Hablamos con el director de la pel¨ªcula favorita este a?o para los Oscar
Martin McDonagh est¨¢ detr¨¢s de 'Tres anuncios en las afueras', la revelaci¨®n de la temporada protagonizada por Frances McDormand y Woody Harrelson
Cuando una pel¨ªcula se lleva el Premio del P¨²blico en el Festival de Toronto, actualmente uno de los mayores escaparates de la industria cinematogr¨¢fica, todas las antenas se vuelven hacia ella. Si adem¨¢s repite el mismo galard¨®n en la secci¨®n de Perlas del Festival de San Sebasti¨¢n y gana el Mejor Guion en Venecia es que estamos ante algo verdaderamente importante. Hablamos de Tres anuncios en las afueras, la pel¨ªcula revelaci¨®n de la temporada y una de las favoritas en la carrera hacia los Oscar. Su director es el prestigioso dramaturgo Martin McDonagh, que ya sorprendi¨® con su ¨®pera prima, Escondidos en Brujas (2008), en la que demostr¨® su capacidad para conjugar el humor negro con una reflexi¨®n despiadada de la realidad a golpe de extravagancia pulp.
La aventura que ha emprendido con su nueva pel¨ªcula lo lleva, sin embargo, por caminos muy diferentes. El director viaj¨® durante un tiempo por Norteam¨¦rica porque quer¨ªa capturar su esp¨ªritu y escribir algo que conectara con el car¨¢cter de sus gentes. Por eso estuvo de ruta con su cuaderno tomando notas, viajando cada dos d¨ªas en tren y durmiendo en pensiones de diferentes pueblos. Se dio cuenta de que muchos de esos sitios parec¨ªan haberse quedado suspendidos en el tiempo. Como si nada hubiera cambiado desde los a?os cincuenta a la actualidad. Quer¨ªa plasmar esa atemporalidad y tambi¨¦n de qu¨¦ manera el odio se hab¨ªa incrustado en el subsuelo de la sociedad. C¨®mo la violencia pod¨ªa estallar en cualquier momento dentro de un entorno cerrado en el que todav¨ªa late el racismo y la cerraz¨®n moral.
"Quer¨ªa plasmar c¨®mo la violencia pod¨ªa estallar en cualquier momento dentro de un entorno cerrado en el que todav¨ªa late el racismo y la cerraz¨®n moral"
Con todos esos ingredientes como trasfondo escribi¨® en tan solo cinco semanas la historia de una mujer fuerte, Mildred Hayes (la gran Frances McDormand, en el segundo papel de su vida) que emprende una lucha encarnizada contra su pueblo para conseguir que se haga justicia tras el asesinato de su hija. No parece haber muchas pistas, pero la polic¨ªa no hace nada. As¨ª que alquilar¨¢ tres vallas a la entrada de la localidad para se?alar con el dedo p¨²blicamente a los responsables de que el caso se haya cerrado sin encontrar al culpable. Es decir, al jefe de la polic¨ªa local, el Sheriff Bill Willoughby (Woody Harrelson) y a su equipo.
Aunque pudiera parecerlo, no estamos ante la t¨ªpica historia de una madre coraje. Martin McDoughan se encarga con elegancia de reformular ese concepto tradicional para darle totalmente la vuelta. El personaje de Mildred est¨¢ consumido por la pena, est¨¢ roto por el dolor y, a pesar de todo, lucha como una leona para que se escuche su voz, pero tambi¨¦n nos conduce por territorios de una gran ambig¨¹edad moral que van desvel¨¢ndose a cada giro de un guion que es pura orfebrer¨ªa narrativa. Alerta: Es de esas pel¨ªculas en las que el espectador se encuentra todo el rato asimilando aquello que ve y sorprendi¨¦ndose porque en ning¨²n momento espera lo que va a pasar a continuaci¨®n.
?Podr¨ªa ganar este a?o Frances McDormand su segundo Oscar tras Fargo? Tiene much¨ªsimas papeletas. Pero no solo ella est¨¢ espl¨¦ndida en el reparto. Woody Harrelson (el polic¨ªa bueno), compone una de las obras cumbre de su carrera y protagoniza uno de los momentos dram¨¢ticos m¨¢s impresionantes del a?o. Sam Rockwell (el polic¨ªa malo), dota a su personaje de furia y al mismo tiempo de fragilidad en un acto de funambulismo interpretativo. Tambi¨¦n encontramos a Peter Dinklage (Tyrion Lannister en Juego de Tronos), eterno enamorado de Mildred; a Abbie Cornish (Bright Star), como la sufrida esposa del jefe Bill, John Hawkes (Winter¡¯s Bone) y el siempre singular Caleb Landry Jones (Antiviral). Es decir, lo m¨¢s florido del star system indie.
Tres anuncios en la afueras?es una de esas grandes obras destinadas a dejar huella. Se inserta en la Am¨¦rica Profunda para escarbar en sus miserias, en la locura y el tedio que se palpa en el ambiente. Y, sin embargo, en medio de un panorama tan desolador, encontramos un poco de esperanza en el g¨¦nero humano al final del t¨²nel. Cuando todo est¨¢ podrido a nuestro alrededor, todav¨ªa podemos encontrar algo hermoso a lo que aferrarnos.
