Declaraci¨®n unilateral de amor
El ¡®proc¨¦s¡¯ se ha convertido en una multiplicaci¨®n infinita de choques de trenes en la sociedad y dentro de cada sujeto
Otros art¨ªculos del autor
I. La violencia se abre paso en cada uno de nosotros. Est¨¢ ganando la guerra de las pasiones desatada por el secesionismo. En el porqu¨¦ de nuestra enemistad crecen m¨²ltiples agentes pat¨®genos como el ajuste de cuentas pol¨ªtico, el odio racial y el ego¨ªsmo de los ricos que se transmite por el sistema nervioso de la sociedad para contaminar el ¨¢nimo y acabar con los consensos internos. La barbarie se impone en un Parlament ¡°casa de subastas¡±. Asoma cruel por el pu?o que golpe¨® el primero de octubre para confirmar la condici¨®n de v¨ªctima y la de opresor. Se cuela en la propaganda. En los gritos o en el silencio que anulan al otro, incluso, al nosotros de las familias y amigos. Se manifiesta descarnada en la declaraci¨®n unilateral de independencia. La reuni¨®n, la conversaci¨®n, la escucha van en bolsas de basura que acaban en contenedores de distintos colores. Cualquier cosa que se ve, y la que no, se anega de rabia. El cansancio muta en hartazgo. La tristeza degenera en melancol¨ªa. Aunque han cambiado los siglos parecer¨ªa que desde los celtas, los ¨ªberos y vascones se muere de la misma manera.
En estas circunstancias, el proc¨¦s ha culminado la metamorfosis de ciudadano en sujeto, que literalmente significa ¡°estar sometido¡±. Se trata de una dominaci¨®n amable mediante la seducci¨®n por una fantas¨ªa infantil de los valores sagrados de una naci¨®n idealizada. Pero la vida cruda y desnuda dentro de una rep¨²blica que rompe con el principio de realidad y con la misma noci¨®n de civilizaci¨®n tiene antes o despu¨¦s consecuencias: acelera la producci¨®n de una masa de sujetos irritables, hiperactivos, desconfiados, desgarrados, que ni siquiera es consciente de su sometimiento. Los sujetos del proc¨¦s sienten incomprensi¨®n por lo que les une con los otros e intolerancia por lo que los diferencia. El proc¨¦s se ha convertido en una multiplicaci¨®n infinita de choques de trenes en la sociedad y tambi¨¦n dentro de cada sujeto. Estamos ante una regresi¨®n psicol¨®gica y ante la destrucci¨®n del sentido de comunidad. Dado que lo ¨²nico consistente es la fuerza, los arquitectos pol¨ªticos del proc¨¦s deber¨ªan leer Arqueolog¨ªa de la violencia del antrop¨®logo franc¨¦s Pierre Clastres quien, de manera provocadora, sostiene como tesis central que la guerra permanente en las sociedades primitivas impedir¨ªa la formaci¨®n del Estado.
