Jornada escolar continua o partida, ?cu¨¢l es mejor?
El n¨²mero de horas que pasan nuestros hijos en la escuela genera encendidos debates entre los padres
![Mochilas en un aula.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CG6GB2JBGT4DBCQPCJK2ZBYH2I.jpg?auth=cb84c5acadddb3bb261654e990067a96b8e1a741ac3ca7742d9fabab3683224f&width=414)
Con cada inicio de curso escolar se reabren viejos debates entre posiciones aparentemente irreconciliables. Est¨¢ el de los deberes s¨ª o no, el de uniformes s¨ª o no y tambi¨¦n, entre otros, el que se centra en la jornada escolar: ?continua o partida? Hasta hace no tanto, en Espa?a primaba la jornada partida. Hoy, como afirma Antonio Tinajas, la balanza est¨¢ igualada. Seg¨²n el catedr¨¢tico de ense?anza secundaria y autor del art¨ªculo ?Jornada escolar continua o jornada escolar partida?, publicado en la Revista Iberoamericana de Educaci¨®n, ¡°en general, son m¨¢s las comunidades en las que las escuelas p¨²blicas siguen una jornada continua, aunque la poblaci¨®n escolar total afectada por un tipo u otro de jornada es muy similar¡±.
Cabe recordar que las competencias en Educaci¨®n est¨¢n hoy cedidas a las Comunidades Aut¨®nomas y que son estas las que legislan sobre las caracter¨ªsticas de la jornada escolar y sobre las condiciones en que es posible el cambio de la jornada partida a la continua. En la pr¨¢ctica, siguiendo esas condiciones, es cada colegio, a petici¨®n del Consejo Escolar y con la votaci¨®n favorable del censo del centro, el que decide el paso de una jornada a otra.
Y aqu¨ª radica el primer punto de fricci¨®n. Para Leticia Cardenal Salazar, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), esta es una decisi¨®n que ¡°no deber¨ªa dejarse a la autonom¨ªa del centro, como no se dejan otras cuestiones relevantes, como es la elaboraci¨®n del curr¨ªculo de las asignaturas, por ejemplo o el calendario escolar¡±. Una posici¨®n totalmente opuesta a la que defienden desde el sindicato de la ense?anza p¨²blica ANPE, para el que la elecci¨®n del tipo de jornada del centro educativo ¡°debe corresponder a la autonom¨ªa de los centros¡± a trav¨¦s de un proceso ¡°transparente, participativo y con garant¨ªas democr¨¢ticas¡±. En ese sentido, desde el sindicato del profesorado recuerdan que el Consejo Escolar del Estado ya se pronunci¨® hace a?os sobre la jornada continuada, ¡°reconociendo el derecho de las comunidades educativas a establecer el tipo de jornada escolar¡±.
Qui¨¦n quiere qu¨¦
Sea como sea, lo cierto, como la propia Leticia Cardenal reconoce, es que ¡°se est¨¢ generalizando que sean las comunidades educativas de los centros quienes decidan sobre el tipo de jornada que quieren¡±, de forma que se han ido incrementando el n¨²mero de centros que se han acogido a la jornada continua. Un dato que sorprende, cuando desde la principal agrupaci¨®n de asociaciones de Padres y Madres se muestran reacios al cambio. Seg¨²n su presidenta, la explicaci¨®n podr¨ªa deberse en parte a que los debates sobre el particular ¡°no se realizan en condiciones de igualdad entre familias y profesorado y el profesorado habla de pedagog¨ªa cuando lo que hay detr¨¢s es un inter¨¦s de mejora en sus condiciones laborales¡±.
Tambi¨¦n se?ala al profesorado Antonio Tinajas, que se?ala a la gran diversidad de situaciones particulares que se dan entre las familias de un colegio, una coyuntura que en su opini¨®n aprovecha el equipo directivo y el profesorado, que ¡°tiende a abusar de la autoridad pedag¨®gica que les atribuyen las familias¡±. Para Mariano Fern¨¢ndez Enguita, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid, por su parte, solo existir¨ªan dos ¡°grupos de madres¡± que se inclinan espont¨¢neamente por la jornada intensiva: ¡°las que no tienen ni buscan empleo o tienen uno a tiempo parcial que combina mejor con ella; y las de clase media acomodada y culta que, habiendo optado por la escuela p¨²blica, creen que a sus hijos les sobran horas y que podr¨ªan emplearlos mejor en otras actividades fuera de las aulas¡±. El resto, seg¨²n Enguita, que conformar¨ªan la gran mayor¨ªa de madres y padres de alumnos, suelen ser sometidos en opini¨®n del catedr¨¢tico ¡°a una desinformaci¨®n sistem¨¢tica y, a menudo, una presi¨®n poco escrupulosa desde el profesorado, que no para hasta que se convierten o se rinden¡±.
