Europa nada y guarda la ropa

La batalla de la propaganda a menudo es decisiva en el resultado de las guerras. Y casi siempre la primera v¨ªctima es la verdad. Esta contienda se libra con intensidad en el campo de Agramante del desaf¨ªo independentista de Catalu?a. Y el mayor triunfo logrado hasta el momento por el Govern catal¨¢n en esta pugna: su internacionalizaci¨®n, lo ha conseguido con media docena de fotograf¨ªas y v¨ªdeos obtenidos en las calles de Barcelona el 1 de octubre. El proceso de secesi¨®n, que no estaba siendo atendido internacionalmente, logr¨® repentinamente simpat¨ªa en Europa provocando un da?o considerable a la imagen de Espa?a.

Basado en una mentira: el derecho de autodeterminaci¨®n, y un refer¨¦ndum convocado contra la Constituci¨®n espa?ola y el Estatuto catal¨¢n, sin censo, ni garant¨ªas. Con una falsa conclusi¨®n para embaucar a ingenuos o desavisados: la lucha de una Catalu?a trabajadora, rica y cosmopolita ejerciendo su derecho democr¨¢tico al voto frente a una Espa?a que le esquilma, autoritaria y atrasada, represora de las libertades. F¨¢bula dise?ada por los irresponsables dirigentes de la Generalitat, comprada en cierta medida por unos medios de comunicaci¨®n europeos, y de medio mundo, acampados a cientos en Barcelona para asistir a un conflicto ancestral en una inexistente Espa?a donde reaparecer¨ªa el fantasma del franquismo, y ver nacer una Rep¨²blica nacionalista en la cuarta econom¨ªa de la zona euro.

La gasolina empleada: una mezcla de populismo y nacionalismo y el oportunismo de la izquierda anta?o internacionalista. Como salvar a Espa?a, se preguntaba The Economist en su portada, sobre una fotograf¨ªa de j¨®venes independentistas amordazados. El uso por el Gobierno de Madrid de los leg¨ªtimos instrumentos constitucionales ante el desafuero secesionista se equipara con el uso de la fuerza. Porque la agresi¨®n contra masas de pac¨ªficos ciudadanos puede funcionar en el Tibet pero no puede ser sostenida en una democracia occidental.

Grandes medios europeos, por ignorancia, pereza intelectual, alientan el resurgimiento de la leyenda negra, y construyen un falso equilibrio entre el golpe ilegal perpetrado por la Generalitat y la defensa leg¨ªtima y constitucional del orden conculcado ejercida por el Gobierno de Madrid. El falso empate. Gran regalo a Puigdemont que se declara v¨ªctima de un estado de excepci¨®n al que habr¨ªa sido sometida Catalu?a. Resultado de la inopia de un no relato del Estado espa?ol que no ha sabido contrarrestar el agitprop secesionista.

Pasmo inicial de las autoridades comunitarias que se pusieron inicialmente de perfil, "es un asunto interno", luego enmendado. No, es un asunto europeo. Europa, que teme el efecto llamada de la secesi¨®n catalana en alguna de sus m¨¢s de 200 regiones, nada y guarda la ropa. Nada ser¨ªa m¨¢s est¨²pido, nos recuerda el semanario sat¨ªrico franc¨¦s Charlie Hebdo. ?Por qu¨¦ no proclamar tantas declaraciones de independencia como quesos y vinos hay en Europa? Sobresale el pleno acierto de Macron que revienta la idea de la mediaci¨®n europea. "Tratar en pie de igualdad a Puigdemont y a Rajoy ser¨ªa dar la raz¨®n a quien no respeta la ley. ?Se imaginan que un land alem¨¢n o una regi¨®n francesa reclamaran algo parecido?"

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