Las 10 lecciones aprendidas en emergencias
No existen f¨®rmulas m¨¢gicas para responder a una cat¨¢strofe, pero estas claves pueden ayudar
Cada emergencia es diferente y ¨²nica. No hay, por tanto, una receta m¨¢gica para responder a todas las crisis. Pero de la experiencia de resolver problemas similares, aunque en contextos distintos, se extraen lecciones valiosas para mejorar. Estas son algunas de las que Acci¨®n contra el Hambre ha aprendido sobre el terreno.
1. No existen f¨®rmulas m¨¢gicas
Aunque en el imaginario colectivo una respuesta de emergencia consista en sacar gente de los escombros y lanzar sacos de arroz, lo cierto es que la ayuda humanitaria ha progresado much¨ªsimo en los ¨²ltimos a?os. Cada vez se ofrecen respuestas lo m¨¢s ajustadas posibles a las necesidades y caracter¨ªsticas de cada contexto. La evaluaci¨®n r¨¢pida de necesidades, una herramienta cada vez m¨¢s consolidada, es crucial para asegurar el impacto positivo de la intervenci¨®n.
2. Somos muchos queriendo ayudar
Cada vez m¨¢s. El despliegue de actores en una emergencia es enorme: organizaciones humanitarias, Naciones Unidas, Gobiernos centrales y municipales, sector privado¡ La Oficina de la ONU para la Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios (OCHA) tiene el mandato de coordinar toda esta ayuda. La creaci¨®n de los grupos tem¨¢ticos especializados (agua, refugio, nutrici¨®n, log¨ªstica, etc¨¦tera) son muy necesarios para determinar qui¨¦n hace qu¨¦, d¨®nde y cu¨¢ndo, evitando duplicidades y que queden personas sin ayuda.
3. Hay una capacidad de respuesta ya instalada
Coordinar con las autoridades locales y tener en cuenta la capacidad de respuesta de la poblaci¨®n, sus mecanismos de solidaridad y sus redes de apoyo es crucial para garantizar un impacto positivo. La respuesta tiene tambi¨¦n que ser culturalmente adaptada y tener en cuenta las diferencias de g¨¦nero.
4. Las grandes emergencias no siempre son las m¨¢s visibles
Aunque los medios de comunicaci¨®n y la ciudadan¨ªa se vuelcan en los grandes desastres naturales, hay crisis de generaci¨®n m¨¢s lenta en los que se alcanzan los mismos niveles de sufrimiento humano. A menudo, la respuesta a los desastres naturales o las crisis m¨¢s medi¨¢ticas est¨¢n sobrefinanciados, relegando otras situaciones de igual gravedad. El reto creciente de la comunidad humanitaria es dar visibilidad tambi¨¦n a estas crisis y ponerlas en la agenda internacional.
5. Las emergencias duran cada vez m¨¢s
La proliferaci¨®n de conflictos y el enquistamiento de muchos de ellos ha prolongado los tiempos de duraci¨®n de las situaciones de emergencia. Las personas desplazadas pasan de media m¨¢s de 17 a?os en campos o con poblaciones de acogida, una cifra que se ha triplicado respecto a hace 20 a?os. Las organizaciones humanitarias tenemos que adaptar nuestra respuesta a esta nueva realidad.
6. ¡ en lugares cada vez m¨¢s inseguros
Las organizaciones humanitarias tenemos que dedicar cada vez m¨¢s tiempo y recursos a garantizar la seguridad de nuestros trabajadores. En 2016 se documentaron ataques a 268 trabajadores humanitarios en 21 pa¨ªses. El n¨²mero de secuestros se ha triplicado en los ¨²ltimos 20 a?os y el de asesinatos se ha duplicado.
7. La resiliencia, clave para reducir las intervenciones de emergencias
En los ¨²ltimos a?os la gesti¨®n del riesgo ante desastres ha dado pasos de gigante en el sector humanitario, consciente de que se ahorraban muchas vidas (y dinero) instalando sistemas de prevenci¨®n y preparaci¨®n como los de alerta temprana. La construcci¨®n de resiliencia se est¨¢ revelando como la intervenci¨®n m¨¢s s¨®lida para prevenir crisis, y tendiendo puentes entre el desarrollo y la ayuda de emergencia.
8. Nuevas tecnolog¨ªas, aliadas de oro
El mundo humanitario debe seguir el paso de la evoluci¨®n tecnol¨®gica para aumentar la eficacia de la respuesta. La log¨ªstica humanitaria ha incorporado, por ejemplo, el uso de drones en la evaluaci¨®n r¨¢pida de da?os o la gesti¨®n electr¨®nica del diagn¨®stico nutricional o de las transferencias monetarias en crisis alimentarias, con resultados impresionantes.
9. Medir, evaluar, aprender
Todas las intervenciones deben ser medidas y evaluadas con indicadores Smart (espec¨ªficos, medibles, alcanzables, realistas y acotados en el tiempo), no solo de actividad, sino de impacto. La comunidad humanitaria estableci¨® en 1997 unas normas m¨ªnimas (proyecto Esfera) para que los criterios de intervenci¨®n en emergencia fuesen homog¨¦neos.
10. Movilizar para actuar
Los medios de comunicaci¨®n y las redes sociales son aliados indiscutibles para movilizar la ayuda. La informaci¨®n durante las primeras horas tras un desastre es fundamental para lograr financiaci¨®n. El reto es extender esta vocaci¨®n tambi¨¦n a las emergencias invisibles y transformar el impulso repentino de ayudar en una decisi¨®n comprometida y sostenida en el tiempo.
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