Celebrando el espacio p¨²blico en Ciudad del Cabo
El modelo de Ciclov¨ªa de Bogot¨¢ triunfa en la segunda ciudad m¨¢s poblada de Sud¨¢frica.
El proyecto de la Ciclovia en Sudafricana, conocido como?Open Streets, cumple 5 a?os a fines del 2017 y hace unas semanas alcanz¨® una meta importante: se tom¨® 5 kil¨®metros de la avenida M4, una de las arterias principales que conecta el centro de la ciudad con el resto de la pen¨ªnsula y los "capetonianos" salieron a montar en bicicleta, a patinar, a caminar o simplemente a observar la transformaci¨®n de una calle, normalmente peligrosa, ruidosa y ajena a sus propios habitantes, en espacio p¨ªblico de verdad.
La organizaci¨®n Open Streets Cape Town naci¨® gracias a un grupo de voluntarios empecinados en cambiar como la gente percibe, usa y vive las calles de la ciudad. Busca crear una cultura que no solo facilite un programa parecido a la famosa Ciclovia bogotana, sino que tambi¨¦n contribuya a la ambiciosa misi¨®n de crear espacios que ayuden a cerrar la brecha social y espacial que dejo el sistema del Apartheid.
El proceso no ha sido simple y obtener el permiso necesario para "cerrar" 5 kil¨®metros de la M4 (o Main Road) cost¨® meses de planeaci¨®n, consulta y cabildeo con las autoridades locales. No obstante, los resultados se vieron, y esa ma?ana una de las participantes mas entusiastas fue la alcaldesa Patricia de Lille, quien acept¨® subirse a una bicicleta de t¨¢ndem. Recorri¨® los 5 kil¨®metros, que en el contexto de Bogot¨¢, solo es una min¨²scula fracci¨®n del terreno que cubre la ciclov¨ªa, pero que para la Ciudad del Cabo, fue un gran logro. Adem¨¢s de ser una calle principal, esta conecta a barrios como Woodstock, Salt River y District Six que actualmente atraviesan transformaciones bastante complejas y dif¨ªciles pol¨ªtica y socialmente.
El triunfo, sin embargo, no es solo log¨ªstico. Lo mas impactante fue el recibimiento por parte de los residentes. A pesar de la dolorosa historia de desplazamiento que han vivido muchas de estas comunidades y el proceso aun mas indignante de 'aburgesamiento' o gentrificaci¨®n que ocurre en el momento, ese d¨ªa de manera org¨¢nica, la gente sali¨® a disfrutar del espacio publico, de las calles abiertas. Fue como si por unas horas, la realidad se hubiera suspendido y la gente hubiera podido conectarse el uno con el otro. Ni?os y ni?as que normalmente no pueden salir de sus casas por miedo al crimen y al trafico, resultaron en sus triciclos y patines, dibujando con tiza en la calle y como algunos narraron mas adelante: "hablando de Open Streets por el resto de la semana". Otras personas comentaron sobre la gran oportunidad de descubrir la arquitectura y los espacios que normalmente no se perciben desde los autom¨®viles.
Lo que sigue es bastante incierto, pues el programa es costoso y aun no ocurre con la frecuencia que se requiere para realmente crear una nueva forma de disfrutar y tener pertenencia del espacio p¨²blico. No obstante la organizaci¨®n est¨¢ en conversaciones con el gobierno local para encontrar una f¨®rmula que funcione y permita que el programa crezca en mas lugares de la ciudad.
Por el momento, es interesante ver que el mismo concepto funcione en dos lugares en extremos opuestos del planeta. Quiz¨¢ tenga algo que ver con el contexto de similitudes entre Colombia y Sud¨¢frica en el cual una idea simple puede ayudar, de manera practica, a sanar las cicatrices que la historia y los conflictos internos han dejado.
Marcela Guerrero Casas es una colombiana establecida en Sud¨¢frica desde 2006, que ha vivido en Zimbabwe, Swazilandia y Kenia. Le apasionan las ciudades y el espacio p¨²blico. Tiene una Maestr¨ªa en Administraci¨®n P¨²blica y Relaciones Internacionales de la Universidad de Syracuse y ha trabajado en pol¨ªtica y defensa durante casi diez a?os. En 2012, cofund¨® Open Streets, una organizaci¨®n dirigida por ciudadanos que trabaja para transformar la percepci¨®n, utilizaci¨®n y experiencia de las calles. Tambi¨¦n es cofundadora de Colectivo SUR, una plataforma para el intercambio cultural entre pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y ?frica subsahariana.?
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