?Tanta fuerza tiene el profesorado entre los padres y madres para que en abril de este a?o, sin ir m¨¢s lejos, 215 de los 325 centros educativos de la Comunidad Valenciana que celebraron consultas sobre la organizaci¨®n horaria, votasen a favor de la jornada continua? ¡°Al contrario de lo que mucha gente piensa el cambio horario es una reivindicaci¨®n mayoritariamente de las familias, de hecho, se da el caso de muchos claustros que no apoyan el cambio y ni siquiera se puede llegar a las votaciones de las familias. En el caso de mi centro y en much¨ªsimos m¨¢s, somos las familias las que hemos instado al centro para que inicien el proceso¡±, explica Asun Ba?¨®n, presidenta de la Asociaci¨®n Plataforma A Favor de la Jornada Continua por la Libre Elecci¨®n en la Comunidad Valenciana, una de las asociaciones m¨¢s activas y reivindicativas en Espa?a.
El profesorado tambi¨¦n se defiende de las acusaciones de buscar en ¨²ltima instancia una mejora de sus condiciones laborales. Desde ANPE recuerdan que ¡°no se trata de una reducci¨®n de la jornada escolar del alumno ni del profesor, sino de una redistribuci¨®n de la misma¡± (esta sigue siendo de 25 horas a la semana); y que en todo caso, la compactaci¨®n de la jornada tiene otro tipo de beneficios para la funci¨®n docente, que se ejerce ¡°de forma m¨¢s racional, fomentando una mayor interrelaci¨®n personal y profesional del profesorado, facilitando la preparaci¨®n de las clases, mejorando la programaci¨®n docente y permitiendo el perfeccionamiento profesional de los docentes mediante una mayor posibilidad de acceso a cursos de formaci¨®n¡±.
Argumentos a favor y en contra
Para Asun Ba?¨®n, la jornada continua tambi¨¦n permite poder aprovechar mejor las horas libres de los ni?os: ¡°Algo tan sencillo como que los ni?os puedan irse a una actividad (deporte, m¨²sica, idiomas, cumplea?os) con los deberes hechos o la lecci¨®n repasada, y no tener que retrasar esto hasta ¨²ltima hora de la tarde cuando los ni?os est¨¢n demasiado cansados¡±. Tambi¨¦n destaca de ella su ¡°flexibilidad¡±, lo que permite adaptarla a las necesidades de cada familia (¡°Las familias tienen diariamente tres opciones para la salida de los ni?os del cole, a las 14:00, a las 15:30 o a las 17:00 horas¡±); y la ¡°reducci¨®n del absentismo, especialmente en el caso de los ni?os m¨¢s peque?os, que se duermen despu¨¦s de comer¡±, que se produce al tener que ir solo una vez al centro escolar.
Al desarrollo de las actividades extraescolares gracias a la implantaci¨®n de la jornada continua tambi¨¦n aluden desde ANPE, desde donde afirman que ¡°todo los pa¨ªses modernos han comprendido el alcance de las actividades extraescolares como forma nueva, sugestiva y original de prolongar y entender el aprendizaje fuera del ¨¢mbito escolar¡±. Unas extraescolares que deber¨ªan ser en todo caso gratuitas, para no caer en la discriminaci¨®n del alumnado en funci¨®n de sus posibilidades econ¨®micas.
A esa discriminaci¨®n aluden precisamente desde CEAPA. Recuerda Leticia Cardenal que la escuela es ¡°un espacio de formaci¨®n integral para todo el alumnado, donde se forman todos sin diferencias de ning¨²n tipo y donde, adem¨¢s se compensan las desigualdades sociales¡±. Una formaci¨®n que deber¨ªa ser entendida en un sentido amplio, m¨¢s all¨¢ de la transmisi¨®n de conocimientos o del tiempo exclusivamente curricular; ¡°la escuela es un referente de convivencia, socializaci¨®n y participaci¨®n. Por eso, cuanto menos tiempo sea com¨²n a todo el alumnado en la escuela, mayores ser¨¢n las diferencias, ya que estas crecen en las familias porque somos las familias las que marcamos esas diferencias¡±.
