras actividades fuera de las aulas¡±. El resto, seg¨²n Enguita, que conformar¨ªan la gran mayor¨ªa de madres y padres de alumnos, suelen ser sometidos en opini¨®n del catedr¨¢tico ¡°a una desinformaci¨®n sistem¨¢tica y, a menudo, una presi¨®n poco escrupulosa desde el profesorado, que no para hasta que se convierten o se rinden¡±.
?Tanta fuerza tiene el profesorado entre los padres y madres para que en abril de este a?o, sin ir m¨¢s lejos, 215 de los 325 centros educativos de la Comunidad Valenciana que celebraron consultas sobre la organizaci¨®n horaria, votasen a favor de la jornada continua? ¡°Al contrario de lo que mucha gente piensa el cambio horario es una reivindicaci¨®n mayoritariamente de las familias, de hecho, se da el caso de muchos claustros que no apoyan el cambio y ni siquiera se puede llegar a las votaciones de las familias. En el caso de mi centro y en much¨ªsimos m¨¢s, somos las familias las que hemos instado al centro para que inicien el proceso¡±, explica Asun Ba?¨®n, presidenta de la Asociaci¨®n Plataforma A Favor de la Jornada Continua por la Libre Elecci¨®n en la Comunidad Valenciana, una de las asociaciones m¨¢s activas y reivindicativas en Espa?a.
El profesorado tambi¨¦n se defiende de las acusaciones de buscar en ¨²ltima instancia una mejora de sus condiciones laborales. Desde ANPE recuerdan que ¡°no se trata de una reducci¨®n de la jornada escolar del alumno ni del profesor, sino de una redistribuci¨®n de la misma¡± (esta sigue siendo de 25 horas a la semana); y que en todo caso, la compactaci¨®n de la jornada tiene otro tipo de beneficios para la funci¨®n docente, que se ejerce ¡°de forma m¨¢s racional, fomentando una mayor interrelaci¨®n personal y profesional del profesorado, facilitando la preparaci¨®n de las clases, mejorando la programaci¨®n docente y permitiendo el perfeccionamiento profesional de los docentes mediante una mayor posibilidad de acceso a cursos de formaci¨®n¡±.
Argumentos a favor y en contra
Para Asun Ba?¨®n, la jornada continua tambi¨¦n permite poder aprovechar mejor las horas libres de los ni?os: ¡°Algo tan sencillo como que los ni?os puedan irse a una actividad (deporte, m¨²sica, idiomas, cumplea?os) con los deberes hechos o la lecci¨®n repasada, y no tener que retrasar esto hasta ¨²ltima hora de la tarde cuando los ni?os est¨¢n demasiado cansados¡±. Tambi¨¦n destaca de ella su ¡°flexibilidad¡±, lo que permite adaptarla a las necesidades de cada familia (¡°Las familias tienen diariamente tres opciones para la salida de los ni?os del cole, a las 14:00, a las 15:30 o a las 17:00 horas¡±); y la ¡°reducci¨®n del absentismo, especialmente en el caso de los ni?os m¨¢s peque?os, que se duermen despu¨¦s de comer¡±, que se produce al tener que ir solo una vez al centro escolar.
Al desarrollo de las actividades extraescolares gracias a la implantaci¨®n de la jornada continua tambi¨¦n aluden desde ANPE, desde donde afirman que ¡°todo los pa¨ªses modernos han comprendido el alcance de las actividades extraescolares como forma nueva, sugestiva y original de prolongar y entender el aprendizaje fuera del ¨¢mbito escolar¡±. Unas extraescolares que deber¨ªan ser en todo caso gratuitas, para no caer en la discriminaci¨®n del alumnado en funci¨®n de sus posibilidades econ¨®micas.
A esa discriminaci¨®n aluden precisamente desde CEAPA. Recuerda Leticia Cardenal que la escuela es ¡°un espacio de formaci¨®n integral para todo el alumnado, donde se forman todos sin diferencias de ning¨²n tipo y donde, adem¨¢s se compensan las desigualdades sociales¡±. Una formaci¨®n que deber¨ªa ser entendida en un sentido amplio, m¨¢s all¨¢ de la transmisi¨®n de conocimientos o del tiempo exclusivamente curricular; ¡°la escuela es un referente de convivencia, socializaci¨®n y participaci¨®n. Por eso, cuanto menos tiempo sea com¨²n a todo el alumnado en la escuela, mayores ser¨¢n las diferencias, ya que estas crecen en las familias porque somos las familias las que marcamos esas diferencias¡±.
