En caso de duda, fianza
El tiempo de la pol¨ªtica y el tiempo de la justicia no siempre coinciden, a veces se dan de garrotazos
Hay un tiempo para la siembra y un tiempo para la cosecha, seg¨²n aprendimos en el Eclesiast¨¦s, y lo gozamos en los Cuatro cuartetos de T. S. Eliot.
O sea, que el tiempo de la pol¨ªtica y el tiempo de la justicia no siempre coinciden, a veces se dan de garrotazos. A veces, cuando la pol¨ªtica pide tiempo para hablar, el tiempo de los jueces se agot¨® y alguno de los posibles interlocutores ha sido ya condenado.
La pol¨ªtica democr¨¢tica institucional debe ser muy respetuosa con la justicia, porque sin esta y sin la separaci¨®n de poderes no existir¨ªa en condici¨®n de democr¨¢tica, sino de tiran¨ªa. Pero esa norma es flexible con los actores de base, y con el periodismo.
Por eso se puede sugerir a la justicia ¡ªdesde el respeto¡ª que incorpore a su tiempo aut¨®nomo el diapas¨®n de lo que sucede en la calle, y de lo que peligra.
La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela decidir¨¢ hoy si en la causa que lleva por presunta secesi¨®n contra el Mayor de los Mossos, Josep Llu¨ªs Trapero; la intendente Teresa Laplana; el presidente de la ANC, Jordi S¨¢nchez, y el de ?mnium, Jordi Cuixart, decreta o no medidas cautelares, como prisi¨®n provisional, eludible o no mediante fianza en met¨¢lico, para asegurar la disponibilidad de los acusados.
Los cuatro habr¨ªan actuado ¡°coordinadamente y con un mismo fin¡± el 20-S, cuando el rodeo del Departamento de Econom¨ªa de la Generalitat (mientras se practicaban registros y detenciones) culmin¨® en destrozos a coches policiales y una suerte de secuestro de los agentes judiciales.
No es acusaci¨®n menor. Pero tampoco parece que los acusados pertenezcan al fenotipo de los que se escapan a un para¨ªso fiscal para burlar la justicia. Por dar testimonio sobre el que este columnista conoce personalmente, Jordi S¨¢nchez: albergar¨¢ ideas disparatadas, pero no es de los que reh¨²ye dar cuenta.
Adem¨¢s, medidas cautelares de privaci¨®n de libertad disparar¨ªan a buen seguro ingenuas solidaridades emocionales, en favor de la causa del dislate segregacionista. Por eso es l¨ªcito sugerir que, en caso de duda, una fianza en met¨¢lico asegura bastante la disposici¨®n de las personas, evita la sobreexcitaci¨®n y pone a todos ante el pr¨ªstino espejo de c¨®mo llegar a fin de mes sin meter la pata.
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