Seg¨²n Fern¨¢ndez Enguita, por su parte, la intensificaci¨®n horaria ¡°perjudica especialmente a los alumnos que ya tienen problemas con la escuela, que son muchos¡±. En ese sentido, aboga por ir hacia horarios flexibles, ¡°con un n¨²cleo central para todos y flexibilidad en las horas de entrada y salida¡±. En todo caso, en la coyuntura actual considera preferible la jornada partida, ¡°ya que lo que pueden perder con ella algunos (salir antes de una escuela que les aburre y tener tiempo para actividades que les interesan m¨¢s) me parece menos grave que lo que pueden perder sin ella otros al no poder seguir el ritmo y verse empujados al rechazo o al fracaso escolares¡±.
?Existe una alternativa mejor?
Coinciden todas las fuentes consultadas en que no hay ning¨²n estudio de car¨¢cter cient¨ªfico que avale que una alternativa es mejor que la otra; o que una de ellas conlleve mejoras significativas en la calidad de la ense?anza. ¡°Ni los hay ni creemos que los haya, porque las mejoras que se pueden producir en la escuela obedecen a m¨²ltiples factores y no a uno exclusivamente. Por lo tanto, no podemos decir que un modelo sea mejor¡±, afirma la presidenta de CEAPA, que no obstante recuerda que ning¨²n argumento de los que se esgrimen para pasar de jornada partida a jornada continua ¡°son objetivables¡± y que tampoco han demostrado las mejoras con las que, en su d¨ªa, se convenci¨® a la comunidad educativa: ¡°Podremos hablar del nivel de satisfacci¨®n de profesorado o de familias, pero poco m¨¢s¡±.
Su opini¨®n la comparte en parte Mariano Fern¨¢ndez Enguita, que aunque reconoce que los horarios escolares en Espa?a ¡°no han tenido todav¨ªa el estudio sistem¨¢tico que merecen¡±, afirma que hay ya ¡°unas docenas de estudios aqu¨ª, y muchos m¨¢s fuera¡± cuyas conclusiones se distribuyen ¡°entre pocos y muchos, peque?os o grandes, efectos negativos¡± de la jornada continua. ¡°No existe un solo estudio, ni uno solo, que sustente los beneficios acad¨¦micos de la jornada continua. He documentado esto en un libro y varios art¨ªculos y v¨ªdeos¡±, concluye.
Antonio Tinajas, por su parte, hace referencia a la cronopsicolog¨ªa, una ciencia que intenta comprender qu¨¦ factores influyen en el mantenimiento sostenido de la atenci¨®n por parte de los escolares a lo largo de la jornada. ¡°Sabemos que la atenci¨®n depende de numerosas variables: la edad y la personalidad del individuo, la naturaleza de la tarea a realizar (perceptivo motriz o mental), si se trata de tareas individuales o en grupo, los procesos mentales puestos en juego, la motivaci¨®n, pero existe un consenso seg¨²n el cual, en los ¨²ltimos a?os de primaria y en la ESO, la atenci¨®n es baja a primera hora de la jornada y crece hasta alcanzar su m¨¢ximo entorno a media ma?ana (la hora del patio). A partir de aqu¨ª, desciende a medida que avanza la ma?ana y decae bruscamente tras la comida. Durante la tarde, vuelve a incrementarse la atenci¨®n hasta volver a alcanzar otro m¨¢ximo a media tarde¡±, argumenta. Una evoluci¨®n de la atenci¨®n que, en apariencia, coincide mejor con el horario partido.
¡°Tal vez pueda influir algo el horario en el rendimiento acad¨¦mico¡±, conceden desde la Asociaci¨®n Plataforma A Favor de la Jornada Continua por la Libre Elecci¨®n en la Comunidad Valenciana, pero en todo caso consideran que esa influencia ¡°ser¨ªa meramente anecd¨®tica¡± en comparaci¨®n con las soluciones que la jornada continua facilita para la adaptaci¨®n a los horarios ¡°de una sociedad en constante cambio¡±. Una opini¨®n que tambi¨¦n refrend¨® el estudio A las tres en casa: el impacto social y educativo de la jornada escolar continua, dirigido por Elena Sintes. En ¨¦l, la doctora en Sociolog¨ªa, en referencia al argumento, utilizado tambi¨¦n por la corriente projornada continua de que esta mejoraba el rendimiento acad¨¦mico, conclu¨ªa que ¡°la causa que marca la mejora de los resultados acad¨¦micos y escolares de los alumnos, se encuentra en la calidad del proyecto educativo del centro, no en su horario lectivo¡±. Por tanto, y dado que el horario ¡°no supone una variable fundamental para la obtenci¨®n de un mejor rendimiento acad¨¦mico¡±, consideraba ¡°perversa¡± la asociaci¨®n entre ambas variables.
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