Hay que tomar partido a favor de un destino com¨²n,? trabajar por el universalismo y la supervivencia del todo
II. En el verano de 1932, pocos meses antes de que Adolf Hitler fuera nombrado canciller y diera el pistoletazo de salida al mayor espect¨¢culo de la Historia Universal de la Infamia, Albert Einstein le escrib¨ªa a Sigmund Freud una carta para dialogar sobre una cuesti¨®n radical, uno de los temas m¨¢s complejos, la pregunta m¨¢s importante de las que se le plantean a la civilizaci¨®n: ¡°?Hay una manera de liberar a los seres humanos de la fatalidad de la guerra?¡± El di¨¢logo entre un f¨ªsico y un psicoanalista resulta actual¨ªsimo y nos da la oportunidad de pensar en la manera de librarnos de la esclavitud que conlleva la guerra. En el an¨¢lisis que Freud ofrece para responder a la terrible pregunta de Einstein encontramos pistas que ayudan a resolver el nudo de la violencia independentista: no puede confiarse la soluci¨®n del problema exclusivamente a la reglamentaci¨®n jur¨ªdica porque la violencia reaparece en otras formas como el nuevo almanaque de m¨¢rtires. Aunque el art¨ªculo 155 dice la ¨²ltima palabra, debe mirarse en otra direcci¨®n, aquella que nos lleva a considerar los lazos afectivos entre todos. Hay que tomar partido a favor de un destino com¨²n, hay que ser amigo de la humanidad, hay que trabajar por el universalismo y la supervivencia del todo. Tambi¨¦n hay que hacerse cargo de la existencia del otro, del diferente para que sea un nosotros o siga siendo otro, distinto. Tener conciencia de esto significa volver a recuperar la bondad, la justicia, la racionalidad, la sensibilidad, la fraternidad y, sobre todo, el respeto. Para respetar no basta con mirar de soslayo y dejar hacer, tampoco es suficiente no hacer de menos o no hacer da?o. Se hace necesario establecer v¨ªnculos afectivos, identificarse y empatizar, e incluso amar al otro porque ofrece y enriquece. Pero respetar implica estar vigilante: somos respetuosos si todav¨ªa conseguimos indignarnos ante el uso fraudulento de las palabras y los votos. El¨ªas Canetti advierte en Masa y Poder que la muerte vuelve cuando las reglas se tuercen y las palabras se deforman en el parlamento. Un ejemplo entre los muchos que podemos poner enseguida para eliminar del todo las tendencias agresivas o al menos intentar desviarlas tiene relaci¨®n con el uso de la lengua catalana o el euskera o el gallego o el castellano. Se puede ser profundamente respetuoso aprendiendo y hablando algo o mucho estos maravillosos bienes culturales y emocionales. C¨®mo se puede compartir un sentimiento com¨²n de pertenencia si m¨¢s que general es exclusivo de un grupo o un territorio. Tenemos que poner mayor empe?o que el empleado hasta ahora en permitir la riqueza ling¨¹¨ªstica en los planes de estudio (?por qu¨¦ no un Erasmus interno?) o en los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos de todo el Estado. Este respeto nos har¨ªa renunciar al resentimiento y a las venganzas entre unos y otros.
III. En el mismo a?o, 1932, durante el tr¨¢mite en las Cortes del proyecto de Estatuto catal¨¢n, se escucharon dos voces muy diferentes. Por una parte, un resignado Ortega y Gasset etiqueta al ¡°nacionalismo particularista¡± como un problema insoluble que s¨®lo es posible aspirar a conllevar. Su fatalidad surge de no admitir que algunos individuos de Espa?a tengan dos ciudadan¨ªas: para ¨¦l, como para los sujetos del proc¨¦s, las identidades nacionales s¨®lo pueden ser excluyentes. En realidad, Ortega, Puigdemont, Junqueras no logran una verdadera aceptaci¨®n del otro en nosotros. En el discurso del presidente del Consejo de Ministros Manuel Aza?a encontramos tambi¨¦n un rechazo, pero en este caso a la visi¨®n tr¨¢gica de Ortega y muchos. Aza?a en su exposici¨®n, que dur¨® m¨¢s de tres horas, reclama el respeto a las personalidades nacionales diferentes, apuesta por compartir identidades a trav¨¦s de la ejemplaridad silenciosa de los gestos, nos cautiva con pasi¨®n y razones para ser uno y otro a la vez. Por ello, es capaz de ofrecer un pacto de civilizaci¨®n que no ser¨¢ para siempre, porque ¡°siempre no tiene valor en pol¨ªtica¡±. Un pacto que asume la propia violencia, que no la niega y que reduce la de los otros cuando rompen la paz. Einstein, Freud, Aza?a, Canetti de una manera pac¨ªfica y democr¨¢tica hacen una declaraci¨®n unilateral de amistad, de amor por la humanidad.
Rafael Tabar¨¦s-Seisdedos es catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa en la Universitat de Val¨¨ncia; Investigador Principal del CIBERSAM.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Sigmund Freud
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Albert Einstein
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Autodeterminaci¨®n
- Generalitat Catalu?a
- Refer¨¦ndum
- Catalu?a
- Elecciones
- Gobierno auton¨®mico
- Conflictos pol¨ªticos
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Legislaci¨®n
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia
- Pol¨ªtica
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo