¡°Ram¨®n y Cajal tambi¨¦n estuvo en la c¨¢rcel¡±
Una veintena de presos se 'evade' de la prisi¨®n de Badajoz gracias a un programa de radio sobre ciencia
Santiago, enganchado al boxeo, fue un delincuente juvenil. A los 11 a?os, cogi¨® una viga de madera, vaci¨® su eje, reforz¨® su exterior con alambre, la atiborr¨® de p¨®lvora, tachuelas y guijarros y dispar¨® hacia la puerta de su vecino un ¡°horr¨ªsono¡± ca?onazo. Y acab¨® en la c¨¢rcel. Santiago se apellidaba Ram¨®n y Cajal y 40 a?os despu¨¦s gan¨® el premio Nobel de Medicina de 1906 por iluminar la estructura del cerebro.
¡°Al o¨ªr el rechinamiento del cerrojo, que me reclu¨ªa qui¨¦n sabe hasta cu¨¢ndo; al sentir el rumor, cada vez m¨¢s lejano, de las pisadas de mi carcelero; quebr¨® mi serenidad. Comprend¨ª al fin que mi encierro constitu¨ªa formal condena¡±, escribi¨® Ram¨®n y Cajal en sus memorias, Recuerdos de mi vida.
"El estudio de radio no es la prisi¨®n. Aqu¨ª no se est¨¢ cumpliendo condena. Aqu¨ª liberamos la mente", comenta un recluso
Antonio, de 45 a?os, recuerda con entusiasmo el ca?onazo fuera de la ley del premio Nobel. Como el joven Ram¨®n y Cajal, escucha cada d¨ªa el rechinamiento del cerrojo y las pisadas que se alejan por el pasillo. Es uno de los 550 internos del Centro Penitenciario de Badajoz, al que Materia ha accedido con un inusual permiso del Ministerio del Interior. ¡°Ram¨®n y Cajal es un ejemplo muy claro de que solo por el hecho de estar preso no tienes por qu¨¦ ser una mala persona. A los 11 a?os cay¨® preso y luego fue premio Nobel. No por estar en la c¨¢rcel ya est¨¢s para tirarte a la basura. Eres reciclable¡±, reflexiona.
Junto a una veintena de compa?eros, Antonio se evade cada semana de prisi¨®n. Es uno de los locutores de La Ventana de la Ciencia, un programa de radio de divulgaci¨®n cient¨ªfica emitido cada semana desde el m¨®dulo 3 del Centro Penitenciario de Badajoz. All¨ª, casi todos ingresaron por delitos asociados a la adicci¨®n al alcohol o las drogas. El que m¨¢s experiencia en radio ten¨ªa era por haber llamado a Cadena Dial para pedir una canci¨®n para su novia.
"M¨¢s droga que en la calle"
En cada programa, los internos repasan la actualidad cient¨ªfica, entrevistan a un investigador y cuentan la historia de alguna eminencia que pas¨® por la c¨¢rcel, como Ram¨®n y Cajal, Francis Bacon y Galileo Galilei. En otros m¨®dulos, cuenta un recluso, ¡°hay m¨¢s droga que en la calle¡±. Las dosis entran, ¡°inevitablemente¡± seg¨²n reconoce un funcionario de la prisi¨®n, dentro de los culos de internos que regresan de un permiso o en los de mujeres que acuden a los vis a vis, los encuentros a solas autorizados. Pero en el m¨®dulo 3, dice Antonio, no quieren o¨ªr hablar de droga: ¡°Aqu¨ª, no¡±. Es una unidad terap¨¦utica y educativa, a la que los reclusos ingresan voluntariamente para preparar su reinserci¨®n en la sociedad.
¡°Hacer un programa de radio de ciencia significa elevarnos para llegar a unas metas que nos hemos marcado. Yo en la vida habr¨ªa pensado que esto podr¨ªa ser as¨ª¡±, dice Francis, de 25 a?os. En unos d¨ªas, saldr¨¢ esposado de la c¨¢rcel para casarse con el amor de su vida, su novia desde los 12 a?os. Nunca hab¨ªa hablado ante un micr¨®fono. Durante unos minutos, sin embargo, explica un nuevo estudio cient¨ªfico que recomienda hacer ejercicio a las mujeres embarazadas. ¡°?Lo he bordao!¡±, celebra al terminar.
¡°Hay que rese?ar que Ram¨®n y Cajal tuvo m¨¢s facilidades que cualquier hijo de un obrero¡±, se?ala en antena uno de los presos
La periodista Macarena Parejo, de la Universidad de Extremadura, es la madre de la idea. Se le ocurri¨® el proyecto con un doble objetivo: ¡°eliminar el estereotipo social que existe en torno a las c¨¢rceles y mejorar la autoestima de esas personas que se encuentran privadas de libertad¡±.
Lo ha cumplido. ¡°El estudio de radio no es la prisi¨®n. Aqu¨ª no se est¨¢ cumpliendo condena. Aqu¨ª liberamos la mente. Se me ponen los pelos de punta, porque en realidad lo sentimos. Se siente much¨ªsimo al entrar aqu¨ª, al poder expresarte¡±, cuenta Francis, cuya sensibilidad rompe todos los estereotipos que se podr¨ªan asociar a su cuerpo musculado y lleno de tatuajes dentro de una prisi¨®n.
Las historias que se escuchan dentro de la c¨¢rcel de Badajoz no solo tienen que ver con la droga. Extremadura presenta el menor PIB per c¨¢pita de Espa?a, 16.369 euros, un 32% inferior a la media nacional. Algunos reclusos no se han podido sumar al programa de radio por sus dificultades para leer y escribir, pese a tener ganas. ¡°Hay que rese?ar que Ram¨®n y Cajal tuvo m¨¢s facilidades que cualquier hijo de un obrero¡±, afirm¨® en antena Javier, otro de los locutores, en una de las emisiones de La Ventana de la Ciencia.
¡°Esto es una evasi¨®n total de la realidad. Es entrar por la puerta del estudio de radio y sales de la c¨¢rcel¡±, sostiene Alejandro, de 28 a?os. ?l, cuenta, lleg¨® a cursar segundo de Enfermer¨ªa. Ahora se anima al conocer las historias de investigadores que pasaron por la trena. ¡°Te da un poco de fuerza para interiorizarlo y decir: Joder, si ellos han estado en la c¨¢rcel y luego han sido unos cient¨ªficos al m¨¢ximo nivel, ?por qu¨¦ t¨² no puedes hacer algo bueno despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel? Es complicado, pero es posible. Con el apoyo de la familia y de tu gente todo es posible¡±. En el programa de hoy, los reclusos han recordado las ¨²ltimas palabras del astr¨®nomo italiano Giordano Bruno, encarcelado por la Inquisici¨®n y quemado en la hoguera en 1600 por hereje: "El miedo que sent¨ªs al imponerme esta sentencia tal vez sea mayor que el que siento yo al aceptarla".
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