En el Festival de San Sebasti¨¢n tuvimos la oportunidad de charlar con Martin McDoughan antes de que esta pel¨ªcula lo sit¨²e entre los directores m¨¢s importantes del a?o.
Es curioso que siendo usted ingl¨¦s-irland¨¦s, la pel¨ªcula transpire un aliento tan americano.
Me encanta el cine americano, me encanta el pa¨ªs. En realidad, qu¨¦ importa la nacionalidad. Yo soy medio ingl¨¦s y medio irland¨¦s y eso me ha ense?ado a ver el absurdo de ambas partes. Lo que me gusta es empaparme de la esencia de donde transcurren mis historias. Y, sobre todo, no juzgar a mis personajes. Mi origen es de clase obrera, al igual que la mayor¨ªa de los personajes de la pel¨ªcula. Tienen que trabajar muy duro para salir adelante. As¨ª que era muy importante no mirarlos por encima del hombro y comprender su dolor, su ira, sus esperanzas, sus sue?os. Siempre desde la tolerancia. Cuando hablas de estos temas, que son universales, da igual de donde procedas.
A pesar de que la violencia y la venganza est¨¢n muy presentes en la pel¨ªcula, hay una especie de esperanza final en el ser humano a trav¨¦s de la comprensi¨®n, el respeto y el amor.
Quiero pensar que la violencia no est¨¢ tan arraigada como creemos, que podemos escapar de ella. Es lo que me gustar¨ªa creer, aunque en el fondo sepa que convivimos con ella, que, de alguna forma, siempre est¨¢ ah¨ª.
Usted sabe manejar como nadie el elemento del humor m¨¢s negro. Incluso en una historia tan dram¨¢tica como esta. ?C¨®mo lo consigue?
Es algo natural para m¨ª, es mi forma de ver el mundo. Estamos rodeados de tragedia, de miseria y de tristeza. Si no fuera por el humor no podr¨ªamos ni levantarnos de la cama. La risa en ese sentido es fundamental. Detesto las pel¨ªculas lacrim¨®genas que lo ¨²nico que quieren es manipularte emocionalmente, las pel¨ªculas deprimentes y m¨®rbidas que se recrean en eso. No hay una tem¨¢tica, por muy dura que sea, que no se dignifique a trav¨¦s del humor. Eso no quiere decir que en la pel¨ªcula sea muy importante que no olvidemos en ning¨²n momento que el personaje de Frances McDormand es una madre que ha perdido a su hija. Tanto ella como yo lo tuvimos siempre muy presente. Por eso nunca sonr¨ªe. Hasta el final.
"No hay una tem¨¢tica, por muy dura que sea, que no se dignifique a trav¨¦s del humor"
Quiz¨¢s su utilizaci¨®n del humor haya llevado a mucha gente a compararlo con el cine de los hermanos Coen. Sin embargo, no veo que tengan nada que ver entre s¨ª, quiz¨¢s porque hay una ausencia total de cinismo.
GRACIAS (r¨ªe). Aprend¨ª mucho cuando hice Siete psic¨®patas, no qued¨¦ del todo satisfecho. No hab¨ªa empat¨ªa con los personajes y ah¨ª s¨ª que fui muy c¨ªnico, lo reconozco. En esta ocasi¨®n quer¨ªa ponerme del lado de la tristeza y de la esperanza de los personajes. Tampoco he querido caer en la caricatura, necesitaba que fueran muy humanos y respiraran todo un c¨²mulo de emociones, aunque fueran contradictorias, porque as¨ª somos, al fin y al cabo. Pero mejor que Frances no se entere de lo que te estoy diciendo, ?que est¨¢ casada con uno de ellos y me matar¨ªa! (m¨¢s risas).
Cuando vi la pel¨ªcula pens¨¦ que podr¨ªa haber sido perfectamente la adaptaci¨®n de una novela, de una de esas grandes novelas americanas. ?Qu¨¦ escritores le gustan y qu¨¦ referencias ha tenido?
S¨ª, la verdad es que podr¨ªa haber escrito una novela con este material, estoy de acuerdo. A m¨ª me encanta Nabokov y de los americanos, Flannery O¡¯Connor y sus relatos cortos (hay una referencia expl¨ªcita al autor en la pel¨ªcula) y Salinger, adoro sus di¨¢logos. Pero si quieres que te diga la verdad, no pens¨¦ tanto en literatura a la hora de escribir el guion como en el cine americano de los setenta y ochenta. Esa fue mi verdadera fuente de inspiraci¨®n, la est¨¦tica de la Am¨¦rica Profunda que plasma por ejemplo Par¨ªs, Texas (1984), con ese tratamiento de la imagen, con las carreteras desiertas, la fotograf¨ªa tan ic¨®nica¡ Mira, Win Wenders, otro director que, a pesar de ser alem¨¢n, supo capturar de forma reveladora el paisaje y sus gentes, a los olvidados, los perdedores.
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