Quemar un autob¨²s

Alguna vez lo he contado. Sucedi¨® en Ir¨²n, durante los a?os de plomo, mientras visit¨¢bamos a familiares nacionalistas. Para la cena lleg¨® el hijo menor muy acalorado, contando que unos ni?os como ¨¦l hab¨ªan sido golpeados por los polic¨ªas. Se elev¨® el consiguiente coro de protestas. Una vez calmado, le pregunt¨¦: ¡°?Y que hac¨ªais los ni?os?¡±. ¡°?Quemar un autob¨²s!¡±.

Algo as¨ª pasa con los encarcelamientos del viernes. Muchos opinan que el Gobierno y sus jueces, como si fuesen peones de Rajoy, est¨¢n regresando a 1939, sin que el Govern hiciera nada censurable. Por una simple ¡°decisi¨®n administrativa¡±, en palabras de la portavoz del Ayuntamiento madrile?o; por expresar libremente ¡°ideas¡± seg¨²n la versi¨®n m¨¢s generalizada, de Puigdemont hacia abajo. De hecho ¡°las ideas¡± consistieron en proclamar una rep¨²blica independiente en contra de la Constituci¨®n y por un procedimiento atentatorio contra la democracia. Volviendo al relato, quemaron tan contentos el orden constitucional. Algo m¨¢s que libertad de expresi¨®n.

La argumentaci¨®n soberanista es l¨®gica: es su ¨²nica baza. Sorprende en cambio la apasionada adhesi¨®n de una supuesta izquierda, la de comunes y Pablo Iglesias. Es justamente Ada Colau quien roza el virtuosismo al presumir de equidistante mientras carga d¨ªa a d¨ªa contra el Gobierno y avala un frentismo ¡°catalanista¡±, que aspira a liderar. La cascada de declaraciones responde siempre a un vac¨ªo deliberado: toda acci¨®n gubernamental (actuaci¨®n de los jueces incluida) supone un ataque a Catalu?a; la responsabilidad del Govern nunca importa. La coartada, para ella e Iglesias, es haberse opuesto a la declaraci¨®n unilateral de independencia, con lo cual sientan plaza de objetivos. Pero el distanciamiento bien leve ¡ª¡°la rep¨²blica es un asunto muy serio¡±¡ª no lleva a reflexionar sobre sus consecuencias ni sus responsabilidades. ?nicamente plante¨® Colau que ¡°expliquen la situaci¨®n¡±. Y como es equidistante, pidi¨® en The Guardian que se realizase el mayor deseo del Govern: la mediaci¨®n del Consejo de Europa.

Las dudas desaparecieron frente al 155: ¡°la aniquilaci¨®n del autogobierno¡±. Como Iglesias, piensa que las elecciones son in¨²tiles. Para eso est¨¢n las manifestaciones, se?ales de que el Gobierno nunca resolver¨¢ nada; las independentistas, claro, las otras no cuentan. Por lo dem¨¢s, el Govern sigue siendo leg¨ªtimo y los encarcelamientos, ¡°un ataque a las instituciones catalanas¡± con deriva del Estado hacia ¡°el autoritarismo¡±. En un perfecto ejercicio de cinismo, para Colau e Iglesias la quema del autob¨²s nunca tuvo lugar.