Fuerza de voluntad

Uno de los pecados del comunismo es el voluntarismo. En Autobiograf¨ªa de Federico S¨¢nchez, Jorge Sempr¨²n, que fue expulsado del Partido Comunista de Espa?a (PCE) en 1964, acusa a Santiago Carrillo y Pasionaria de excesivo subjetivismo: en los a?os cincuenta la ca¨ªda del franquismo es inminente y la revoluci¨®n est¨¢ a punto de llegar. Cansado de esas enso?aciones, Sempr¨²n fue progresivamente pas¨¢ndose a una socialdemocracia m¨¢s posibilista (hubo muchos otros factores que motivaron tambi¨¦n este paso). No solo no se daban las condiciones objetivas para la revoluci¨®n, sino que estaba atrapado en una postura frustrante e in¨²til: al buscar la redenci¨®n total uno olvida los cambios graduales, que son tangibles y afectan a la vida de la gente.

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Claves | Frustraci¨®n

Puigdemont, Forcadell y la independencia de Catalu?a: ¨²ltimas noticias

Se cumplen 100 a?os de la Revoluci¨®n de Octubre y una parte de la izquierda espa?ola, especialmente la catalana independentista, peca de un voluntarismo contrario a la postura leninista del ¡°an¨¢lisis concreto de la realidad concreta¡±. Aunque el proc¨¦s ha puesto en duda el modelo territorial espa?ol y posiblemente desemboque en una reforma constitucional, el ¡°r¨¦gimen¡± del 78 y la llamada CT o Cultura de la Transici¨®n a la que aspira derrotar la izquierda populista sobrevive e incluso se refuerza: en la ¨²ltima encuesta del CIS el partido m¨¢s desfavorecido es Podemos y el m¨¢s reforzado Ciudadanos. Y en el caso catal¨¢n, el proc¨¦s ha acabado con toda posibilidad de una independencia viable.

La cuesti¨®n nacional divide profundamente a las izquierdas: Izquierda Unida es abiertamente antiindependentista, algo que partidos como la CUP o algunos sectores de Catalunya S¨ª Que Es Pot, que piensan que el independentismo es la mejor manera de romper el Estado, no comprenden. En un interesante debate entre el l¨ªder de IU, Alberto Garz¨®n, y el militante de la CUP Pau Llonch, el primero afirma que ¡°el derecho de autodeterminaci¨®n no es un fin en s¨ª mismo. Ser independentista, a mi juicio, tampoco. Depende de la realidad concreta¡±. Llonch, en cambio, hace el cl¨¢sico discurso de que todo lo que est¨¢ dentro del proc¨¦s es democr¨¢tico, lo que est¨¢ fuera no lo es.

La realidad concreta es que no hay condiciones para una independencia, y dif¨ªcilmente las habr¨¢ pronto. Lo ¨²nico que ha conseguido el proc¨¦s es alejar la independencia. Ante la frustraci¨®n que provoca una realidad que no se ajusta a los deseos, el independentismo se inventa la realidad, escenifica, teatraliza y no deja de moverse, porque, si se para, est¨¢ perdido. La fallida huelga general del 8 de noviembre es una muestra de la ilusi¨®n de unanimidad del independentismo. El proc¨¦s habla en nombre de todo un pueblo pero hace huelga contra la otra mitad de la poblaci¨®n. No hay tiempo para el an¨¢lisis de la realidad. La revoluci¨®n siempre est¨¢ a la vuelta de la esquina porque si no lo est¨¢, ?de qu¨¦ han servido todas estas ilusiones?