La justicia act¨²a

La Audiencia Nacional decret¨® este lunes prisi¨®n incondicional contra Jordi S¨¤nchez (ANC) y Jordi Cuixart (?mnium) como medida cautelar para asegurar su disponibilidad ante la justicia en el proceso que se sigue contra los dos activistas por el presunto delito de sedici¨®n. Ambos organizaron los masivos des¨®rdenes que los d¨ªas 20 y 21 de septiembre impidieron a la agente judicial (y a los polic¨ªas que cumpl¨ªan las ¨®rdenes de registro del juzgado n¨²mero 13 de Barcelona) salir del Departamento de Econom¨ªa de la Generalitat, que los manifestantes hab¨ªan rodeado tras la convocatoria de ambos dirigentes separatistas.

La dureza de esta medida puede generar contestaci¨®n de sus organizaciones. Pero al mismo tiempo recuerda que violar gravemente la ley no sale gratis en un Estado democr¨¢tico. Al jefe de los Mossos d¡¯Esquadra, Josep Llu¨ªs Trapero, la juez le ha impuesto medidas cautelares m¨¢s ligeras (presentaci¨®n quincenal al juzgado, retirada del pasaporte, prohibici¨®n de viajar al extranjero). E igual tratamiento ha dispensado a la intendente Teresa Laplana. Son medidas much¨ªsimo menos graves que la prisi¨®n incondicional que ped¨ªa la fiscal¨ªa para ambos. Pero no por ello dejan de generar un perjuicio a su imagen personal y, en tanto que miembros de la c¨²pula de los Mossos, tambi¨¦n un bald¨®n, siquiera a t¨ªtulo provisional, para el propio cuerpo.

No sucede todos los d¨ªas en Europa que unos jefes policiales sean acusados de sedici¨®n, de alzarse contra la aplicaci¨®n de leyes o resoluciones judiciales en un contexto tumultuario. Es una figura que castiga acciones graves contra el orden p¨²blico: justo aquel que deben defender las fuerzas y cuerpos policiales de toda adscripci¨®n.

Estos acusados siguen gozando de la presunci¨®n de inocencia. Pero ahora acompa?ada de indicios acrecentados de responsabilidad. Corresponde a su libre albedr¨ªo considerar si su continuidad en los cargos menoscaba el funcionamiento del cuerpo que dirigen. Una reflexi¨®n que deber¨ªan autoaplicarse, incluso antes que ellos, sus mandos pol¨ªticos, el consejero de Interior, Joaquim Forn, y el director Pere Soler, destacados y ruidosos paladines de la subversi¨®n antidemocr¨¢tica. Es de esperar que la investigaci¨®n analice sus actuaciones, instrucciones y silencios, contrarrestando as¨ª la posible percepci¨®n de que pagan la factura del caos los ejecutores m¨¢s que los conjurados de primer nivel y ¨²ltimos instigadores del golpe a la legalidad.

Desde nuestro punto de vista, unos y otros ¡ªlos mandos policiales sometidos a investigaci¨®n y sus jefes pol¨ªticos¡ª deber¨ªan abandonar cuanto antes sus puestos para empezar a restablecer la normalidad democr¨¢tica en Catalu?a.