Josele Santiago, el sabor de la cultura
No es solo que Madrid sea el lugar que lo vio nacer, sino que, de alg¨²n modo, Josele Santiago, l¨ªder de Los Enemigos y tambi¨¦n solista, se ha convertido en un s¨ªmbolo de la cultura de la capital, aquella que sorprendi¨® a un pa¨ªs que se desentumec¨ªa en los ochenta con la movida. La reuni¨®n, sin embargo, la programamos en la Casa de C¨®rdoba, un espacio que por dentro recrea los arcos de la mezquita y en el exterior despliega esa fiesta de flores meticulosamente ordenadas sobre un muro blanco tan t¨ªpica de los patios de la ciudad andaluza. Hasta aquella tierra se remonta su educaci¨®n sentimental, la inculcada por sus padres, ambos cordobeses. Y hasta all¨ª le transportan las im¨¢genes y los aromas de la ni?ez, que huelen a salmorejos y gazpachos, a papas con morcilla o a las espinacas con garbanzos que preparamos bajo un sol bals¨¢mico en una luminosa ma?ana de septiembre.
El m¨²sico ¡ªenjuto, cercano, incisivo¡ª lamenta no poder presumir de dotes culinarias. ¡°Puedo salvar los muebles, pero no es que sea cocinero¡±, asegura. El resultado desmiente la humilde aseveraci¨®n, porque la elaboraci¨®n termina resultando estupenda. Como en la m¨²sica, quiz¨¢ tenga que ver con la sencillez: no hacen falta grandes despliegues, tan solo unos buenos ingredientes de base. ¡°El virtuosismo de por s¨ª a m¨ª no me interesa¡±, subraya. ¡°La t¨¦cnica tiene que tener una finalidad, tiene que estar al servicio de un objetivo¡±. ?ltimamente, esa meta ha sido su m¨¢s reciente ¨¢lbum, Transilvania, el cuarto que publica en solitario en una carrera en paralelo a su ¡°banda de toda la vida¡±.
El cantante madrile?o publica nuevo disco, el cuarto en solitario: 'Transilvania'.
Curtido en mil batallas musicales, viajado por las carreteras de toda Espa?a (porque Los Enemigos, aunque resulte sorprendente, solo han llegado a hacer gira en M¨¦xico), el cantante ha compuesto un disco que quiere ser reflejo de lo que le mueve por dentro. Un caudal de sentimientos honestos y liberadores, que no necesariamente positivos. ¡°El discurso que hago es bastante pu?etero y apocal¨ªptico¡±, reconoce. Pero es que as¨ª es como divisa hoy el mundo, como una cuenta atr¨¢s hacia la destrucci¨®n. Incluida la de la m¨²sica, ¡°que est¨¢ en serio peligro de extinci¨®n¡±. ¡°La cosa est¨¢ muy dif¨ªcil para los chavales j¨®venes¡±, barrunta. ¡°Pero si acabamos con los grupos y con los sellos peque?os, acabamos con todo¡±.
Mientras mantiene viva y en plena salud su doble faceta como m¨²sico, Santiago ha aprendido a disfrutar de las ventajas de la veteran¨ªa. ¡°Lo bueno de la madurez art¨ªstica es que llamas a los mejores m¨²sicos y te dicen que s¨ª¡±, presume. Gracias a los ¨¦xitos cosechados con Los Enemigos, tambi¨¦n puede jactarse de experimentar con frecuencia ¡°una sensaci¨®n indescriptible¡±: ¡°Cuando tocas una canci¨®n y ves que a la gente le conmueve, es lo m¨¢s maravilloso del mundo¡±.
Sobre los placeres culinarios no solo tiene buenas palabras para los platos andaluces. En aquel tour por M¨¦xico a finales de los noventa, tom¨® unos tacos de pescado en Tijuana ¡°que son lo mejor que he probado en mi vida¡±. En un par de meses volver¨¢ a aquel pa¨ªs, como invitado de la Feria del Libro de Guadalajara. Este a?o la ciudad invitada es Madrid y ¡ªya lo dec¨ªamos¡ª ¨¦l forma parte inseparable de su cultura.
Espinacas con garbanzos a la cordobesa
Ingredientes
- Medio kilo de garbanzos
- 300 gramos de espinacas
- 150 gramos de pan seco
- Aceite de oliva virgen extra
- 6 dientes de ajo
- Piment¨®n dulce al gusto
- Agua
Instrucciones
Poner los garbanzos en remojo en agua caliente la noche anterior.
Al día siguiente, cocer los garbanzos en agua caliente siguiendo la indicación del productor (el tiempo de cocción varía entre 60 y 120 minutos en olla tradicional y 25 y 50 minutos en olla exprés). Añadir la sal al final para mejorar la consistencia de la piel del garbanzo.
Pelar los ajos y laminar. Freír en una sartén con aceite y pasar a un mortero cuando estén dorados.
En la misma sartén, incorporar el pan seco troceado y dejar que se cocine por los dos lados. Si hace falta, añadir más aceite. Pasar el pan al mortero, añadir un chorro de agua y hacer una pasta con la ayuda de un tenedor.
Cocer las espinacas con un poco de agua y sal durante 30 segundos. Agregar el majado de pan y ajo a la olla y remover. Volcar los garbanzos escurridos y dejar todo al fuego hasta que se ligue. Espolvorear el pimentón por encima y terminar con un chorro de aceite.
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