Hadley Freeman, columnas como zarpazos
CRECI? EN EL Upper West Side, el barrio neoyorquino de Woody Allen, y cuando estudiaba en la Universidad de Oxford acab¨® dirigiendo el peri¨®dico donde colaboraron Graham Greene o W. H. Auden. Hadley Freeman (Nueva York, 1978) es una de las periodistas m¨¢s exitosas de la prensa brit¨¢nica. Desde su columna en el diario The Guardian logra que parezca f¨¢cil lo dif¨ªcil: barniza con humor ¨¢gil las reflexiones m¨¢s profundas.
De padre diplom¨¢tico y madre productora de televisi¨®n, sus progenitores, jud¨ªos progresistas de lecturas sesudas, cl¨¢sicos ingleses y ensayos sociopol¨ªticos internacionales, debieron de llevarse las manos a la cabeza cuando les sali¨® una hija obsesionada con el cine comercial ¡ªes una fan total de Cazafantasmas¡ª que acabar¨ªa escribiendo sobre estilo y moda. Pero todo tiene su explicaci¨®n. ¡°Mi abuela fue modelo y quer¨ªa ser dise?adora¡±. Aunque, aclara, ¡°siempre me fascinaron m¨¢s los columnistas de mi peri¨®dico que las fiestas de Prada¡±.
Cuando reci¨¦n salida de la facultad empez¨® a trabajar en el rotativo brit¨¢nico, no pod¨ªa ni imaginar, ?recordaba en una de sus columnas, que haberse ocupado durante ocho a?os de moda fuera a ser utilizado en su contra. A todos aquellos que la desacreditan por ese pasado laboral y que consideran que no est¨¢ ?capacitada para escribir sobre el gran abanico de temas ¡ªpol¨ªtica, cine, literatura, deportes¡¡ª que hoy aborda en sus columnas, entrevistas y reportajes siempre les despacha con el mismo argumento: el tiempo que pas¨® escribiendo sobre faldas, zapatos o gafas de sol le permitieron encontrar su voz narrativa y trabajar junto a mujeres inteligentes y ambiciosas.
Freeman admira a Caitlin Moran o Nora Ephron, pero se resiste a que la coloquen junto a ellas en las estanter¨ªas de nuevo feminismo pop. ¡°Odio que cuando sale un escritor no lo comparen y cuando sale una escritora siempre se diga que es como otra que ya existe¡±, zanja rotunda.
Autora de cinco libros, tan solo uno se ha traducido al espa?ol: The Time of My Life. Un ensayo sobre c¨®mo el cine de los ochenta nos ense?a a ser m¨¢s valientes, m¨¢s feministas y m¨¢s humanos (Blackie Books). ¡°Hoy ser¨ªa esencialmente la misma persona si mis padres se hubieran ahorrado miles de d¨®lares en educaci¨®n y me hubieran pagado solo la suscripci¨®n al videoclub de la calle 86 Este¡±, escribe en el libro, donde se sacude complejos y reivindica ese cine desde perspectivas de raza, de clase social y de g¨¦nero: c¨®mo en Dirty Dancing hay un subtexto feminista que habla del aborto, El pr¨ªncipe de Zamunda rompi¨® barreras raciales y Cazafantasmas ofrec¨ªa un modelo de amistad ?masculina sana. Aquellas pel¨ªculas que ve¨ªamos por puro entretenimiento eran, en su opini¨®n, m¨¢s osadas que las que hoy nos ofrece la industria cinematogr¨¢fica actual: ¡°Se hacen producciones para que gusten en mercados como el chino, as¨ª que lo peque?o, lo personal queda desdibujado. Y temas como el aborto, m¨¢s estigmatizados¡±.
Precisamente esos temas pol¨¦micos que el cine comercial esquiva sin remordimientos son protagonistas en sus textos. No hay jard¨ªn en el que Hadley Freeman no se meta. De hecho, en 2013 recibi¨® amenazas de muerte en Twitter ¡ªla informaron de que hab¨ªan colocado una bomba en su casa¡ª tras escribir en una columna sobre la misoginia en la Red. ?Volver¨ªa a hacerlo? Por supuesto.
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