El Plan B
Un refer¨¦ndum pactado ser¨ªa un muy bienvenido plan B para muchos catalanes y, esperemos, tambi¨¦n para muchos otros espa?oles
Tanto el Gobierno de Catalu?a como el Gobierno de Espa?a han conseguido sus planes B. Los dos pueden tratar de continuar por el mismo camino, lo cual podr¨ªa convertir el desastre en cat¨¢strofe. Por el bien de los ciudadanos, habr¨ªa que buscar otro plan.
La primera preferencia del Gobierno catal¨¢n era celebrar el refer¨¦ndum sobre la independencia sin intervenci¨®n espa?ola. La primera preferencia del Gobierno espa?ol era que el Gobierno de Catalu?a suspendiera el refer¨¦ndum sin necesidad de intervenir. Por supuesto, estos dos resultados eran incompatibles. Ninguno ha logrado su objetivo. Pero para el Gobierno catal¨¢n, seguir adelante con el refer¨¦ndum era una estrategia dominante, incluso si iba a haber represi¨®n del Estado, lo que producir¨ªa su segundo mejor resultado entre los posibles, ya que desconvocar el refer¨¦ndum habr¨ªa sido una autoderrota. Para el Gobierno espa?ol, la represi¨®n no era una estrategia dominante, habr¨ªa deseado no tener que usarla, pero era la opci¨®n menos mala si el refer¨¦ndum continuaba. Este ha sido el resultado real: refer¨¦ndum con represi¨®n, que era el segundo mejor resultado para los dos jugadores.
De este modo, ninguno de los dos ha conseguido un ¨¦xito propio, sino la humillaci¨®n del adversario: el Gobierno catal¨¢n celebra las im¨¢genes de descr¨¦dito de Espa?a ante el mundo y el Gobierno de Espa?a se congratula de que no haya habido un refer¨¦ndum propiamente dicho. Pero la interacci¨®n es asim¨¦trica, ya que el Gobierno catal¨¢n lleva la iniciativa (la ¡°estrategia dominante¡±) y puede continuar por el mismo camino, lo que le llevar¨ªa a acercarse a su objetivo y declarar la independencia. En cambio, el Gobierno espa?ol act¨²a en respuesta y solo podr¨ªa tratar de profundizar en la derrota y la humillaci¨®n de Catalu?a y disolver la Generalitat, lo cual no necesariamente significar¨ªa una victoria espa?ola en s¨ª misma.
Para que hubiera un resultado diferente, m¨¢s cooperativo y m¨¢s satisfactorio para muchos ciudadanos, habr¨ªa que cambiar las preferencias y prioridades de los dos actores, lo cual muy probablemente requerir¨ªa cambiar los actores mismos. Puigdemont ya ha anunciado que se retira y algunas apariciones melanc¨®licas de Junqueras en las ¨²ltimas dos semanas daban la impresi¨®n de que se quitar¨ªa un peso de encima: al fin y al cabo, ¨¦l no estaba para esto y ya ha cumplido de sobra. Para no seguir buscando candidatos que iban muy abajo en las listas electorales, se necesitar¨ªan nuevas elecciones en el Parlament con gente nueva. Si, por el otro lado, Rajoy no se retira, har¨ªa falta que convocara nuevas elecciones en las Cortes Generales y las perdiera. Nadie querr¨¢ las dos elecciones al mismo tiempo, por lo cual pueden pasar varios meses, quiz¨¢ hasta un par de a?os, tumultos, tensiones, parloteos y maniobras.
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Un acuerdo imaginable ser¨ªa, por supuesto, un refer¨¦ndum pactado, m¨¢s o menos como se hizo en Escocia. Ser¨ªa un muy bienvenido plan B para muchos catalanes y ¨Cesper¨¦moslo¡ª tambi¨¦n para muchos otros espa?oles. Para cualquier gobierno espa?ol, ser¨ªa una apuesta arriesgada, sin duda, porque, hablando honestamente, el resultado ser¨ªa muy incierto. Por un lado, cabe pensar que habr¨ªa muchos catalanes con motivos para votar ¡®s¨ª¡¯. Comparada con Escocia, Catalu?a tiene un perfil m¨¢s marcado. Escocia est¨¢ subsidiada por Inglaterra, mientras que Catalu?a es una contribuidora neta al resto de Espa?a. El ga¨¦lico escoc¨¦s es una lengua muy minoritaria y con bajo prestigio social, en contraste con el catal¨¢n. Y, si algunos lectores me lo permiten, para bastante gente la alternativa, al menos antes del Brexit, de ser brit¨¢nico es m¨¢s atractiva que la de ser espa?ol.
Por otro lado, si un Gobierno de Espa?a aceptara un tal acuerdo, muchos catalanes podr¨ªan pensar que no ser¨ªa la misma Espa?a que han visto los ¨²ltimos a?os, sino un pa¨ªs mucho m¨¢s agradable, y, reviviendo el esp¨ªritu de los a?os ochenta y noventa, podr¨ªan volver a pensar que, despu¨¦s de todo, pueden continuar viviendo juntos. De hecho, la mejor baza para un Gobierno espa?ol de ganar un refer¨¦ndum en Catalu?a ser¨ªa con una pregunta de este tipo: "?Quiere ser ciudadano de un pa¨ªs, Espa?a, que reconoce el derecho a la autodeterminaci¨®n de Catalu?a?" ?Entonces el 's¨ª' (a Espa?a) podr¨ªa ganar! ?Alguien se atrever¨¢?
?Josep M. Colomer es miembro por elecci¨®n de la Academia Europea y autor de Ciencia de la Pol¨ªtica (Ariel, 2017).
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