Los r¨®tulos m¨¢s surrealistas de los programas de coraz¨®n
Nos ayudan a comprender los asuntos m¨¢s ¨ªntimos de los grandes protagonistas de la cr¨®nica social. Analizamos los de 'S¨¢lvame', 'Coraz¨®n' y 'El programa de Ana Rosa'
Toda mesa de realizaci¨®n cuenta con un espacio privilegiado para grafismos y printers, porque hasta el medio m¨¢s visual requiere a veces de un soporte literario que nos ayude a seguir el argumento como un paternal dedo ¨ªndice que resalta lo importante de la historia. En los programas de cotilleo, es habitual que estos letreros asomen un jugoso hilo que, convenientemente desovillado, nos conduzca al coraz¨®n mismo de la noticia, a su g¨¦nesis ontol¨®gica, a la ra¨ªz cultural que otorga inter¨¦s a la pieza en calidad de artefacto narrativo.
Mi primer flechazo con el g¨¦nero fue con la entrevista que Aqu¨ª hay tomate hizo a una ex trabajadora de la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela all¨¢ por los primeros dosmiles. Recuerdo que esta se?ora, de contagiosa campechan¨ªa, dedicaba varias diatribas a la viuda del premio Nobel, Marina Casta?o, con la mirada fija y absorbente clavada en c¨¢mara. Dec¨ªa: ¡°Marina, eres una trapalleira¡±, mientras un flamante r¨®tulo con la palabra ¡°trapalleira¡± (algo as¨ª como ¡°chapucera¡± en gallego) atravesaba la pantalla junto a un tomate girador que aplazaba el siguiente torrente de insultos mediante el ya m¨ªtico anuncio de ¡°en breves momentos¡±.
Este giro valleinclanesco del programa de Telecinco nos introduc¨ªa a un personaje que parec¨ªa salido directamente de Divinas palabras, capturando nuestra atenci¨®n con un castrapo implacable. No es el ¨²nico caso. ?stos son nuestros r¨®tulos favoritos, aquellos que nos permiten llegar a la ra¨ªz de todas las cosas.
1. Genoveva Casanova y Cayetano Mart¨ªnez de Irujo en¡ Society, de Brian Yuzna
En Society (1989), de Brian Yuzna, la Am¨¦rica privilegiada era descrita como una masa viscosa y degenerada que se retroalimentaba en org¨ªas de alta alcurnia. El programa Coraz¨®n de TVE, presentado por Anne Igartiburu, decid¨ªa resumir con estas palabras la iniciaci¨®n de los mellizos Amina y Luis Mart¨ªnez de Irujo, ambos de 17 a?os, en el submundo de la aristocracia: ¡°Debutan en sociedad¡±.
La noticia recog¨ªa la participaci¨®n de los hijos de Cayetano Mart¨ªnez de Irujo y Genoveva Casanova en Le Bal des D¨¨butantes, un evento que congrega a las familias nobiliarias m¨¢s pintorescas de Europa (s¨ª, al parecer esas cosas existen, esas cosas se hacen). Uno tiende a asociar el verbo ¡°debutar¡± con los primeros toques de bal¨®n de un Dembel¨¦ o incluso los matanzas inaugurales de un torero, pero basta relacionar este debut con la sociedad, y m¨¢s concretamente con la alta sociedad, para imaginarnos un rito inici¨¢tico de pringosas dimensiones, tal y como corresponde a la gente guapa, rica y distinguida.
2. Mette-Marit de Noruega en¡ La princesa est¨¢ triste, ?qu¨¦ tendr¨¢ la princesa?
No cambiamos de canal ni de programa al asistir, contritos, a la enumeraci¨®n de los males que atacan la salud de la actual princesa y futura Reina de Noruega. Pese a su tronchante nombre, que nos remite a la imagen de una vecina meticona con rulos, no hay nada divertido en el S¨ªndrome de los cristales que padece Mette-Marit. Este trastorno cong¨¦nito provoca un d¨¦ficit en la elaboraci¨®n del n¨®rdico col¨¢geno de su Alteza, por lo que bien podemos imaginarla perdiendo la risa y el color frente a una flor desmayada, por inspiraci¨®n rubeniana, o antagonizando las heroicidades de un Bruce Willis con chubasquero desde su (din¨¢stica) silla de ruedas. Gracias a Dios que existe Coraz¨®n en nuestra televisi¨®n p¨²blica. ?C¨®mo si no ¨ªbamos a estar al d¨ªa de las dificultades que atraviesan los grandes de Europa?
