Los negocios migratorios son malos para el desarrollo

El pasado lunes la Fundaci¨®n porCausa hizo p¨²blico un trabajo de investigaci¨®n de m¨¢s de un a?o que radiograf¨ªa por primera vez en Espa?a la Industria del control migratorio. Unas 350 empresas, 943 contratos p¨²blicos y no menos de 1.000 millones de euros destinados a lo largo de 15 a?os a los cuatro sectores que conforman esta industria: la construcci¨®n y vigilancia de per¨ªmetros fronterizos, la detenci¨®n y expulsi¨®n de inmigrantes, las actividades de integraci¨®n y acogida, y los proyectos de externalizaci¨®n de fronteras para detener a la gente en origen.

Lo que hemos averiguado hasta ahora ¡ªque iremos desgranando a lo largo de las pr¨®ximas semanas y que se centra en los dos primeros sectores¡ª ofrece conclusiones alarmantes con respecto al papel de los intereses privados en la gesti¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas altamente sensibles, pero tambi¨¦n por la opacidad que rodea la informaci¨®n relacionada con este sector y por la posible influencia que las compa?¨ªas ejercen sobre las normas que les afectan (un tema en el que seguiremos profundizando).

Pero lo m¨¢s inquietante es el modo en que la industria del control migratorio se ha convertido en pieza imprescindible una l¨®gica pol¨ªtica que tiene consecuencias directas para la seguridad y la prosperidad de millones de personas en los pa¨ªses de origen, transito y destino de la emigraci¨®n. Una l¨®gica contraria a los objetivos del desarrollo.

La primera preocupaci¨®n es humanitaria. Con la expansi¨®n de la industria del control migratorio se multiplica el riesgo legal, econ¨®mico y personal asociado al proceso de movilidad: nos guste o no, la consecuencia de una valla plagada de concertinas es el sufrimiento y la muerte de seres humanos que no han cometido ning¨²n delito. En lugares de alto riesgo como el Mediterr¨¢neo occidental ¡ªpor donde cruzaron en 2016 10.231 personas, la cifra m¨¢s alta de los ¨²ltimos nueve a?os¡ª, esta industria ha sido puesta al servicio de la detecci¨®n de amenazas a las fronteras, pero no del rescate de las personas.

Si esta ruta se consolida o intensifica -y hay razones serias para pensar que podr¨ªa ser as¨ª-, la cifra de muertos y desaparecidos se disparar¨¢.

M¨¢s a¨²n, como ha se?alado Ruben Andersson en lllegality, Inc, el fabuloso negocio ilegal de las mafias y tratantes de seres humanos se construye sobre las espaldas de la Europa fortaleza. El blindaje de las fronteras en destino y los acuerdos con pa¨ªses terceros para el control y deportaci¨®n de inmigrantes derivan en agujeros humanitarios como el de Libia, una realidad de la que nos lamentaremos en pocos a?os como hoy nos lamentamos de Bosnia y Ruanda.

En segundo lugar, la l¨®gica que esconde el negocio del control migratorio volatiliza las posibilidades de fomentar el tipo de movilidad laboral flexible pero gobernada que demandan los potenciales migrantes y necesitan las econom¨ªas de los propios pa¨ªses de destino. Las puertas que se cierran para los inmigrantes en situaci¨®n irregular pueden acabar por dificultar tambi¨¦n la movilidad de la mayor¨ªa: seg¨²n la agencia europea Frontex, por cada intento de acceso irregular en 2016, 206 personas accedieron a la UE con todos los permisos. La obsesi¨®n por el blindaje del sistema incentiva la emigraci¨®n de algunos perfiles migratorios (trabajadores m¨¢s cualificados o estudiantes universitarios) por encima de otros que solo tienen la opci¨®n de la irregularidad, lo que jibariza los efectos de las migraciones sobre las diferencias globales de ingreso.

En tercer lugar, la consolidaci¨®n de una industria obsesionada con el control de personas supone una amenaza para la eficacia de otras pol¨ªticas de lucha contra la pobreza, porque contamina las relaciones pol¨ªticas con terceros Estados, condiciona la cooperaci¨®n internacional a los mismos objetivos de control de la movilidad humana y debilita la legitimidad de Europa a la hora de exigir a otros el cumplimiento de los derechos humanos. Hemos hablado en este blog varias veces de un problema que ahora ofrece esta nueva perspectiva.

Cada uno de estos asuntos justificar¨ªa un debate p¨²blico mucho m¨¢s informado y transparente del que ahora tenemos acerca de la orientaci¨®n, eficacia y costes de estas pol¨ªticas migratorias. Juntos, constituyen una verdadera amenaza para las pol¨ªticas de desarrollo y exigen una respuesta por parte de quienes tienen la responsabilidad de protegerlas. H¨¢ganlo.