Seg¨²n Fern¨¢ndez Enguita, por su parte, la intensificaci¨®n horaria ¡°perjudica especialmente a los alumnos que ya tienen problemas con la escuela, que son muchos¡±. En ese sentido, aboga por ir hacia horarios flexibles, ¡°con un n¨²cleo central para todos y flexibilidad en las horas de entrada y salida¡±. En todo caso, en la coyuntura actual considera preferible la jornada partida, ¡°ya que lo que pueden perder con ella algunos (salir antes de una escuela que les aburre y tener tiempo para actividades que les interesan m¨¢s) me parece menos grave que lo que pueden perder sin ella otros al no poder seguir el ritmo y verse empujados al rechazo o al fracaso escolares¡±.
?Existe una alternativa mejor?
Coinciden todas las fuentes consultadas en que no hay ning¨²n estudio de car¨¢cter cient¨ªfico que avale que una alternativa es mejor que la otra; o que una de ellas conlleve mejoras significativas en la calidad de la ense?anza. ¡°Ni los hay ni creemos que los haya, porque las mejoras que se pueden producir en la escuela obedecen a m¨²ltiples factores y no a uno exclusivamente. Por lo tanto, no podemos decir que un modelo sea mejor¡±, afirma la presidenta de CEAPA, que no obstante recuerda que ning¨²n argumento de los que se esgrimen para pasar de jornada partida a jornada continua ¡°son objetivables¡± y que tampoco han demostrado las mejoras con las que, en su d¨ªa, se convenci¨® a la comunidad educativa: ¡°Podremos hablar del nivel de satisfacci¨®n de profesorado o de familias, pero poco m¨¢s¡±.
Su opini¨®n la comparte en parte Mariano Fern¨¢ndez Enguita, que aunque reconoce que los horarios escolares en Espa?a ¡°no han tenido todav¨ªa el estudio sistem¨¢tico que merecen¡±, afirma que hay ya ¡°unas docenas de estudios aqu¨ª, y muchos m¨¢s fuera¡± cuyas conclusiones se distribuyen ¡°entre pocos y muchos, peque?os o grandes, efectos negativos¡± de la jornada continua. ¡°No existe un solo estudio, ni uno solo, que sustente los beneficios acad¨¦micos de la jornada continua. He documentado esto en un libro y varios art¨ªculos y v¨ªdeos¡±, concluye.
Antonio Tinajas, por su parte, hace referencia a la cronopsicolog¨ªa, una ciencia que intenta comprender qu¨¦ factores influyen en el mantenimiento sostenido de la atenci¨®n por parte de los escolares a lo largo de la jornada. ¡°Sabemos que la atenci¨®n depende de numerosas variables: la edad y la personalidad del individuo, la naturaleza de la tarea a realizar (perceptivo motriz o mental), si se trata de tareas individuales o en grupo, los procesos mentales puestos en juego, la motivaci¨®n, pero existe un consenso seg¨²n el cual, en los ¨²ltimos a?os de primaria y en la ESO, la atenci¨®n es baja a primera hora de la jornada y crece hasta alcanzar su m¨¢ximo entorno a media ma?ana (la hora del patio). A partir de aqu¨ª, desciende a medida que avanza la ma?ana y decae bruscamente tras la comida. Durante la tarde, vuelve a incrementarse la atenci¨®n hasta volver a alcanzar otro m¨¢ximo a media tarde¡±, argumenta. Una evoluci¨®n de la atenci¨®n que, en apariencia, coincide mejor con el horario partido.
¡°Tal vez pueda influir algo el horario en el rendimiento acad¨¦mico¡±, conceden desde la Asociaci¨®n Plataforma A Favor de la Jornada Continua por la Libre Elecci¨®n en la Comunidad Valenciana, pero en todo caso consideran que esa influencia ¡°ser¨ªa meramente anecd¨®tica¡± en comparaci¨®n con las soluciones que la jornada continua facilita para la adaptaci¨®n a los horarios ¡°de una sociedad en constante cambio¡±. Una opini¨®n que tambi¨¦n refrend¨® el estudio A las tres en casa: el impacto social y educativo de la jornada escolar continua, dirigido por Elena Sintes. En ¨¦l, la doctora en Sociolog¨ªa, en referencia al argumento, utilizado tambi¨¦n por la corriente projornada continua de que esta mejoraba el rendimiento acad¨¦mico, conclu¨ªa que ¡°la causa que marca la mejora de los resultados acad¨¦micos y escolares de los alumnos, se encuentra en la calidad del proyecto educativo del centro, no en su horario lectivo¡±. Por tanto, y dado que el horario ¡°no supone una variable fundamental para la obtenci¨®n de un mejor rendimiento acad¨¦mico¡±, consideraba ¡°perversa¡± la asociaci¨®n entre ambas variables.
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