3. Chelo Garc¨ªa Cort¨¦s en¡ No sin mi hija
A diferencia de la pompa que TVE suele conceder a los asuntos corazoniles, seleccionando personajes aparentemente lujosos, como reinas y nobles, para la glosa de sus intimidades, en Telecinco se van apa?ando con lo que hay por casa. Coraz¨®n se enga?a a s¨ª mismo comprando la materia prima de su cena en mercados selectos y tiendas delicatessen (para luego ense?ar el resultado en una foto foodie de Instagram con filtro Valencia), mientras que La F¨¢brica de la Tele, la productora detr¨¢s de S¨¢lvame, te recalienta cuatro sobras en el micro.
Aqu¨ª los dramas no son principescos. Con que a una colaboradora le disputen una perrita es suficiente. Esta semana pod¨ªamos ver un printer atravesando la pantalla: ¡°Chelo se derrumba: a sus problemas econ¨®micos, a quedarse sin dar las uvas, se le suma que la protectora Zarpas y colmillos le quiere quitar la perra: ?A continuaci¨®n!¡±
Luego el propio programa suger¨ªa el hashtag #?nchelca¨ªdo en Twitter para debatir el duelo por esta perra llamada Maggie (es importante resaltarlo, ya que Chelo repet¨ªa varias veces las palabras ¡°Mi Maggie, mi Maggie¡± entre sonoros gimoteos). Si bien este arranque de furia maternal nos retrotrae al No sin mi hija de Betty Mahmoody, el juego de palabras del hashtag propone otros senderos anal¨ªticos. #?nchelca¨ªdo puede leerse como un cruce entre ¡°¨¢ngel ca¨ªdo¡± y el nombre Chelo, pero tambi¨¦n como una traducci¨®n gala de la ausencia canina: ¡°una perra¡± en franc¨¦s se dice ¡°une chienne¡±, que fon¨¦ticamente se aproxima bastante a ¡°AN-CHEL¡± (una Chelo alica¨ªda/una perra perdida). Hay materia para indagar.
4. Terelu Campos en¡ Luc¨ªa y el sexo
Aqu¨ª nos ponemos un poco meta, porque lo de arriba es una captura de El Programa de Ana Rosa comentando unas er¨®ticas confesiones de Terelu Campos en S¨¢lvame Deluxe. (No, los hilos narrativos que se cruzan entre las distintas franquicias de Mediaset no tienen nada que envidiar a los Universos Cinematogr¨¢ficos de Marvel o DC.)
Terelu y el sexo, a lo Medem. ?Qui¨¦n no quiere ahondar en la intimidad griega de esta familia mitol¨®gica? Esa hija eterna que lucha por labrarse una identidad reforzando aquello a lo que su madre siempre renunci¨® para mantener inmaculado su perfil de Gran Dama de la televisi¨®n blanca y familiar: la sexualidad, la travesura. Por otra parte, el sintagma ¡°episodios picantes¡± tiene un perfume muy inspirador que nos lleva de la mano hacia las Delicias holandesas de Verhoeven o la ¨¦pica costumbrista de Gald¨®s y sus Episodios Nacionales.
5. Kiko Matamoros en La novia de Frankenstein
¡°He llorado mucho por la manera en la que han tratado a Makoke¡±, se lamentaba Kiko Matamoros en ocasi¨®n vengativa y momificada. Volv¨ªa tambaleante de una operaci¨®n est¨¦tica cuyas cicatrices no se molestaba en disimular. Durante su estancia en el quir¨®fano, su mujer Makoke hab¨ªa sido la encargada de sustituirlo en el plat¨® de S¨¢lvame, donde recibi¨® todos los palos que sus compa?eros, muy probablemente, no se atrev¨ªan a darle a ¨¦l. Esto despert¨® la furia del colaborador, quien a lo largo de su trayectoria ha tenido oportunidad de representar, tambi¨¦n, el papel opuesto: si esa noche ejerc¨ªa de monstruo vengativo, otras veces le hemos podido ver interpretar al Victor Frankenstein original devorado por los ataques de su obra, en la forma tr¨¢gica de hijos o hermanos a quienes previamente hab¨ªa representado (o sea creado, ya fuera biol¨®gica o televisivamente).
Como es l¨®gico, hay muchos m¨¢s ejemplos que pueden ayudarnos a elaborar una cartograf¨ªa de 'lo Rosa'. Si tienes alg¨²n r¨®tulo favorito que nos ayude a desnudar los referentes de este tipo de programas, no dudes en suger¨ªrnoslo. El tema es complejo y nuestros esfuerzos indagadores no siempre bastan para encontrar la luz al final de las catacumbas, por lo que cualquier ayuda ser¨¢ bienvenida.
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